China es sinónimo de extravagancia, por lo menos si hablamos de arquitectura. Con diseños innovadores y estrafalarios, pequeños y monumentales, el país asiático es el líder en el desarrollo y planeamiento de edificios y construcciones tan increíbles como fantásticas.
Algunos de sus edificios más famosos -algunos los tildarían de infames- incluyen, entre tantos otros, a una réplica de la Torre Eiffel en un distrito de lujo de Hangzhou, y hasta una construcción conocida de manera popular como "destapador más grande del mundo", un gigante ubicado en el World Financial Center de Shangai.
La arquitectura "rara" ya no estará permitida en China, según unas directivas dadas a conocer por el gobierno asiático hace unos años, que pretenden prohibir las construcciones de edificios que "choquen" con sus alrededores, en pos de acercarse más a un tipo de construcción más sustentable que se amolde de manera más amigable con el medio ambiente.
Sin embargo, un nuevo proyecto llegó para hacer frente a estas normativas. Se trata del nuevo Centro Ecológico de China, que fue construido para asemejarse a un cangrejo gigante.
El lago Yangcheng, en Kunshan, es famoso por el llamado cangrejo de Shangai, una delicia local de la temporada de otoño. El edificio, que fue diseñado para rendirle honor a este crustáceo con un caparazón oscuro y tenazas color blanco, no sólo se sirvió de inspiración en esta especie sino que le copió hasta el último detalles.
Su tamaño, sin embargo, dista de parecerse al original. La construcción tiene tres pisos, mide 16 metros de altura y 75 metros de longitud. A pesar de su abrumador exterior, su interior todavía no está finalizado. Este edificio, que tendrá fines comerciales y de entretenimiento estará construido para soportar tifones y fuertes vientos costeros. Los visitantes podrán disfrutar de este lugar recién durante la segunda mitad del 2018.
Tiempo atrás, se había anunciado que todas estas construcciones extravagantes ya no podrían diseñarse más, de acuerdo a un nuevo plan del gobierno chino para cambiar la perspectiva arquitectónica del país, alejándose de lo estrafalario para acercarse cada vez más al diseño sustentable.
El Consejo de Estado de la República Popular China, el gabinete de este país, y el Comité Central del Partido Comunista habían dado a conocer unas directivas sobre el futuro de la arquitectura local. De acuerdo a estas reglas, se rechazan las construcciones "demasiado grandes, xenocéntricas -la preferencia de estilos o ideas de otra cultura en vez de las de la propia- extrañas, y que no posean tradición cultural". Se podría discutir que este cangrejo, entonces, cumpla con los estándares culturales de la región para ser una excepción, pero, sin dudas, es la nueva adición más sorprendente de China en el último año.
El ya mencionado discurso del presidente chino Xi Jinping en el año 2014 hacía énfasis en el hecho de que el arte, de todo tipo pero especialmente el arquitectónico, debería "inspirar mentes, darle calor a nuestros corazones, cultivar el gusto, y arrasar con los estilos de trabajo no deseables". La nueva tendencia hacia lo "verde" es una buena decisión, e implica un cambio en mentalidad que se está viendo hace años alrededor del mundo, una arquitectura con visión a un futuro más sustentable.
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