El peso argentino va a enfrentar las situaciones adversas que se produjeron el lunes y que pueden provocar una fuerte suba del billete, salvo que suceda un milagro y los anuncios –si los hay– del nuevo ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, despierten esperanzas entre los inversores y consumidores.
Estas son las causas que podrían hacer subir al dólar
– Alberto Fernández. Las declaraciones del candidato, que declaró que iba a conversar con cada uno de los acreedores sobre cómo reestructurar la deuda para poder pagarla. Wall Street le respondió inmediatamente con una suba del riesgo país que obligó a quien puede ser su ministro de Economía, Guillermo Nielsen, a aclarar las palabras. El efecto fue el opuesto, porque quedaron más dudas.
– Las calificadoras. El viernes, Fitch y S&P bajaron la nota de la deuda local.
– Riesgo país. El índice trepó casi 14% a 1.883 puntos básicos y provocó que algunos bonos tengan una paridad de 45%. Si tocan 30% el precio es directamente de default.
– Cesación de pagos. La audacia de las declaraciones de los bonos dejó dudas entre los inversores y levantó la guardia del mercado. Hoy, 72% de los inversores creen que la Argentina podría no enfrentar sus deudas en 2020.
– La fortaleza del dólar en el mundo. Subió de manera contundente frente a las principales divisas de la región. En Chile, donde la inflación es de 2,2% anual, aumentó 0,63% y en el último año subió 5%. Si se compara esta alza con la inflación anual, duplicó la suba de precios.
– Brasil y México. En el país vecino, el real cayó a su nivel más bajo desde julio del año pasado. Subió 1,72% a 4,07 reales. Desde el miércoles el Banco Central de Brasil venderá USD 550 millones por día durante una semana para impedir la escalada que está haciendo crecer la inflación local. El dólar subió en un año 10%. La inflación de Brasil para este año se calculaba en 3,70%. En México el peso perdió 1,01% frente al dólar. Y en el mundo el billete de Estados Unidos subió 0,17% frente a las seis principales monedas del planeta.
– Oro. El oro tuvo una baja de 0,30% que incidirá en las reservas de la Argentina que están compuestas por 70 toneladas del metal. Además, están siendo acosadas por un goteo en los depósitos en dólares de alrededor de USD 200 a 300 millones diarios. De hecho, aumentó la demanda de cajas de seguridad y también subió el precio de las mismas en 20%.
– La Fed. La tasa del Tesoro de Estados Unidos a 10 años subió a 1,59%, porque bajó el título de la deuda norteamericana. Esto significa que más dólares irán para ese país y parte de esos dólares saldrán de la región. Además, que suba el riesgo país con el precio del bono de Estados Unidos en caída, hace más vulnerable a la Argentina.
En este escenario, un allegado a Miguel Ángel Pichetto confesó que la semana pasada el candidato a vicepresidente le pidió una opinión a Martín Redrado sobre lo que haría para evitar que el riesgo país siga subiendo. El economista le aconsejó que usen los dólares que tienen permitidos (hasta USD 5 mil millones) para recomprar bonos cortos de la deuda y bajar el riesgo país.
Esa recompra de bonos despertaría, siempre según la fuente, un efecto contagio porque al subir los títulos habría más compradores y aflojaría la demanda sobre el dólar billete. Pero lo más importante es que permitiría cancelar los intereses de la deuda del año que viene y eliminaría el peligro de incumplimiento para 2020. La Argentina ganaría un año de paz si toma esta decisión. Pichetto prometió retransmitirlo. El mismo consejo habría recibido, también de Redrado, Alberto Fernández, quien habría opinado que ese tipo de medidas tiene que tomarlas el actual gobierno.
A todo esto, los ADR argentinos que cotizan en Wall Street, tuvieron un derrumbe que muestra la aversión a los activos de riesgo argentinos. Los certificados de acciones que cotizan en dólares perdieron hasta 15,78%, como fue el caso de Banco Supervielle. En realidad, todos los bancos argentinos perdieron más de 15% en la bolsa de Nueva York.
El primer día hábil de la semana abre con una carga de tensiones importantes porque la pausa de 96 horas, contando sábado y domingo, lejos de calmar los ánimos, trajo confusión.
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