"La escuela es opcional": el centro que ayuda a los adolescentes a descubrir lo que en verdad les gusta

North Star, en Massachusetts, alienta a la deserción escolar para que los chicos se aboquen a sus reales intereses. En diálogo con Infobae, su cofundador y director respaldó los resultados de su controvertido modelo pedagógico

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El North Star apuesta por
El North Star apuesta por un aprendizaje auto-dirigido

Llega un punto en que los chicos se aburren, se frustran, se hartan de la escuela tradicional, de las curriculas estandarizadas. Sienten que no escuchan sus intereses, que ni siquiera les preocupa. A Kenneth Darford le pasó lo mismo, pero del lado de profesor. Se dio cuenta de que mientras les contaba parte de la historia de Estados Unidos, sus alumnos del Amherst, en Massachusetts, miraban el techo, bostezaban y miraban el reloj esperando el final del suplicio. No estaban, en verdad, en clases.

Quiso hacer algo diferente. En 1996, cofundó North Star. El célebre educador y conferencista Ken Robinson, no dudó en incluir a North Star en su libro Escuelas Creativas más allá de que, aclara, no es una escuela. "Es un centro que ayuda a los adolescentes a descubrir aquello que les apasionaría aprender y que el sistema educativo convencional ha saboteado o anulado casi por completo", definió.

En 2017, el centro de aprendizaje auto-dirigido tuvo 75 alumnos; 50 de ellos asisten los cuatro días que abre la sede, un edificio de dos pisos de 450 metros cuadrados, con trece salones para clases y tutorías, y un espacio amplio al aire libre para esparcimiento. Su cuota anual oscila entre los 3.000 dólares entre quienes van un día a la semana y 7.500 dólares para los que asisten tres o más.

Su fundador y director ejecutivo, Darford, repite como un mantra una frase que se convirtió en el título de su charla TED: "La escuela es opcional". La sentencia incomoda, sobre todo a los padres de los chicos, en su mayoría entre los 11 y 18 años, que asisten al North Star y, en algunos casos, hasta abandonan la escuela. Pasan a una experiencia educativa sin materias obligatorias, sin horarios, ni siquiera evaluaciones.

"Los padres tienen una gran variedad de preocupaciones", le dijo Darford a Infobae. "Sin embargo, con el tiempo, cuando ven que sus hijos están felices y aprenden, se entusiasman de la misma manera y cuando ven que después sus hijos tienen éxito, se convierten en partidarios de por vida de North Star", remarcó.

Una de las clases en
Una de las clases en el North Star

-¿Qué papel cumple North Star, a diferencia del sistema educativo tradicional?

-North Star es un centro comunitario con clases, tutores y asesores para ayudar a los estudiantes a hacer un buen uso de la opción de aprender fuera del entorno escolar tradicional. Se les pregunta siempre "qué quieren hacer ahora".

-¿Cómo ayudan al alumno a descubrir su verdadera vocación?

-Les damos tiempo y espacio para probar diferentes cosas, ofrecemos una variedad de clases y personas para que se reúnan. Respondemos a los adolescentes cuando expresan un interés y cada chico desarrolla su propio horario con la ayuda de un consejero, que no lo evalúa, sino que les pregunta cómo se sienten acerca de su progreso.

Desde 1996 hasta hoy no se produjeron demasiados cambios en el centro. Más allá de que se mudaron en cuatro ocasiones, el programa es el mismo, aunque "mejorado". Ahora, por ejemplo, brindan "mayor asesoramiento personalizado a los jóvenes". En su calendario, por demás puntualizado, aparecen clases de "Escritura creativa", de "Arte digital", de "El futuro del mundo", de "Por qué hacemos lo que hacemos".

Se imparten clases como arte
Se imparten clases como arte digital y el futuro del mundo

Darford insiste en que, por más que lo intente, cuando explica su sistema de educación alternativo choca contra los prejuicios. "¿No hay pruebas? ¿No reciben calificaciones? ¿Eligen ellos a qué clase quieren asistir?", le preguntan. El educador siempre responde: "¡No es una escuela!". Pese a las consideraciones, los padres se muestran escépticos, se encogen de hombros y reclaman por estadísticas, por números que avalen su funcionamiento atípico.

Con 21 años de existencia, hace algunos meses, su director indagó en el rendimiento posterior de los alumnos del North Star y confirmó sus expectativas. El 82% de sus miembros continúa estudiando una vez finalizada la experiencia. Los más chicos, en colegios tradicionales. Los más grandes, en universidades como el MIT, Brown, Smith College o UCLA ya que sus comités de admisión suelen valorar el aprendizaje autónomo y el interés intelectual.

El 82% sigue sus estudios
El 82% sigue sus estudios en el ámbito formal

El modelo de autogestión del aprendizaje de North Star condujo a la creación de Liberated Learners, un programa que asiste a quienes crean centros con métodos pedagógicos similares. Ken Robinson remarca que los logros no son unánimes, pero que "su éxito refleja la necesidad de que las escuelas se replanteen el sistema educativo actual". Ken Darford, su cofundador, es más tajante e incluso desafía.

-¿Qué respondería a los que piensan que North Star alienta el abandono escolar?

-Exactamente, eso hacemos. Asesoramos a los adolescentes para que abandonen la escuela tradicional y por fin sigan adelante con sus vidas.

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