Un anuncio realizado esta semana confirma que Brasil se convirtió en una de las economías de la región más seductoras para los inversores internacionales. El Fondo de inversión pública de Arabia Saudita desembolsará USD 10.000 millones en el país que gobierna Jair Bolsonaro.
La inversión fue confirmada luego de un diálogo directo entre el mandatario sudamericano y el príncipe heredero Mohammed Bin Salman, informó el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Araujo.
El anuncio fue realizado tras el encuentro que mantuvieron este martes el príncipe heredero saudí y el presidente brasilero, quien realiza una gira por Oriente Medio para promover las inversiones de los fondos soberanos y ampliar las exportaciones del gigante sudamericano.
Bolsonaro se reunió con Bin Salman en el Hotel Ritz-Carlton, donde el fondo soberano organiza una cumbre de inversión. El objetivo del fondo de USD 320.000 millones es hacer que la economía del reino sea menos dependiente del petróleo.
El jefe de gabinete de Bolsonaro, Onyx Lorenzoni, dijo a periodistas que los dos gobiernos formarán un consejo durante las próximas dos semanas, que definirá los sectores y el momento de las inversiones.
Lorenzoni comentó que los sauditas expresaron interés en la construcción de un ferrocarril de 966 kilómetros desde el corazón agrícola de Mato Grosso hasta Pará, en el extremo norte del país. Se espera que el ferrocarril cueste alrededor de USD 3.000 millones.
A principios de esta semana, Waleed Al Mokarrab Al Muhairi, subdirector ejecutivo de Mubalada Investment Co., el fondo soberano de Abu Dhabi, dijo que su fondo está “extremadamente entusiasmado” por las próximas privatizaciones en Brasil.
Brasil espera recaudar 1,3 billones de reales (USD 325.000 millones) en los próximos años a través de subastas de licencias para operar aeropuertos, pozos petroleros y puertos, y también a través de la privatización de empresas estatales como el servicio postal.
La reunión fue parte del Future Investment Initiative (FII), un acontecimiento anual de tres días destinado a mostrar al país como una economía dinámica atractiva para las inversiones extranjeras, conocido como el “Davos del desierto”. Las autoridades anunciaron que más de 300 participantes de 30 países asistirán al evento, al contrario de lo ocurrido en la edición de 2018, boicoteada tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
Mientras tanto, la diplomacia de Itamaraty está en tratativas intensas para cerrar, en noviembre próximo, un nuevo viaje de Bolsonaro a Estados Unidos. La visita incluirá el estado de Florida, pero deberá culminar en Washington, donde el presidente brasileño irá a participar del CEO Fórum que organiza la Cámara de Comercio Americana (AMCHAM) y en la que también estará presente el ministro de Economía Paulo Guedes. Pero la mayor ambición es un encuentro con Donald Trump. Para Bolsonaro y la cancillería brasileña sería una oportunidad especial para consolidar al jefe del Palacio del Planalto como líder regional, frente a procesos complicados en el vecindario sudamericano: Chile, Bolivia y Venezuela. Pero también frente a la elección de un “gobierno izquierdista” en Argentina, según relataron altos colaboradores presidenciales al diario Folha de Sao Paulo.
Este martes, en Riad (Arabia Saudita), Bolsonaro coincidió con Jared Kushner, yerno y asesor especial de Trump, en una conferencia con los “top” del mundo financiero global. Allí estaba, también, el secretario norteamericano del Tesoro Steven Mnuchin y el titular del Banco Mundial David Malpass. Lo cierto es que la nueva gira del presidente brasileño por Estados Unidos fue de hecho una iniciativa de los senadores republicanos Marco Rubio y Rick Scott. El convite realizado por ambos es para tener al brasileño como personaje principal en conferencia con inversores estadounidenses, interesados en participar especialmente de obras de infraestructura y privatizaciones.
La entrevista con Trump todavía no está cerrada y, se afirma, podría coincidir con una eventual visita de Alberto Fernández a Washington como continuidad de su gira por México donde se reunirá con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
A mediados de noviembre, el presidente de los Estados Unidos tiene previsto volar a Chile para participar de la cumbre APEC (Fondo de Cooperación Asia-Pacífico).
(Con información de Bloomberg y EFE)
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