El primer paso lo dio Francia. A principio de este mes, las autoridades del país galo anunciaron que prohibirán la venta de automóviles que funcionan con gasolina y diésel a partir del 2040. Ahora, a la iniciativa eco-friendly se le suma otra de las más importantes economías europeas: Reino Unido.
El Gobierno británico decidió seguir los mismos lineamientos que sus pares franceses, apuntando el plazo permitido de comercialización también hacia el mismo año. El proyecto, que aún debe tratarse para su aprobación, contempla la prohibición de la venta de vehículos de petróleo -aunque sin retirar los modelos existentes- y de los híbridos.
El secretario de Medioambiente, Michael Gove, fue quien presentó esta propuesta que surgió como respuesta a la sentencia de un tribunal que falló en contra de las autoridades, que fueron acusadas de no tomar las medidas suficientes para cumplir con los límites de contaminación impuestos por la Unión Europea.
"No podemos continuar con los coches diésel y de gasolina, no sólo por los problemas de salud que causan, sino también porque las emisiones que provocan significarían que aceleraríamos el cambio climático. Haríamos daño a nuestro planeta y a la próxima generación", explicó Gove.
La medida busca reducir los altos niveles de polución atmosférica. Según datos oficiales, la contaminación provoca 40.000 muertes prematuras anuales en el Reino Unido, 23.000 de ellas en Inglaterra y 10.000 en Londres. La meta final es que el país sea "carbón neutral" en 2050. Es decir, que no emita más dióxido de carbono que el que absorbe de la atmósfera.
La estrategia incluye además otra serie de disposiciones, como adaptar las unidades de transporte público o el acondicionamiento de la estructura vial mediante el reordenamiento de semáforos y rotondas para que el tráfico sea más eficiente y discurra de manera más fluida.
También se planean incentivos para la circulación de taxis verdes, la implementación de ciclovías y la peatonalización de las ciudades. El monto a desembolsar se estima en 285 millones de euros, un presupuesto que se desprende del total de 3.360 millones que se destinarán para mejorar la calidad del aire.
A pesar de ser en general bien recibido, el plan recibió críticas. Las quejas residen en que no establece nuevas tasas para los vehículos contaminantes que entran en zonas ya altamente congestionadas. También demandan que se establezcan áreas libres de contaminación.
El tiempo es otro reparo. Areeba Hamid, un activista de Greenpeace UK, dijo: "No podemos esperar casi un cuarto de siglo para una acción real para hacer frente a la emergencia de salud pública causada por la contaminación del aire".
Además, desde la Asociación de Fabricantes y distribuidores de vehículos de motor advirtieron que, a menos que el gobierno incentive de alguna manera el paso a los eléctricos, la medida podría dejar sin empleo a cerca de 800.000 personas.
Disyuntivas al margen, el desafío ahora pasará por educar a la gente acerca de los coches propulsados por energías renovables como una opción al momento de la adquisición. Es que actualmente la compra de vehículos eléctricos en Reino Unido apenas se sitúa en el 4% del total de automóviles que se venden cada año.
La tendencia hacia la impulso de la producción y comercialización de autos ecológicos es una realidad creciente en la industria automotriz. Son varios los países que implementan políticas con el incentivo a la motorización sustentable. Los eléctricos cada vez más se erigen como los dominantes del mercado automotor.
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