Paula López Cano: "La nueva universidad docente se crearía a costa de la desintegración de instituciones centenarias"

La rectora del prestigioso “Lenguas Vivas” cuestiona un proyecto presentado de modo inconsulto y que decreta el cierre de institutos de excelencia que han formado “a generaciones y generaciones de docentes”

Paula López Cano, rectora del Instituto Superior de Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández

Es innegable que la educación argentina vive una larga crisis y necesita urgente atención y mejora. ¿Por qué entonces un proyecto de ley para la creación de una Universidad docente en la Capital ha dejado a la comunidad educativa en estado de shock? La iniciativa ha sido tan súbita como drástica, ya que propone la sustitución lisa y llana de la veintena de institutos de formación docente actualmente existentes por una Universidad que concentrará todos los profesorados: de nivel inicial, de nivel primario y secundario, y de todas las especialidades docentes.

Curiosamente, el Gobierno, que no consultó a los actuales responsables de esos institutos, ni a los maestros y profesores, ni tampoco ha proporcionado los nombres de los especialistas que diseñaron su proyecto, lanzó una encuesta a través de las redes sociales para preguntarle a un público lego en la materia si estaba a favor de que la carrera docente fuese universitaria. Respuesta obvia para una pregunta populista.

El problema, como lo señala Paula López Cano en esta entrevista con Infobae, es que la Universidad que propone el gobierno porteño, que concentrará todos los recorridos formativos -todos los profesorados-, no está planteada como un posgrado, como sucede en otras partes, es decir, para continuar la carrera más allá del primer título otorgado por los institutos terciarios en los que ahora se forman maestros y profesores, sino en sustitución de éstos. Lo que implicará el cierre de los 21 institutos docentes existentes en la Ciudad de Buenos Aires.

Entre esas casas de estudio, se encuentran varias centenarias y cuyos nombres son parte del acervo histórico y cultural del país. Las autoridades de la Ciudad que han diseñado el proyecto dejarían pues sus nombres asociados a la desaparición, por ejemplo, del Instituto Superior en Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández (el muy popular "Lenguas Vivas"), de la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas Sofía Esther Broquen de Spangenberg (conocida como "el Lengüitas") y del Instituto Superior del Profesorado Joaquín V. González, entre otros.

La sede del “Lenguas Vivas”, en la calle Carlos Pellegrini

Sería lamentable que la crisis educativa, en vez de ser objeto de un diagnóstico serio que estudie en profundidad todas las facetas del problema como paso previo para elaborar una solución adecuada, sea oportunidad y excusa para propuestas efectistas pero cuyo resultado puede ser el opuesto al buscado, si de excelencia se trata.

Paula López Cano se formó como profesora de inglés en el mismo Instituto del que es rectora desde el año 2014. Aquí explica cómo recibieron la propuesta del Gobierno y cuenta qué es el Lenguas Vivas.

— ¿Por qué generó tanto revuelo el proyecto enviado por el Gobierno a la Legislatura para crear una Universidad docente cuya finalidad declarada es "jerarquizar la profesión"?

— Lo que nos preocupa a todos los institutos es que la nueva universidad se crearía a costa de la desintegración de nuestros institutos. Algunos son de creación reciente, pero la gran mayoría son instituciones centenarias -el más antiguo se fundó en 1874-, el nuestro, el Instituto Superior de Lenguas Vivas Juan Manuel Fernández, fue fundado en 1904, el mismo año que el Profesorado Joaquín V. González. Son instituciones que han formado a generaciones y generaciones de docentes que no sólo trabajan en nuestro país sino también en el exterior.

— ¿Cómo les comunicaron a ustedes esta decisión?

— De manera inconsulta, a pesar de tener reuniones periódicas con el Ministerio de Educación de la Ciudad, nunca se nos consultó sobre la creación de una universidad y no es que los institutos nos opongamos. El tema es la iniciativa inconsulta y la falta de aprovechamiento de las tradiciones y de todo lo bueno que hacemos en los institutos, aunque a veces no dé los resultados que uno quisiera.

Pareciera que no se reconoce la labor y la trayectoria de estas instituciones que fueron formadoras de toda la generación que hoy trabaja para esta Argentina

— ¿Podría haberse propuesto una Universidad en complemento de los Institutos, para posgrados, como sucede en otras partes?

— Ese hubiera sido un modelo mucho más viable, un modelo para continuar la formación con opciones de postítulos, posgrados, maestrías, doctorados; una continuidad que no vendría nada mal, pero usando de base los institutos ya que si bien reconocemos debilidades, que no son sólo de nuestras casas de estudio, sino de la situación social, del lugar de la docencia, hay muchas fortalezas también, muchos recursos humanos y muchas cosas que se hacen bien. Por eso realmente sorprende y causa mucho dolor y angustia, sobre todo porque puesto así pareciera que no se reconoce la labor y la trayectoria de estas instituciones que fueron formadoras de toda la generación que ahora está trabajando para esta Argentina. Sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires. ¿Quién no tuvo una maestra o un profesor formado en estos institutos? Es como renegar de todo eso. Y no quiero decir que tengamos que quedarnos anclados en la historia, pero tenemos muchísimo sobre lo que podemos construir, solidificar y avanzar.

— ¿No hubo ninguna consulta?

— No, esto es algo en donde nuestra voz no se escuchó y eso genera mucho malestar e incertidumbre. El texto de la ley lo vimos recién el viernes pasado. Desde el Ministerio se nos dice que ahora van a comenzar a consultar cuando debimos ser escuchados antes de lanzar el proyecto sobre todo porque lo que están proponiendo es la desintegración de los institutos que van a quedar subsumidos en esta nueva universidad.

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— ¿Cerrarían incluso físicamente? ¿Los edificios, las sedes?

— No se sabe si realmente cerrarían el lugar físico. Un tema no menor es que muchos de estos institutos tenemos lo que se llama los Departamentos de Aplicación es decir, los otros niveles del sistema. Por ejemplo, mi instituto tiene nivel primario y secundario. Existen para que los futuros docentes puedan hacer sus prácticas acá. Eso no sabemos cómo quedaría.

— ¿Son escuelas bilingües desde el primer nivel?

— Sí, nuestro Instituto, desde su fundación, tuvo como innovación la enseñanza de inglés y francés desde primer grado. Esa modalidad ahora la tienen tres colegios más: el Lengüitas (la Escuela Normal Superior Sofía Broken de Spamgenberg, el Normal 1 y el Normal 2 que en la década del 80 pasaron a tener en primaria y secundaria la modalidad Lenguas Vivas, es decir, intensificación de idiomas en primaria y secundaria. Suponemos que, dado el nivel de aceptación que tienen estas escuelas en la población de la ciudad, quedarán, pero lo que les da la fortaleza es su vínculo con los profesorados.

El Instituto Superior en Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández fue fundado en 1904

— ¿Qué motiva al Gobierno a lanzar esta reforma?

— Eso es lo que no podemos entender porque lo único que nos dijeron fue que estaban preocupados por la formación docente. De hecho, trece días antes de este lanzamiento que hizo la Ministra de Educación (Soledad Acuña), fuimos convocados a la sede nueva del gobierno de la Ciudad para hablar sobre el perfil docente. Nos hicieron unas preguntas muy generales. Pensamos -y eso se nos dijo- que iniciábamos un proceso de un año para empezar a ver cambios en los planes, perfil docente, flexibilidad en las carreras… Nos pareció un buen comienzo. Eso fue el 9 de noviembre y nos encontramos el 22 de noviembre con este anuncio. Por eso las comunidades están en estado de shock, movilización y alerta.

— ¿Qué pasaría con los alumnos ya inscriptos si esta ley se aplica?

— Esto también inquieta a los estudiantes que eligieron nuestra institución, porque aunque las autoridades dicen que se garantizará la trayectoria académica, entramos en el terreno de lo incierto.

— Algo que llama la atención es que hable de jerarquizar la carrera docente y se diga al mismo tiempo que el ingreso a la Universidad que formará docentes no habrá examen de nivel. ¿Cómo es el ingreso al Lenguas Vivas?

— Hay examen de ingreso. Nuestro reglamento establece un examen de admisión de lenguas extranjeras; no sólo a nivel terciario sino también en el nivel secundario, al igual que las otras escuelas que mencioné que tienen la misma modalidad. En nuestro caso, si no hubiera ese examen de nivel de lengua, la carrera llevaría mucho más tiempo para poder nivelar. Por eso para nosotros eso no es materia de discusión. Creo que el proyecto plantea el ingreso irrestricto para seguir la política de la UBA. En Lenguas el examen es imprescindible, pero en los otros profesorados hacen un curso de ingreso, propedéutico, que es un poco de repaso de lectura y escritura y metodología de estudio, pero el ingreso es irrestricto, en parte porque estamos con muchos problemas en la Ciudad de Buenos Aires para atraer a los jóvenes a la carrera de formación docente. Los rectores de las instituciones somos más que conscientes de eso.

— ¿Qué se puede hacer al respecto?

— Últimamente hemos estado pidiendo todos los años que se destine un presupuesto a promocionar las carreras docentes y también pedimos programas de becas, porque hay que acompañar y sostener la trayectoria estudiantil desde lo socioeconómico también.

No hemos logrado tener un presupuesto para una campaña para promover la docencia

— ¿Han tenido respuesta favorable, porque el gobierno parte del mismo diagnóstico para proponer esta Universidad docente?

— La verdad es que no, no hemos logrado tener un presupuesto para una campaña para promover la docencia. Hubo un programa, "Estímulos", pero no fue todo lo masivo que hubiéramos querido. Fue un esbozo. Se necesita un programa masivo de becas.

— ¿Cuánto dura la carrera actualmente?

— La mayoría de los profesorados tiene un plan de cuatro años que habilita a enseñar en inicial, primaria y secundaria, y una titulación de cinco años que permite ejercer en todos esos niveles, más el nivel superior.

— ¿Qué profesorados dictan actualmente?

— Tenemos inglés, francés, alemán y portugués, y desde el año 71, tenemos la carrera de traductorado de las mismas lenguas. Es la carrera más atractiva en estos momentos. Tenemos más matrícula de traductorado que de profesorado. Cuando yo empecé a estudiar en este mismo lugar, era al revés. Era mucho más popular la docencia. Está la percepción de que es un trabajo muy sacrificado y muy poco valorado. Los consumos culturales de los chicos los alejan hoy de estas profesiones de mayor trascendencia. Eso tiene que ver con el ambiente sociocultural, con lo que como sociedad estamos fomentando en nuestros jóvenes.

— ¿Creen necesario cambiar algo, reformar el sistema de formación docente?

— Hay que empezar a hacerlo, sí, pero los actores involucrados deben estar sentados en la mesa. Los que conocemos las instituciones somos nosotros. El nivel en general es bueno, nuestros egresados son competentes. Más que nada lo que tenemos que hacer es acompañar las trayectorias y asegurarnos de que más chicos puedan completar las carreras. Pero, insisto, el nivel es bueno y nuestros egresados encuentran buenas condiciones laborales. No es para dramatizar y decir que el que recibe hoy un título en una institución de la Ciudad no está bien capacitado. Nuestros egresados son muy bien valorados aquí, en todo el país e incluso en el exterior. Egresados nuestros han estado en la Academia Nacional de Educación, en Ministerios, en organizaciones internacionales…

— ¿Qué matrícula tienen actualmente?

— En este momento están transitando la carrera unos 1700 alumnos.

— ¿Tienen vínculos con instituciones similares de otros países?

— Tenemos un convenio con la Universidad de Rouen, en Francia, por el cual nuestros egresados y otras egresados del país pueden hacer maestrías en Ciencias del Lenguaje y en Francés como lengua extranjera. Muchos se han titulado y algunos incluso han hecho el doctorado en Ciencias del Lenguaje. De Portugal recibimos un profesor que da clases acá de literatura y lengua portuguesa y el mismo sistema tenemos con la embajada de Alemania; en este caso son dos profesores, que envía la embajada a través del servicio de intercambio.

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