Seis centavos marcaron el destino del dólar y le demostró al Banco Central que su poder de fuego, aunque tenga la misma cantidad de municiones, perdió potencia. El plan monetario quedó herido después de la fuerte suba de la divisa del miércoles y jueves pasado y contener al dólar sólo con la tasa no parece algo posible.
Desde ahora la volatilidad será el futuro del mercado financiero: los días del dólar quieto llegaron a su fin.
Para tener una idea de la pérdida de control del Central sobre el dólar está a la vista la licitación de Letras de Liquidez (Leliq) por $185.727 millones. La entidad que preside Guido Sandleris pagó por estos títulos tres puntos más que el día anterior. La tasa promedio fue de 59,86% contra 56,76% del viernes. La tasa máxima ya está en 60,73% contra 59,90% de la rueda del viernes. En lo que va del mes esta tasa aumentó 10 puntos y no satisface a los ahorristas ni a los bancos que todavía no trasladaron las mejoras a las pizarras para atraer más depositantes. Pero el Central no solo subió las tasas, sino que absorbió $32.275 millones con lo que en lo que va de marzo quitó de circulación casi $200.000 millones.
El dólar sorteó todos los obstáculos y en 11 días de marzo subió 5,66 por ciento. Ya le está ganando ampliamente a cualquier plazo fijo que se haya renovado en marzo y todavía faltan 20 días para terminar el mes.
Por eso, después de la fuerte caída del viernes, se esperaba otro retroceso del dólar mayorista que no se dio. Si bien abrió por debajo de los $41, fue ascendiendo paulatinamente hasta la media hora final de la rueda donde hubo un importante rally que lo llevó a la cumbre de $41,30. Subió 6 centavos y dijo "presente". Sonó a triunfo porque superó el bombardeo que se inició el viernes. En el mercado nadie ve un dólar quieto ni a productores alimentando la oferta como espera el Gobierno porque sólo liquidarán lo que necesitan y almacenarán el resto a la espera de tiempos mejores.
"¿Si usted tuviera un campo, qué haría? ¿Vendería la cosecha y se quedaría con dólares o pesos?", preguntó un operador a un inversor que contestó que se quedaría en dólares. "Se equivoca –le respondió el operador– quédese con los granos que va a tener menos riesgo y véndalos en el momento más oportuno".
Y en esta respuesta está uno de los problemas que tiene el mercado: no hay vendedores de dólares. Se refugiaron y se quedaron quietos. Para tentarlos a vender en la rueda del lunes tuvieron que subir el precio y quedó comprador para el martes.
El Banco Central no tiene otra herramienta que la tasa de interés que no es tan decisiva porque se desarmaron los carry trade (vender dólares para comprar pesos y colocarlos a plazo fijo para ganar con la tasa). Además, no puede intervenir con contundencia en el mercado de futuros porque ya se consumió casi la totalidad del cupo que el autorizó el FMI. Ahora, para vender, deberá cerrar algunas posiciones de fin de mes.
En el mercado nadie ve un dólar quieto ni a productores alimentando la oferta como espera el Gobierno porque sólo liquidarán lo que necesitan y almacenarán el resto a la espera de tiempos mejores
Por eso le está pidiendo al FMI que lo deje utilizar parte de los USD 10.700 millones que entran en unos días para aumentar su poder de fuego. Todavía no hay una respuesta firme. Otra de las razones del fortalecimiento del dólar es que los bancos no aumentaron las tasas a los ahorristas porque ellos compran Leliq a 7 días y captan a 30 días como plazo mínimo. El otro problema que tienen, es que el dólar le ganó al peso en febrero y lo está derrotando en marzo.
Esto no significa que de aquí en más se verá a un dólar volando a las alturas. Tendrá días de suba y también de baja, de acuerdo a lo que suceda en el país.
Pero el hecho de que el dólar mayorista haya subido en un día favorable a todos los mercados del mundo, porque el dólar bajó en la región y frente a las seis principales monedas del mundo, muestra que hay una resistencia enorme a deshacerse de las divisas. Y eso se notaba en las pantallas de las mesas de dinero donde la oferta de billetes era mínima.
Pero no solo bajó la moneda de Estados Unidos, también bajó el Bono del Tesoro norteamericano que ayudó a que el riesgo país argentino bajara 2,88% a 742 puntos. Una parte de esta mejora es resultado de lo que sucedió en las elecciones de Neuquén donde ninguna encuesta siquiera se aproximó al resultado.
No hay vendedores de dólares. Se refugiaron y se quedaron quietos. Para tentarlos a vender en la rueda del lunes tuvieron que subir el precio y quedó comprador para el martes
Los inversores se relajaron y no relacionaron tanto las paridades de los bonos con las encuestas que miden a Mauricio Macri y a Cristina Fernández de Kirchner en el país, y a María Eugenia Vidal y Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires.
El público no sintió tanto el beneficio del leve aumento porque en bancos y casas de cambio, la divisa se vendió a $42,29, que equivale a 3 centavos por encima del viernes.
Las reservas cayeron USD 51 millones a 68.524 millones. En el exterior se perdieron USD 20 millones por la baja de algunos bonos soberanos. Los pagos que se hicieron fueron de 4 millones a Brasil y de un millón a organismos internacionales.
La Bolsa vivió una jornada de alzas como las del resto del planeta ayudada por las noticias que llegaron de Neuquén. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes aumentó 2,33 por ciento. En el mejor momento del día llegó a estar 2,86% arriba. El monto de negocios fue la mitad de lo que se operó en las ruedas anteriores durante la sucesión de caídas, $614 millones. Los bancos y las petroleras fueron los grandes ganadores. Macro aumentó 7,08% y Petrobras, 5,61 por ciento.
En Wall Street, los ADR's tuvieron una mayoría de alzas. Los certificados de tenencias de acciones argentinas que cotizan en dólares, mostraron subas de hasta 7,44% como fue el caso de IRSA Propiedades Comerciales. MercadoLibre (+7,01%) fue otro papel destacado junto a Macro (+6,69%) e YPF (+6,15%).
Se esperan más duelos entre el Banco Central y el dólar. La clave está en convencer a los ahorristas que renueven o hagan nuevos plazos fijos para que el programa económico se mantenga porque la contracción monetaria diaria y la tasa no son tan convincentes como antes.
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