La decisión del Gobierno de Mauricio Macri de impulsar el negocio de las aerolíneas low cost dejó nuevas empresas, más competencia, nuevas rutas y más pasajeros como balance positivo. Sin embargo, la crisis económica —con fuertes devaluaciones, caída del poder adquisitivo y aumentos en el precio del combustible— afectó los planes de expansión que se habían propuesto llevar adelante estas empresas y las obligó a recalcular sus proyectos.
Durante el mes pasado, por primera vez hubo un estancamiento en el crecimiento interanual del mercado de vuelos domésticos. En junio de este año, por ejemplo, la cantidad de pasajeros mensuales se había incrementado un 28% con respecto a junio de 2019. Durante todos los meses siguientes los números siguieron positivos, hasta octubre, donde no hubo caída, pero tampoco crecimiento.
Desde el Gobierno lo atribuyen al paro anunciado por Aerolíneas Argentinas en octubre (que luego se levantó, pero afectó a 25.000 personas), a las restricciones al aeropuerto de El Palomar, que calculan restó unos 30.000 pasajeros y a la tormenta del 12 de octubre (con otros 10.000 pasajeros menos).
Desde la compañía europea Norwegian, que comenzó a volar rutas de cabotaje hace un año, destacaron que debieron recortar sus planes originales: a esta altura esperaban contar ya con 10 aviones, pero en este momento tienen tres. Se fueron combinando varios factores: la crisis local más las dificultades a nivel global con los aviones Max 737. “La recuperación va a llevar tiempo”, explicaron.
El Gobierno atribuyen los datos del mes pasado al paro anunciado por Aerolíneas, a las restricciones al aeropuerto de El Palomar, que calculan restó a unos 30.000 pasajeros y a la tormenta del 12 de octubre
“El cambio en la política aerocomercial que implementó el actual Gobierno parcialmente rindió sus frutos. La participación que lograron alcanzar las nuevas empresas en cabotaje, el incremento del 57% acumulado contra 2015 en la cantidad de pasajeros, la infraestructura en los aeropuertos y la conectividad de las ciudades del interior son activos que quedan. Desde ese punto de vista, hay muchas cosas positivas”, destaco el economista Pablo Besmedrisnik, director de la consultora Invenómica.
“Pero el sector es muy sensible a los cambios macroeconómicos. La tasa de crecimiento del mercado ya está amesetada. Hay que ver cómo se desempeñan y qué capacidad financiera tienen estas empresas para aguantar en un período que puede ser más complicado. De acá a futuro, más allá de la cantidad de pasajeros que transporten, es difícil que crezcan", pronosticó Besmedrisnik.
También destacó otro factor clave: compiten contra una empresa como Aerolíneas Argentinas, que tiene una participación de 63% del mercado, es deficitaria pero está subsidiada por el Estado, lo que le permite afrontar períodos económicamente malos.
Una de las compañías que atravesó dificultades fue Andes que, según sus directivos, no es técnicamente una low cost pero es una empresa de bajo costo. Estuvo algunos días sin volar pero retomará su actividad luego de lograr cobrar una deuda millonaria con la provincia de Chubut.
“Fuimos los primeros que confiamos en el cambio de ambiente aerocomercial y en marzo de 2018 estábamos con 15 aviones y dos más comprometidos. Con la primera devaluación, allá en mayo de 2018, y el aumento del combustible, tuvimos que corregir todo el peso de los costos que teníamos en dólares y nos quedamos solo con cinco aviones, que eran propios. Este año, con el dólar a $60, también nos encontramos en una situación muy compleja”, dijo Horacio Preneste, gerente General de Andes.
El directivo señaló que también sufren la baja de los viajes de negocios por la caída de la actividad económica. “A diferencia del turista, que viaja una vez o dos por año, el viajero de negocios, corporativo, viaja una o dos veces por mes”, detalló.
Cuando hay sobreoferta en los vuelos, las aerolíneas ofrecen tarifas más bajas. Las que mejor respaldo financiero tengan pueden ser más agresivas con las ofertas. Sin embargo, Preneste se mostró optimista: “Cuando hubo mejores condiciones, trajimos 15 aviones. Hace 14 años que estamos volando, no estamos acá por un año y nada más”, aseguró.
Desde Flybondi, que lleva 20 meses operando, subrayaron que ya son la tercera aerolínea del país, con un marketshare del 9% en vuelos de cabotaje. Y que en 2020 planean continuar con una expansión regional: ya vuelan a Paraguay, Uruguay y Brasil. En octubre de 2019 comenzó a volar a Río de Janeiro, en diciembre comenzará con Florianópolis y en enero de 2020, con San Pablo. Luego, en el segundo trimestre del año que viene, prevén lanzar al menos dos nuevas rutas regionales. La semana pasada, la primera low cost del país, tuvo que echar a su fundador y ex CEO del directorio, el inglés Julian Cook, luego de que trascendiera críticas al macrismo y también al peronismo.
“Para que el sector siga creciendo quizás hay que revisar un poquito el rol de las empresas que lideran el sector, como Aerolíneas Argentinas. Cuando la economía cruje es difícil para un privado competir con alguien que no tiene problemas”, agregó Besmedrisnik.
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