Pompidou: 40 años del ícono radical que revolucionó París

Amado y odiado. Fue catalogado como un monstruo por los medios franceses. Cómo este centro artístico multidisciplinario cambió la manera en la que se perciben y construyen los museos, desde un simple edificio como lienzo, hacia un paradigma de arquitectura como espíritu popular

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El Centre Pompidou se inauguró el 31 de enero de 1977, aunque sus puertas abrieron al público el 2 de febrero (istock)
El Centre Pompidou se inauguró el 31 de enero de 1977, aunque sus puertas abrieron al público el 2 de febrero (istock)

1968. Las calles parisinas vibraban bajo el incesante ritmo de las protestas estudiantiles. Ocupaciones en universidades, paros masivos generales, graffitis, movimientos artísticos en estado de pura ebullición. Georges Pompidou, que había liderado al país como Primer Ministro de 1962 a 1968, se convirtió en el Presidente de la República en 1969. En su nuevo cargo, el objetivo de este líder conservador era "restaurar el orden", pero desde una perspectiva nueva: la modernización de París. Proyectos arquitectónicos transformativos "domarían" la ciudad.

Entre ellos se encontraba la realización de un centro artístico y cultural que no sea un mero museo o galería, en el histórico Le Marais. Se llamó a un concurso global en el que se presentaron 681 proyectos procedentes de 49 países. Los ganadores fueron Renzo Piano y Richard Rogers, dos hippies hasta ese entonces desconocidos, y Gianfranco Franchini, que participó del diseño pero no lo dirigió junto a sus colegas. Su elección marcó un inusitado convenio entre el establishment político francés y las ideas radicales de una nueva generación de artistas.

Renzo Piano y Richard Rogers, fotografiados en 1977 (Jacques Minassian)
Renzo Piano y Richard Rogers, fotografiados en 1977 (Jacques Minassian)

El descomunal proyecto comenzó a planearse bajo el nombre de "Centre Beaubourg" -que sería cambiado a Pompidou luego de la muerte del líder en 1974- que idealmente se convertiría en "un centro cultural que sea a la vez un museo y un centro de creación, en el que las artes plásticas se codeen con la música, el cine, los libros". Un centro cultural multidisciplinar inédito hasta el momento, en pocas palabras.

Para el diseño, los arquitectos imaginaron un edificio "de adentro para afuera", con cañerías y estructuras del lado exterior para que el interior sea adaptable y abierto. El plan original era que los pisos fueran movibles, aunque esta idea se dejó de lado cuando Giscard d'Estaing, el sucesor de Pompidou, les recortó el presupuesto. Según Piano reveló hace poco en una entrevista con The Guardian, hubo "varias crisis" en el medio, demandas de todo tipo, y luchas contra las regulaciones de la época.

El descomunal proyecto comenzó a planearse bajo el nombre de “Centre Beaubourg” (istock)
El descomunal proyecto comenzó a planearse bajo el nombre de “Centre Beaubourg” (istock)

Pero siguieron adelante. Piano y Rogers no querían que el edificio se convirtiera en un monumento, en otro museo de cultura inaccesible. Querían que sea un "happening", un marco de participación masiva en el que los visitantes pudieran interactuar con el edificio; un edificio que expresara rebelión locura y honestidad. Obviamente, fue recibido con aplomo. "París tiene su propio monstruo", sentenció Le Figaró. Le Monde dijo que era "una violación a París… Un King Kong arquitectónico". Se lo comparó con "una refinería de petróleo" y una mancha en la cara de París.

Pero la cultura es flexible. Cada 20, 25 o 30 años las concepciones de lo que es arte y lo que no cambian de una manera radical, se adaptan. Piano y Rogers lo sabían, por lo que su misión principal era la de crear un espacio adaptable, que pueda transformarse de manera continua con el paso del tiempo. Por los recortes de presupuesto luego de la llegada de d'Estaing, varios de sus planes originales, como el de los pisos, se modificaron: no iba a haber pantallas gigantes en la plaza, y los muros transparentes fueron reemplazados por paredes opacas.

“París tiene su propio monstruo”, sentenció Le Figaró (istock)
“París tiene su propio monstruo”, sentenció Le Figaró (istock)

El Centre Pompidou se inauguró el 31 de enero de 1977, aunque sus puertas abrieron al público el 2 de febrero. Criticado ferozmente hasta ese momento, fue un éxito popular imprevisto. En poco tiempo se convirtió en uno de los centros culturales más visitados del mundo y en uno de los atractivos turísticos más aclamados de Francia. Fue un hit. Su estructura elevada permitía una visión de París única e irrepetible. Su interior se fundía con el espectador. ¿Siguió generando polémica? Sí, pero se ganó la categoría de ícono y su visión fue incorporada por otras grandes instituciones artísticas que le siguieron.

Actualmente, el Centre Pompidou recibe entre 3,5 y 3,8 millones de visitas al año. Críticos expresan hasta el día de hoy su objeción por sus fallas y contradicciones intrínsecas, pero admiten que fue un antes y un después, y un puntapié que le otorgó a parís un espíritu innovador que la llevaría a modernizarse hasta convertirse en la urbe que todos conocen, que celebra su gente y su eterno espíritu pionero.

Actualmente, el Centre Pompidou recibe entre 3,5 y 3,8 millones de visitas al año (istock)
Actualmente, el Centre Pompidou recibe entre 3,5 y 3,8 millones de visitas al año (istock)

40 años después

"He querido que el 40 aniversario del Centre Pompidou sea una fiesta de la creación artística por todo el país. Que hable de la vitalidad de las instituciones culturales que comparten el espíritu del Centre Pompidou. Que permita celebrar las relaciones establecidas con artistas, museos, centros de arte, salas de espectáculos, festivales; desarrollar y enriquecer la larga historia de proyectos comunes al servicio del arte y de la creación. Que sea la ocasión de ir al encuentro tanto de quienes siguen con pasión al Centre Pompidou desde hace 40 años como de un público nuevo. El aniversario del Centre Pompidou se ancla en el territorio a través de numerosos eventos para provocar, acompañar, favorecer y facilitar proyectos", declaró Serge Lasvignes, actual presidente del Centre Pompidou.

Como motivo de sus cuarenta años, el Pompidou recibirá USD 110 millones para una renovación que lo preservará para la posteridad. Se restaurará su fachada única y elementos de climatización que ya no funcionan, además de reemplazar la famosa escalera mecánica externa. Una restauración similar se llevó a cabo entre entre 1998 y el 2000, aunque, a diferencia de lo ocurrido en ese período, el Pompidou permanecerá abierto. Y los festejos no tardarán en llegar.

Pompidou recibirá USD 110 millones para una renovación (istock)
Pompidou recibirá USD 110 millones para una renovación (istock)

La programación anual se enmarca en este aniversario. Comienza con la primera retrospectiva completa de la obra del artista estadounidense Cy Twombly, y otras exposiciones inéditas que celebran las obras del fotógrafo norteamericano Walker Evans y del pintor inglés David Hockney. Además, llegarán préstamos excepcionales y se realizarán actividades y eventos durante todo el año. Cuarenta ciudades francesas albergarán exposiciones, espectáculos y encuentros en colaboración con museos, centros de arte contemporáneo y festivales. Será una fiesta nacional que recibirá con los brazos abiertos al monstruo popular que enamoró a la France.

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