Se completó el "atlas de la vida". La primera revisión global de cada vertebrado que habite la tierra incorporó una última y definitiva investigación: el mapa de los reptiles del mundo. Expertos elaboraron el catálogo restante que vinculado a los registros ya existentes de aves, mamíferos y anfibios constituyó el "atlas de la vida": un total de 31.000 especies, incluidos cinco mil mamíferos, diez mil aves, seis mil anfibios, y los diez mil serpientes, lagartos y tortugas que se descubrieron en el reciente informe publicado en la revista Nature Ecology & Evolution.
Científicos de la Escuela de Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Oxford trabajaron en comunión con la Universidad de Tel Aviv y otras 30 instituciones en procura de establecer un nuevo paradigma en conservación. El estudio tiene como propósito medular proteger la vida silvestre, reconocer patrones y condiciones de comportamiento, identificar hábitats para saber dónde se encuentran distribuidas especies de las que se había recolectado escasa información.
El mapa halló escenarios inesperados y regiones de fragilidad en la biodiversidad. Los expertos destacaron a la península arábiga, las zonas áridas del sur africano, las estepas asiáticas, los desiertos del centro de Australia, los matorrales brasileños y las regiones altas de los Andes como ecosistemas complejos para realizar investigaciones de fondo. Uri Roll, responsable de la Universidad Ben Gurion del Negev, explicó: "Los lagartos tienden a tener distribuciones extrañas y a menudo en lugares calurosos y secos, así que muchas de las áreas prioritarias de conservación recientemente identificadas están en tierras secas y desiertos. Estos no tienden a ser prioridades para las aves o los mamíferos, por lo que no podríamos haberlo adivinado de antemano".
Los reptiles se reparten entre saurios (6.110 especies), serpientes (3.414), tortugas (322), anfisbenas (193), cocodrilos (24) y tuátaras (1)
El profesor Richard Grenyer, del departamento de Biodiversidad y Biogeografía de la Universidad de Oxford, encontró que las zonas secas y los desiertos fueron conquistados por actividades humanas asociadas a estructuras o sucesos modernos -grandes proyectos de irrigación, nuevos desarrollos de energía solar y a veces degradación de la tierra generalizada, guerras y conflictos- que privatizan las áreas de conservación y limitan la tarea de los activistas. "Gracias a herramientas como nuestro atlas, los científicos pueden por primera vez ver la Tierra terrestre en su totalidad, y hacer decisiones informadas sobre cómo utilizar los fondos para la conservación", describió Grenver.
La investigación contó con la colaboración de expertos en lagartos y serpientes de regiones desconocidas. En la publicación, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) clasifica a las especies que aparecen en atlas con un ránking que va desde "en peligro crítico" a "menos preocupación". El trabajo, ya completo, prestará información de relevancia para que la humanidad sepa del paradero de cada especie terrestre vertebrada viva que habite la Tierra.
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