Alguna vez fue la estructura de hormigón armado más alta del mundo y el rascacielos más alto de Sudamérica. Desde hace 23 años es un hito histórico internacional de la ingeniería según la Asociación Estadounidense de Ingeniería Civil. Es hace 18 años Patrimonio Mundial de la Arquitectura de la Modernidad de acuerdo a declaración formal de la Unesco. Es, desde siempre, un símbolo de la cultura porteña. Hoy, el piso más caro del Kavanagh se vende.
Su actual propietario es el Lord Alain Levenfiche, un millonario inversor en bienes raíces parisino criado en Londres. Un auténtico playboy
El millonario Lord Alain Levenfiche, su actual dueño, pide 3,9 millones de dólares por el edificio más emblemático de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es una propiedad de 740 metros cuadrados, con 475 metros cuadrados cubiertos y 251 metros cuadrados otorgados a espacios abiertos que simulan la "proa" del edificio, su marca de diseño. De los 31 pisos y 105 departamentos, el 14 "A" es el más icónico. Es la única propiedad del piso: se distingue por su extraordinaria vista abierta de 360 grados al Río de la Plata, Retiro, el puerto, la Plaza San Martín y al corazón de cemento porteño.
La inmobiliaria Patagonia Synergia publicó la propiedad con un sinfín de detalles: cinco habitaciones en suite, comedor para doce comensales, cocina y baños remodelados. En la publicación agrega que las expensas cuestan 39.500 pesos y que por ABL se abonan 13.020 pesos; con el respaldo de un contundente contenido visual. Las fotos exhiben su panorámica exclusiva y un destacado lujo interior.
El Kavanagh es una obra perteneciente al estilo art déco, un movimiento de diseño que entre 1920 y 1940 no dejó huérfano a ninguna manifestación artística. Celebraba lo nuevo, la sensualidad, la excelencia, era una expresión sin trasfondos políticos o filosóficos: era un culto a la calidad y a la decoración. Los arquitectos Gregorio Sánchez, Ernesto Lagos y Luis María De la Torre emplazaron la construcción de la torre en Florida 1065, hace 81 años, por encargo de la millonaria de ascendencia irlandesa Corina Kavanagh, quien viviera en el encumbrado 14 "A".
Su edificación está rodeada de leyendas. El mito asegura que su construcción obedece a la venganza por un amor frustrado. Aunque su significación esté asociada a la aristocracia porteña, en la década del treinta Corina pugnaba por ser reconocida por la alta alcurnia. Pero revestía calidad de familia pujante, llamada despectivamente como "nueva rica", con sangre ajena al linaje. Una diferencia, arcaica, que la alejaría definitivamente de su amado Aarón Anchorena, de sangre azul. María Mercedes Castellano de Anchorena, madre de su pretendiente, se opuso a la relación.
La familia Anchorena, de cuña católica, había encargado la construcción de la Basílica del Santísimo Sacramento, del otro lado de la plaza San Martín. Corina Kavanagh, despechada y humillada, compró años más tarde el terreno frente a la Basílica para construir una torre que obstruyera el contacto visual entre la iglesia y la mansión de los Anchorena (dueños también del Palacio Anchorena, actual Palacio San Martín y Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto). En catorce meses, tiempo récord, fue levantado el rascacielos porteño que mira de cerca al cielo a modo de venganza por un amor que no pudo ser.
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