Ruidos molestos, reuniones de consorcio,pagar expensas y arreglos comunitarios. Vivir en una propiedad horizontal, en muchas ocasiones puede llegar a ser una experiencia negativa o positiva de acuerdo a la combinación de ciertos factores donde la convivencia entre vecinos prima por sobre todas las cosas.
Lo cierto es que al momento de decidir sobre un departamento, hay muchas inquietudes que van surgiendo a medida que el futuro propietario investiga la propiedad. Algunas de las más frecuentes, de acuerdo a Analía Grecco, de L.J.Ramos Brokers inmobiliarios, van desde la calidad constructiva del edificio, la seguridad, la cantidad de unidades por planta, el estado de conservación de los sectores comunes, entre otras.
“Quien se muda a un edificio debe comprender que la interacción con los vecinos es inevitable y que el ascensor es el primer punto de encuentro obligado. En la propiedad horizontal, la vecindad es algo intrínseco”, explicó Mariel Kernes autora de “Vecinos famosos” y “Anécdotas de un administrador de consorcios”.
"Si tiene encargado y la antigüedad del mismo. Si no hay juicios entre copropietarios . En el caso de tener amenities, por ejemplo en el gimnasio, se observa la tecnología del equipamiento , si cuenta con piscina la orientación, el tamaño, si tiene SUM la reglamentación de su uso, y de todos el estado", dijo a este medio Grecco.
A pesar de que en muchos edificios sucedan situaciones conflictivas entre la comunidad vecina, tienen muchos aspectos positivos. De acuerdo a la especialista en propiedades, los más notorios son: "Viviendo en un edificio siempre estás acompañado. Si bien son viviendas independientes se vive en comunidad . Ante situaciones de reparaciones, arreglos , actualizaciones de las partes comunes, mantenimiento del ascensor, limpieza de tanques, entre otros gastos, el gasto se afronta entre todos los copropietarios.
"Algunos aspectos negativos se podrían decir que son, los ruidos, los olores, las conductas molestas, la falta de privacidad, siempre existe algún vecino con el que no te llevas tan bien. Para realizar obras en las unidades debe ser en horarios determinados, en algunos edificios emblemáticos hay que presentar el proyecto de obra la cual debe ser aprobada por el consorcio o arquitectos especializados", enfatizó la profesional.
En cuanto a los conflictos más comunes desde su experiencia por parte de las personas que alquilan, ya sea con el consorcio, con las amenities, entre otras: "Los más comunes son los ruidos, olores , no se respetan las normas internas del edificio o se desconocen en muchos casos. La tardanza en las reparaciones debido a que los inquilinos y también algunos propietarios no permiten el ingreso a la unidad. La respuesta lenta de algunas administraciones y el no consenso de los copropietarios de pagar una cuota extraordinaria para reparar problemas del edificio. Ejemplo humedades, pérdidas, mejora de las partes comunes", concluyó Grecco.
Vivir en un edificio tiene sus pros y contras. Sin embargo, con el paso del tiempo se pueden ir asimilando las nuevas realidades, la buena convivencia y tener una buena experiencia ante todo. Mudarse a una propiedad vertical es una opción ideal para los que quieren vivir de forma independiente.
"Es importante conocer al administrador y canalizar a través de él los temas relacionados con el consorcio y descartar los radiopasillos para que no se generen rispideces debido a tergiversaciones o malentendidos. Participar de las reuniones de consorcio es la única forma de poder tener voz y voto. Quejarse de las decisiones ya tomadas, sólo contribuirá a generar fricciones en lugar de gestar cambios positivos", concluyó la escritora Kernes.
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