Rebeca Hwang y el debate de cómo construir confianza en la era de la Inteligencia Artificial

La especialista participó de una nueva edición de Diálogos Urban y dio su visión de cómo la IA está redefiniendo la cultura y la comunicación

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Gabriela Korovsky, CEO de Urban
Gabriela Korovsky, CEO de Urban Grupo de Comunicación, y Rebbeca Hwang

“Es la primera vez que tenemos una tecnología que se parece al ser humano, e incluso hasta puede superarlo en muchos aspectos”, dijo Rebeca Hwang, invitada por Urban Grupo de Comunicación como parte de su propuesta Diálogos Urban. Y explicó que una curiosidad que sucede con la AI es que los países en desarrollo están en la cima del ranking de penetración, liderando su adopción.

“¿Por qué ocurre esto? -planteó la experta-. Tenemos algunas hipótesis. Se trata de una tecnología que permite la creación de eficiencias en productividad. Y para muchos países que terciarizan procesos automatizables, como India o Argentina, incorporar un copiloto como ChatGPT tiene mucho sentido, porque le puede multiplicar su capacidad de un día para otro”.

Made by human: cómo construir confianza en la era de la AI”, tal el nombre de charla de Hwang, se basó en cómo está cambiando la cultura, las marcas, la comunicación y la interacción con los clientes a partir de la presencia de un factor disruptor como la AI en todos los mercados.

La experta, que nació en Seúl y creció en Buenos Aires, estudió en el Colegio Nacional Buenos Aires y leugo en el MIT y Stanford, en EEUU, y lideró proyectos en Silicon Valley. Es cofundadora y Managing partner de Rivet Venture. En el evento fue entrevistada por Gabriela Korovsky, CEO de Urban Grupo de Comunicación.

“Hoy podemos hablar con la computadora como si fuera un amigo; eso hace que se democratice el acceso a la computación. Lo cambió todo”

Hwang sostuvo que la razón por la cual esta difusión es muy diferente a las anteriores tiene que ver con que, por primera vez, se logró una interacción con la máquina que es casi comparable a la que se puede tener con un ser humano.

“Hoy podemos hablar con la computadora como si fuera un amigo; eso hace que se democratice el acceso a la computación. Lo cambió todo”, expresó. Y ejemplifica con cómo cambió su rol como docente en Stanford. “Antes yo estaba ahí para compartir información que no estaba accesible universalmente. Ahora todos tienen acceso a toda la información del mundo, compilada y estructurada de una manera muy comprensible. Entonces, ¿cuál es mi rol? Porque la transferencia de conocimiento está obsoleta. Nosotros, como storytellers, vamos a tener otra función”, sentenció.

“En este momento, estamos dejando que la AI vea el mundo y diga qué quiere hacer… Debería ser al revés. Nosotros, los humanos, tenemos que decirle a ChatGPT qué hacer”, dijo Hwang.

La speaker invitó a la audiencia a hacer un pequeño ejercicio: pensar durante treinta segundos cuáles son las labores diarias y qué porcentaje del trabajo que hacen le pedirían a la AI que lo hagan por ellos para poder disfrutar otras cosas. Cuál sería ese porcentaje de tareas que estarían felices de no hacer. “Cuando pensamos en productividad, o en aquello que querríamos que haga la IA, suele haber consenso en el porcentaje, el de aquí es de un 35 o 40 por ciento. Suelo encontrarme con un 40 por ciento o poco más”, comentó.

“Es la primera vez que tenemos una tecnología que se parece al ser humano, e incluso hasta puede superarlo en muchos aspectos”

Esto, desde ya, tiene sus consecuencias. “En Silicon Valley se ve esta esquizofrenia: recesión, despidos, gente que ya no tiene el trabajo que solía tener antes. Hay un cambio de paradigma sobre qué estudiar. Mientras que también vemos muchísimo capital que está creando un flujo de inversión al mundo de la AI. Para fines de año se calcula 97.9 billones de dólares destinados, eso significa que la mitad de todo el venture capital de Estados Unidos está en manos de la AI. Con lo cual, lejos de haber una desaceleración, su velocidad solamente va a aumentar. Imagínense un mundo en el que toda la interacción con sus clientes va a suceder a través de un bot, cambia la dinámica de la interacción y la confianza entre la marca y el cliente de manera radical”, aventuró.

“Estamos entrando en una era en que la diferencia de costo entre quien usa AI y quien no puede ser de cien mil a uno -dijo Hwang-. ¿Saben por qué Open AI está creando Sora? Porque eso va a permitir entrenar a la IA con video. Hoy es con texto. Si la IA se entrena con video, prácticamente va a saberlo todo. Es algo aterrorizante”, confesó.

Apropósito de esto, la experta trajo a colación los cinco steps de OpenAi:

  1. Chatbots: la AI con lenguaje conversacional
  2. Reasoners: la capacidad de resolver problemas humanos
  3. Agents: sistema que puede tomar acción
  4. Innovators: AI que puede ayudar a inventar
  5. Organizations: AI que puede hacer el trabajo de una organización.

“Hoy ChatGPT está al nivel 3. La pregunta es qué va a pasar con el futuro, con esta tecnología dominando gran parte de nuestras vidas. Pero tengo buenas noticias, cuando hablamos de innovación realmente original, la IA no es superior al ser humano”, destacó Hwang, quien también se refirió al impacto y el uso de IA en las marcas, la comunicación y el storytelling de las empresas.

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