Por María Alvarado
Un total de 20 hoteles de la Ciudad de Buenos Aires ya presentaron proyectos para remodelar sus instalaciones a partir de la Ley de Incentivos Fiscales que impulsó el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Y, en menos de seis meses desde la reglamentación de la Ley, los establecimientos se comprometieron a realizar obras por más 600 millones de pesos. Éstas incluyen desde renovación de fachadas, mejora de infraestructura y nuevos espacios comunes hasta cuestiones vinculadas con el software de atención.
Se trata de hoteles de tres, cuatro y cinco estrellas y están situados en los barrios de Congreso, San Telmo, San Nicolás, Monserrat, Recoleta, Retiro y Puerto Madero. Entre los de la partida están el Palacio Duhau – Park Hyatt, Four Seasons, Ibis Congreso y Amerian Buenos Aires Park Hotel. "Con esta iniciativa vamos a mejorar la competitividad de Buenos Aires a nivel internacional. Muchos establecimientos hoteleros no hacían reformas desde hace 20 años. Era una cuenta pendiente con el sector hotelero, en un momento de pleno auge del turismo, que muestra cifras récord", explicó Gonzalo Robredo, presidente del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires.
El incentivo fiscal responde a una demanda récord para el turismo internacional. Entre enero y marzo de 2019, la Ciudad recibió 580.000 turistas internacionales, un 18,5% más que en el mismo período de 2018, en lo que es el mejor primer trimestre de los últimos siete años para el turismo internacional.
Ahora bien, en este contexto de viento a favor, ¿qué tipo de reformas es importante encarar y cuáles son las tendencias en la que se deben apoyar? Eduardo Cruz Del Río, VP de Operaciones para LATAM y el Caribe de Wyndham Hotels & Resorts, abrió el debate: "Las últimas tendencias nos llevan a la incorporación de la tecnología en el diseño y arquitectura del hotel. Las nuevas generaciones se ven especialmente atraídas por espacios que cuenten con tecnología incorporada y que le permiten al usuario máxima flexibilidad. Espacios multiusos, donde se pueda estar conectado, por motivos laborales o personales, a través de una computadora o un dispositivo móvil, lugares de encuentro, de co-working, espacios verdes con un reflejo de la comunidad local, son todas tendencias que la hotelería incorpora en sus espacios".
"Es una generación que se caracteriza por priorizar el acceso versus la posesión de objetos. Priorizan vivir como locales y vivir experiencias más auténticas. Son un segmento empoderado y conectado 24/7. Las nuevas tecnologías e internet democratizaron el acceso a la información: ellos pueden resolver cuestiones por sí mismos, son autónomos. Y saber que cuentan con todo eso, los hizo tomar otra postura: más activa y protagónica, menos pasiva a la hora de viajar. Ser exigentes y demandantes también son características de estos turistas. Es un viajero equipado, conectado, autónomo, listo para vivir experiencias valiosas (versus poseer), abierto a conectar con gente", hizo especial mención sobre el público millenial.
El arquitecto Daniel Piana, titular de DPA&D, estudio de diseño y arquitectura hotelera, se unió al debate y reflexionó: "Las demandas van cambiando y los hoteles deben adaptar su diseño a nuevas generaciones que buscan en su estadía una experiencia diferente. Para un grupo importante de los viajeros, hoy la experiencia le gana a la cantidad de m2 de la habitación, la conectividad a la calidad de la almohada, y la practicidad al lujo. El uso de los espacios, tanto de los privados como de los comunes, ha cambiado y los hoteles deben buscar un diseño que brinde soluciones ante las diversas opciones del mercado, entre ellas, Airbnb".
Con respecto a las tendencias en el diseño hotelero argumentó: "Las economías colaborativas representan una de las mayores transformaciones de la manera en la que vivimos y plantean un modelo de distribución y rentabilidad distinto a la economía tradicional. Compartir recursos es la clave de este modelo que se apalanca de plataformas tecnológicas virtuales y que está cambiando tanto la forma de trabajar como los espacios físicos de la hotelería. Un ejemplo de ello es la transformación del lobby tradicional en un espacio de coworking. Se convierte, así, en un verdadero hub tecnológico, alineado con el nuevo concepto de space as a service (espacio como servicio)".
El arquitecto además hizo foco en la importancia del diseño alineado a la eficiencia energética y a una arquitectura sustentable: "Esta implica la actualización tecnológica de los edificios para lograr soluciones rentables y sostenibles en el tiempo. Hay cuatro aspectos que son los que más influyen en el consumo de energía y en el cuidado del medio ambiente: la envolvente del edificio, la iluminación, la instalación de climatización y la implementación de prácticas de reducción de consumo de energía y agua".
Al hablar del concepto de "hotelería sostenible", Piana consideró fundamental integrar variables que sobrepasen una primera condición ecológica y ambiental. "Más allá de la responsabilidad ambiental, totalmente imprescindible, el término sostenible abarca también la visión económica y el contexto social. El desafío de diseñadores y arquitectos es traducir estas tres variables clave en el diseño para lograr un negocio exitoso".
Según el especialista los huéspedes buscan experiencias personalizadas. Los hoteles se convierten en destinos en sí mismos y los espacios sociales deben pensarse dinámicos, invitar a los huéspedes a pasar tiempo allí y disfrutar los amenities. "Además, es importante que resulten acogedores y permitan conectar con la cultura e historia del lugar. La tecnología debe acompañar e impulsar este proceso de personalización de los establecimientos. Se deben crear experiencias más íntimas con los huéspedes y el desafío de los diseñadores es generar una conexión emocional a través de sus proyectos", finalizó.
Olga Lily Motisi, Managing Partner de Hostling Developer de Best Western Hotels & Resorts para Argentina y Uruguay, también se unió a la reflexión: "Argentina tiene un desarrollo incipiente, hay mucho por hacer aún. Sus 250.000 plazas conforman un colectivo sumamente diverso con exponentes de calidad en hoteles de 4 y 5 estrellas. No ocurre lo mismo con la oferta hotelera en sus tramos inferiores, es decir, en hotelería de tres estrellas hacia abajo".
Con respecto al tipo de reformas que se deberían encarar, la especialista detalló: "Por una parte, están las referidas al 'look & feel' (mirar y sentir) para aggiornar la planta edilicia con más tecnología, con interiorismo de cara al futuro y con servicios que respondan a los requerimientos de cada segmento. Y, por otra parte, las reformas que agregan eficiencia: energías alternativas, seguridad y soluciones tecnológicas al servicio del personal. Éstas inversiones generan importantes ahorros en la economía de las empresas del sector".
Motisi sostuvo que las tendencias en arquitectura hotelera hoy apuntan a centrarse en potenciar la experiencia del huésped con tecnologías y servicios para mercados microsegmentados. En cuanto a interiorismo, explicó que el estilo elegido es el de "menos es más": "Espacios despojados muy analizados desde la practicidad con diseños minimalistas y tecnologías al servicio total del huésped. Alexa es la estrella con respecto a las áreas privadas de los hoteles de vanguardia. En las áreas públicas, las novedades de los hoteles de vanguardia están dadas por espacios de co-working y co-living como respuesta a los requerimientos de millenials y centennials. Y, en cuanto a tecnología aplicada, los kiosk de autoservicios varios: de check-in y check-out, de información típica de conserjería así como de comanda gastronómica y de valet-parking que dan más autonomía al huésped y agilizan mucho el servicio".
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