Desde el principio de los siglos, y desde que el hombre comenzó a construir, la arquitectura se pensó no sólo por su funcionalidad, sino por su poder de impacto. Catedrales inmensas y pirámides se han erigido para crear estructuras que generen adoración, respeto y maravilla.
"El espacio arquitectónico sólo cobra vida en correspondencia con la presencia humana que lo percibe", dijo una vez el arquitecto japonés Tadao Ando, y ninguna frase parece más cierta cuando se tiene en cuenta una de las nuevas grandes obras maestras de estos últimos tiempos.
"Le Guetteur" es un edificio ubicado en la ciudad francesa de Cagnes sur Mer, en los Alpes Marítimos. Su nombre significa "El Observador" y no es difícil adivinar por qué. Esta estructura parecería un edificio común y corriente, pero la mitad está partida y de su interior parece asomarse una cabeza gigante que todo lo observa.
Ubicado en un Le Polygone Riviera, un shopping al aire libre de la Costa Azul que abrió durante el 2015. El espacio del predio comercial ocupa 70 mil metros cuadrados y comprende 150 boutiques, 26 restaurantes, un cine y hasta un casino. Pero la pièce de résistance es sin dudas "Le Guetteur", obra del artista Sacha Sosno.
Nacido en Marsella en 1937, Sacha Sosno es un artista multifacético. Participó en los inicios del videoarte, el arte sociológico, idea performances únicas, pinta sobre lienzo fotográfico sensible, crea ensayos, exposiciones y brilla con su arquitecturas y esculturas monumentales. Éste es el caso de "Le Guetteur", una enorme escultura de aluminio de 20 metros de altura, que se convirtió en una de las obras más llamativas de todo el mundo.
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