"Las pymes están en boca de todos pero en manos de nadie. Es una frase vieja, pero cierta. Nosotros tomamos cartas en el asunto y avanzamos. Valoramos el esfuerzo que hacen y la importancia que tienen en el desarrollo del país y la generación de empleo", asegura Mariano Mayer, secretario de Emprendedores y Pymes de la Nación.
El funcionario está a cargo de uno de los sectores más golpeados por la recesión, las tasas y los fuertes vaivenes del dólar.
Reconoce que "siempre hay catarsis" cuando se reúne con los dueños de estas empresas. Y que los reclamos llegan de inmediato. "Hablamos de temas como impuestos, financiamiento, costos laborales. También de la burocracia y del tiempo que pierden con los trámites. Yo admiro y aprendo con cada conversación y visita. El empresario pyme argentino realmente le mete teniendo todo en contra", asegura.
El año pasado, a pesar de la crisis, algunos no cayeron, como el turismo y la carne. Otros pasan una transición difícil y están los que levantan, como algunos sectores de industria, construcción y acero
En las últimas semanas, el Gobierno lanzó dos medidas para el sector: adelantó la baja de las contribuciones patronales a las economías regionales y anunció un paquete de $100.000 millones: $60.000 millones para descuento de cheques en los bancos para capital de trabajo a tasas de 25% en bancos públicos y 29% en los privados; $20.000 millones para descuento de cheques en la Bolsa; y otros USD 20.000 para prefinanciación de exportaciones.
El jueves pasado, Dante Sica, ministro de Producción y Trabajo, y jefe de Mayer, dijo que la cotización del dólar no era algo que "le preocupa al Gobierno". Ese día, la divisa cerró en su récord histórico de 43,5 pesos. Consultado luego de la entrevista en Infobae sobre el tema, Mayer prefirió no hablar del dólar.
– ¿Cómo están las pymes hoy desde la óptica del Gobierno?
– Es difícil contestar cómo están las pymes porque son el 99,5% de las empresas argentinas. Tenemos todas las realidades: pymes industriales del Conurbano, del agro, turismo, servicios.
– Muchas la están pasando muy mal.
– Sí, pero hay diversos sectores. El año pasado, a pesar de la crisis, algunos no cayeron, como el turismo y la carne. Otros pasan una transición difícil y están los que levantan, como algunos sectores de industria, construcción y acero.
– Acaban de anunciar un plan de promoción para pymes de $100.000 millones que se anunció hace unos días. ¿Ese monto alcanza?
– Bueno, para los objetivos que nos hemos propuesto, que por un par de meses las pymes puedan acceder a financiamiento para capital de trabajo a tasas razonables, creemos que sí. Al término de este programa, que empezó el 1 de marzo y dura hasta el 30 de junio, veremos si es necesario hacer uno nuevo. Creemos que alcanza porque es un monto bien interesante.
Yo admiro y aprendo con cada conversación y visita. El empresario pyme argentino realmente es gente que le mete teniendo todo en contra
– Suena bastante sofisticado que las pymes locales se financien en la Bolsa.
– Si, antes quizás podía parecer ciencia ficción para una pyme, pero en conjunto con la CNV trabajamos en simplificar el proceso. Desde nuestro lado con las SGR, las sociedades de garantías recíprocas, que son el mecanismo para solucionar la traba para este tipo de empresas, los avales o garantías. Hoy es más sencillo conseguirlas y poder acceder a financiamiento, tanto en bancos como en la Bolsa.
– ¿Cuántas pymes están usando este sistema?
– Unas 15.000. Intervenimos dándole liquidez al mercado de capitales de descuento de cheques con un fondo en el que invirtieron las compañías de seguros. Desde ahí compramos cheques y otros instrumentos pyme y la tasa se mantuvo muy por debajo de las bancarias, entre 35 y 38 por ciento.
Creemos que podemos llegar a unas 50.000 pymes hasta junio que accedan a este financiamiento
– ¿A cuántas pymes esperan alcanzar?
– Creemos que podemos llegar a unas 50.000 pymes que accedan a este financiamiento hasta junio. A fin de año hicimos una baja de impuestos para los sectores textil, marroquinería, calzado y cuero y luego hicimos lo mismo para las economías regionales, que ahora tienen un mínimo no imponible de $17.500 sobre el cual no pagan contribuciones patronales. Eso genera un ahorro de $2.000 por empleado por mes. Es una ayuda para pasar la transición para 45 sectores de todo el país, unas 250.000 personas y 24.000 empresas.
– Con todos estos paquetes anunciados, ¿cuánto cree que se va a descomprimir la situación?
– El financiamiento es para todos los sectores. Otras medidas son más específicas, para segmentos más complicados. Somos cautos y conscientes de que mejorar la competitividad, el costo argentino, es un proceso de muchísimo tiempo; mil batallas que hay que dar para mejorar el financiamiento. La base de la cual partimos es muy baja: el sistema financiero argentino es menos de 15 puntos del PBI. Eso nos ubica entre Botsuana y Burundi, según el Banco Mundial. Hay mucho para crecer, siempre que logremos estabilidad fiscal y el control de la inflación.
– ¿Se cambió la estrategia y ahora, con los mercados cerrados, apuestan por la inversión interna?
– Por esta crisis, el mercado internacional se cerró bastante. Trabajamos con las herramientas que tenemos. Y pusimos foco en el capital de trabajo. En dinanciamiento bancario y de cheques; con la AFIP, que hoy es casi como un banco, y con la que venimos trabajando en desburocratizar, en scoring y en agilizar los procesos; y con la factura de crédito, algo que en breve va a estar implementado y que es una forma que tienen las pymes del mundo para descontar sus facturas.
– ¿Hay menos empresas?
– En la Argentina, desde hace muchos años, nacen y mueren, o abren y cierran, la misma cantidad de empresa. En el neto estamos casi en cero.
– ¿El año pasado fue igual?
– Un poco para abajo producto de la crisis. A veces es un poco para arriba, a veces para abajo. Pero la creación de empresas es poca y está muy concentrada en cinco provincias. Eso genera que los números de empleo público y privado estén absolutamente desbalanceados, algo que afecta a la sostenibilidad de cualquier provincia. En el mundo, de 10 empresas que arrancan, 8 cierran. No pasan los primeros dos o tres años. Necesitamos que arranquen muchas más. La gente tiene que querer emprender y hay que trabajar sobre eso. Y tienen que verlo como posible, además. Queremos llegar al millón de empresas.
Somos cautos y conscientes de que mejorar la competitividad, el costo argentino, es un proceso de muchísimo tiempo; mil batallas que hay que dar para mejorar el financiamiento
– ¿Cuándo se lograría esa cifra?
– No lo sé. Hoy hay 850.000 pymes, 615.000 empleadoras. Pero tenemos muchas informales. Ya vemos ecosistemas en el interior que demuestran que es más natural arrancar un proyecto y no son cosas supertecnológicas. Ven cerca la exportación, además: a veces se me ríen, pero muchas pymes del interior están aprovechando otra América, atacando mercados como Paraguay, Colombia, Perú y Bolivia. En un eventual segundo mandato de Macri vamos a llegar a ese número.
– Se está trabajando en las modificaciones a la ley Pyme.
– Si, con las Cámara y en Consejo Pyme.
– ¿Cuáles son los principales cambios que se analizan?
– Son los temas que nos plantean ellos. La cantidad de impuestos y, sobre todo, la cantidad de vencimientos: 19 en 21 días hábiles. Como dice Gustavo Lazzari, no está bien que lo primero que hace un empresario pyme cuando llega a su negocio, a la mañana, sea preguntar qué vence hoy, en lugar de mirar los números para vender más o ver qué hace la competencia. Es interesante la experiencia de Córdoba, que unificó vencimientos nacionales, provinciales y municipales.
– ¿Cuándo saldrá la ley nueva?
– Prefiero no hacer proyecciones. Estamos en eso.
– ¿El contexto no requiere de un tratamiento express?
– Hay que separar los temas de coyuntura de los más profundos y estructurales.
En la Argentina, desde hace muchos años, nacen y mueren, o abren y cierran, la misma cantidad de empresa
– Sí, pero cuando se habla de ley pyme, se supone que habrá alivios para el sector.
– Esos temas ya los atacamos: financiamiento y carga impositiva de contribuciones patronales para mantener el empleo y crecer. Para la Ley, los temas son más de fondo. Pero no quiero poner fechas.
– La economía del conocimiento es una bandera de este Gobierno, pero desde 2019 el sector también paga retenciones a las exportaciones. ¿Cómo se conjugan estas dos ideas?
– Los derechos a las exportaciones fueron una medida amarga que afectó a todos los sectores, no sólo a la economía del conocimiento. Quizás a algunos les llamó la atención, pero porque no eran conscientes de la importancia económica de esas industrias, el tercer complejo exportador del país. Son casi USD 7.000 millones que se exportan en software, ingeniería, servicios audiovisuales y otros subsectores. Hay casi 35 clusters de tecnología de la información, todos con la mirada cada vez más puesta en la exportación. La realidad es que el sector entendió esta medida de urgencia, y lo apoyaron públicamente. No había otra opción.
Seguí leyendo:
Fuerte señal del BCRA: aplicó la suba de tasas más grande en seis meses
El dólar retrocedió 3% frente a la contundente suba de tasas del Banco Central