La falta de certezas hace que el mercado se maneje día a día, pero hay señales firmes de hacia donde va una parte del dinero de los inversores. Los que salen del plazo fijo, compran dólares aternativos, “libre” o van a la Bolsa.
Los que eligen las acciones se dividen entre los cazadores de oportunidades que compran cuando todo se derrumba y venden cuando suben. El riesgo es que pueden ganar en pesos, pero perder en dólares, ya que la divisa que toman como referencia es el dólar Bolsa que es más de 20% más alto que el oficial al que, obviamente, no tienen acceso.
El otro grupo de inversores de la Bolsa, apuestan a más que duplicar en dólares su inversión. Compran una acción para tomar ganancias en el mediano o largo plazo. Mientras tanto, no se hacen problemas por la volatilidad diaria del mercado. Es como tener un bono de la deuda y esperar su vencimiento. Todas las bibliotecas dicen que si alguien espera a las acciones el tiempo que sea necesario, gana.
Lo que hay que tener en cuenta es que los inversores miden el volumen de negocios y los precios de las acciones en dólares. Si el dólar sube, el volumen debe acompañar la suba, caso contrario consideran que el mercado se está achicando (Sidi)
Después están los que eligen los fondos de bonos Latam, que tienen mayoría de bonos latinoamericanos y un porcentaje de Bonos del Tesoro de Estados Unidos. En estos momentos, están ajustando sus carteras. Redujeron de forma poco significativa su exposición en Chile, donde los bonos perdieron un porcentaje irrelevante de su paridad, para comprar títulos de Brasil que están francamente en alza y de Paraguay, porque los dólares de los argentinos los eligieron como un buen destino. Saben que, si aumentan las retenciones o ponen impuestos elevado a las exportaciones, Paraguay crece porque hay mercadería que se “muda” de noche para salir por el puerto paraguayo y eludir esos gravámenes.
El problema que tienen los bonos paraguayos que, a pesar de la paridad elevada y el bajo riesgo, tienen poca liquidez. Se tarda más en colocarlos.
“Es el día a día. Los inversores tienen dudas y temores. Por caso, hay una enorme preocupación por si pondrán el impuesto al Patrimonio Neto a los que blanquearon sus dólares en el exterior”, señaló Federico Sidi, de Compass Group. “Además, los que tienen pesos porque salieron de los plazos fijos no tienen demasiados destinos para invertirlos”, agregó.
La volatilidad de la Bolsa explica este humor. El S&P Merval sumó un alza de 4,30% con negocios por $ 1.294 millones, bastante menos de los casi 2 mil millones que negociaba la semana anterior, pero de todas maneras es un volumen respetable.
“Lo que hay que tener en cuenta es que los inversores miden el volumen de negocios y los precios de las acciones en dólares. Si el dólar sube, el volumen debe acompañar la suba, caso contrario consideran que el mercado se está achicando. Las apuestas en la Bolsa no son para ganar en pesos, sino en dólares. Así que por más que aumente el precio de las acciones si no superan a los dólares alternativos, para el comprador no es negocio”, señaló Sidi.
Por eso las preferidas de los últimos tiempos fueron Aluar y Ternium. La empresa de aluminio exporta casi todo o que produce y Ternium está radicada en Texas. Es como tener dos papeles atados al dólar. Los que compran creen que habrá una fuerte devaluación.
Pero ahora, se sumaron los bancos que venían maltratados en las últimas ruedas. Por eso Grupo Financiero Valores (+8,33%), Banco Galicia (+7,93%) y Supervielle (+7,37%) fueron los que más ganaron. Macro aumentó 5,62% y BBVA, 4,77%.
En Wall Street los ADR’s argentinos -certificados de tenencias de acciones que cotizan en dólares y que se utilizan para hacer operaciones de contado con liquidación- se recuperaron con generosidad de la caída del viernes. Banco Supervielle (+6,86%) lideró las alzas seguido por Grupo financiero Galicia (+6,36%), Telecom Argentina (+5,82%), Banco Macro (+5,47%) y BBVA (+5,16%).
Otros ahorristas e inversores eligen mantenerse en pesos, pero se inclinan por los depósitos indexados que continúan creciendo. El miércoles de la semana pasada subieron $447 millones (+3%). Es una clara apuesta a la inflación futura. De hecho saben que va a ser muy alta en los últimos dos meses del año.
Los depósitos en dólares siguieron en baja. El 30 de octubre se retiraron de los bancos USD 174 millones. De todas maneras, el ritmo de retiros parece ceder.
El dólar tuvo un día tranquilo porque el mercado no tiene señales claras. En bancos y casas de cambio, la divisa perdió 2 centavos y operó a $ 63,33. En la plaza mayorista, donde rige el super cepo, subió 2 centavos a $ 59,71 con negocios más elevados por USD 364 millones. Esto fue porque el Banco Central compró divisas porque aumentó la oferta de los exportadores y no querían que el dólar bajara.
Los dólares alternativos soportaron bajas de 1,5% a $78,77 en el caso del contado con liquidación y de 2,3% a $ 74,49 en el dólar Bolsa o MEP.
El “libre” con operaciones escasas, pero mayor oferta del “chiquitaje” que vende el cupo de USD 200 mensuales, perdió $ 1 y cerró en $66,50.
El riesgo país quedó sin cambios. Subió apenas una unidad a 2.277 puntos. Los bonos largos de la argentina con legislación neoyorquina, siguen en alza pero no hay vendedores. La mayoría de estos títulos proviene del canje de la deuda que hizo Néstor Kirchner y vencen en 2033 y 2038. Esto hace presumir que quedarán afuera de cualquier default o reperfilamiento. Su rendimiento de 16% los hace atractivos.
Pese a todo, el título más buscado fue el Bonar 2024 que el viernes paga intereses y los que lo compraron es para hacerse de dólares billetes comprando estos títulos en pesos. Por eso, comenzaron la semana con una suba de 5,05%.
Las reservas, por las compras del Banco Central y la suba del oro, aumentaron USD 32 millones a USD 43.321 millones. Es la segunda suba consecutiva. El viernes crecieron 34 millones.
La falta de precisiones, hace ver que el rumbo de los pesos no va a cambiar. Se orientarán al dólar bolsa, de manera selectiva a las acciones y a los plazos fijos indexados.
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