La corrección alcista del tipo cambio en febrero, 4,2% respecto del cierre de enero, y 2,6% en el promedio del período, según el nivel de referencia que publica el Banco Central, tras dos meses de leve baja, pese a la alta inflación, no impidió que el total de depósitos a plazo fijo en pesos por parte del conjunto del sector privado, empresas y personas humanas, continuara en la senda creciente a un ritmo altamente dinámico: 6,8% en el promedio del mes respecto de la media de enero.
Pero, claramente, la alta preferencia que mantienen los residentes con capacidad de ahorro de mediano y largo plazo por acumular dólares, determinó que persistiera el crecimiento de las tenencias de divisas depositadas en el sistema financiero, 0,7% en cantidad, y 3,3% en el promedio diario del mes equivalente en pesos.
Por el contrario, mantuvieron un mal desempeño en valores reales los saldos de depósitos en cuenta corriente y en caja de ahorro, por la decidida intención de las empresas, y también de las familias de escaparle a la erosión de la inflación.
Mantuvieron un mal desempeño en valores reales los saldos de depósitos en cuenta corriente y en caja de ahorro, por la decidida intención de las empresas, y también de las familias de escaparle a la erosión de la inflación
El cuadro no cambia sustancialmente en la comparación respecto de un año antes del promedio de saldos diarios de depósitos a plazo fijo en pesos habida cuenta de que crecieron más de 25 puntos porcentuales por sobre la tasa de inflación, aunque en valor nominal se incrementaron casi la mitad que el equivalente en pesos de las imposiciones en dólares, las cuales en cantidad subieron 16,3%, a una media de USD 29.700 millones.
Los depósitos en divisas en bancos por parte del conjunto del sector privado se aproximaron en febrero a USD 30.000 millones
El resultado de esos movimientos determinó un claro cambio en la estructura de los depósitos del sector privado en el conjunto del sistema financiero, producto de la aceleración de la dolarización de carteras entre julio y agosto de 2018, tras el acuerdo que firmó el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional, como prestamista de última instancia.
Ese cambio de portafolio fue a expensas de los depósitos en cuenta corriente y en caja de ahorro en pesos que en conjunto perdieron más de 10 puntos porcentuales de participación; mientras que las imposiciones a plazo fijo aumentaron su relevancia en 2 puntos porcentuales, pese a que las tasas de interés que recibieron se ubicaron en promedio por debajo de la tasa de inflación.
La dolarización de los depósitos se elevó en un año del 26,4% a 34,6% del total
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