Cuando la solución se convierte en el problema: el colorido cementerio de bicicletas chinas

La fiebre por las bicicletas colapsó el esquema de movilidad en China. El gobierno debió aplicar regulaciones por pedido de los peatones, la demanda bajó y algunas compañías que proporcionaban el servicio de bicis compartidas quebraron. Las imágenes de un basurero en la ciudad de Xiamen

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Toneladas de hierros retorcidos en
Toneladas de hierros retorcidos en la ciudad de Xiamen (Chen Zixiang/The Guardian)

La foto parece ilustrar un tipo de arte. Es una expresión artística sin habérselo propuesto. No es una pintura, una escultura, ni un proyecto magnánimo de algún artista transgresor. Son bicicletas en desuso amontonadas sobre la superficie de un rectángulo de dimensiones equivalentes a una cancha de fútbol. Su altura se mide en contraste con el alcance de dos grúas que desde los laterales intentan contener el metal retorcido. La imagen, además de visual, es fidedigna y habla de un fenómeno contradictorio: la insostenibilidad de la sostenibilidad.

Las bicicletas en China fueron la solución a los esquemas de movilidad. La población se volcó a un medio de transporte económico, limpio y sustentable motivados por el caos de tránsito de una ciudad colapsada. El desenlace es ironía: la industria de las bicicletas se descontroló. Había surgido como una reparación cultural y social; terminó gestando una situación sin precedentes: el desborde de cuadros, ruedas, manubrios.

El cementerio de bicicletas en
El cementerio de bicicletas en desuso visto desde arriba (Chen Zixiang/The Guardian)

Hace un año se desató una fiebre de iniciativas privadas de alquiler de bicicletas. Las compañías ofrecieron un servicio que transformó la escena urbana: 70 empresas de bicicletas compartidas compitieron por 130 millones de usuarios y desplegaron en las calles un alud de 160 millones de unidades. La ecuación convirtió a este medio de transporte en el más utilizado del mundo. La media hora de uso equivale a un yuan chino (quince centavos de dólar), los clientes pagan a través de su celular y no tienen que devolverla en un punto establecido: las bicicletas están por todas partes.

La sobreproducción inspiró una reacción gubernamental. Desde agosto, autoridades de algunas ciudades acordaron pautas y restricciones para la expansión del servicio. Regulaciones que afectaron seriamente la productividad de algunas firmas. Ofo y Mobike, las compañías que dominan el mercado, consiguieron 700 y 600 millones de inversiones, respectivamente, en sus últimas rondas de búsqueda. Bluegogo, otra startup de alquiler de bicicletas, declaró su bancarrota, según apunta el diario británico The Guardian. En una carta, su director ejecutivo reconoció haberse equivocado por su exceso de "arrogancia".

Las bicicletas comenzaron siendo una
Las bicicletas comenzaron siendo una solución para la movilidad de millones de chinos. Hoy, también, son un estorbo

Las medidas aplicadas por los organismos oficiales respondieron a denuncias de peatones. Las quejas obedecían a complicaciones para caminar en un laberinto con circuitos de colores variopintos, con bicis dispersas por cualquier rincón de la ciudad sin orden ni controles. China, con una población de 1.380 millones de habitantes, sumaba complicaciones de desplazamientos a su ya saturado tránsito urbano. El recurso de la bicicleta, entonces, se multiplicó. Las calles se volvieron intransitables, cargadas de bicicletas estacionadas y rotas. La Comisión del Transporte de Shangai -ciudad con 1,5 millones de bicis en las calles- acusó a las compañías de una sed de crecimiento comercial sin gestión de sostenibilidad.

Miles de unidades desechas de
Miles de unidades desechas de Ofo, una de las compañías de “bike-sharing” que dominan el mercado chino

El resultado es la foto. Chen Zixiang fotografió el panteón de bicicletas en un depósito al aire libre de la región de Xiamen, en el sudeste del país. La amalgama de unidades descartadas parece un psicodélico trabajo artístico. Los colores que se distinguen obedecen a piezas de las tres compañías más grandes del país: Ofo, Mobike y la ahora difunta Bluegogo. Las firmas sobrevivientes ahora se manifestaron dispuestas a cooperar con las autoridades con diferentes estrategias. Mobike, por ejemplo, ofrecerá pasajes gratis a quienes dejen las unidades en los puntos de estacionamientos.

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