Creer que el discurso de apertura de las sesiones ordinarias de la Asamblea Legislativa de Mauricio Macri disparó al dólar y al riesgo país, es un razonamiento inocente y no conocer al mercado.
Aunque el presidente no hubiera hablado, el movimiento hubiera ocurrido.
Las causas están a la vista.
Cuando el 28 de febrero la gente vio que el dólar superó las ganancias del plazo fijo, la mente cambió el chip. Por eso, el viernes fue un día de caída de depósitos ya que no se renovaron un porcentaje de plazos fijos. Fue tan brusco el retiro de plazos fijos y fondos de inversión que en algunos bancos las entidades llamaron a las Pymes para negociar las nuevas líneas de préstamo, para transformar esos créditos en descuentos de cheques a una tasa preferencial.
En otras palabras, pedirle que el dinero de esos préstamos subsidiados, se transforme en un depósito a plazo en el banco.
Las entidades ya le venían advirtiendo a Guido Sandleris, titular del Banco Central, que, si no subía las tasas, iban a tener problemas para renovar las Letras de Liquidez (LELIQ) porque los clientes les pedían más para quedarse en pesos. Durante la última semana por la falta de renovación de estos títulos que tienen como misión absorber pesos del mercado, tuvieron el efecto opuesto: expandieron la liquidez en más de $ 130 mil millones porque el Central mantuvo la tasa en poco más de 50%.
De hecho, el viernes fue el día de más caída de los depósitos. En la semana pasada se perdieron casi $ 10 mil millones, el mismo monto que la semana anterior.
De acá en más, el Banco Central subirá la tasa para que no se vayan los ahorristas al dólar, pero la derrota de febrero del peso hace difícil volver a armar el "carry-trade" (vender dólares para hacer depósitos a plazo y ganar con la diferencia) y, si lo logran, van a tardar un tiempo. Además, la inflación que se va a anunciar en pocos días sobre febrero no contribuirá a hacer atractivo al peso.
A la Argentina el viernes le ocurrió lo qué a todos los países emergentes, pero de una manera más amplia por la vulnerabilidad que producen la elevada inflación, las tasas, la deuda externa y las próximas elecciones presidenciales.
Por caso, el riesgo país en Brasil subió un punto a 236 puntos básicos y en la Argentina en los últimos dos días hábiles de la semana creció 33 puntos (+4,80%) a 719 puntos básicos.
El dólar subió en el mundo. Y la suba fue importante porque ante las principales monedas promedió un avance de casi 0,40%.
Por supuesto, la fortaleza de la divisa norteamericana derribo a las monedas y bonos de países emergentes y es un problema que golpea a pleno al país. El Gobierno ahora apuesta a que el FMI sea más flexible con los USD 10.500 millones que le dará a mediados de mes y le permita utilizarlos para pagar gastos en pesos. No parece una misión fácil: esos dólares tienen como destino pago de deudas en dólares.
El problema del Gobierno es que la recesión que provocó su plan monetario le derribó la recaudación fiscal y no logró bajar el déficit fiscal como lo pensaba.
Ahora es víctima de las elevadas tasas en pesos que le impuso al sector privado porque se le encareció considerablemente renovar la deuda en moneda local del Tesoro y de las provincias.
El pilar del plan monetario eran los plazos fijos que deberían ser crecientes con un dólar estable o en retroceso al que se le permitiría subir no más de 2% mensual. En las últimas tres ruedas, el dólar mayorista subió 2,57% y en todo febrero, casi 5%.
Solo en el primer día de marzo, el dólar mayorista aumentó 1,78%, es decir se devoró casi todo lo planeado por el Banco Central para el mes. También es difícil para un inversor ir al banco a depositar pesos, cuando la moneda norteamericana en un día le robó la mitad de la ganancia de la tasa en pesos.
Para el ahorrista pequeño y mediano, el dólar abrió marzo a $ 40,84%, es decir 1,74% arriba. Por supuesto, ahora va a repensar sus decisiones.
Todo indica que el dólar irá a buscar la parte más alta de la línea de inflación a lo largo de este mes y que la restricción monetaria no es un problema porque los plazos fijos que no se renueven irán al dólar y es difícil pensar en que se mantengan o expandan.
El Gobierno tenía en el dólar bajo una herramienta electoral. Pero la economía real se está derrumbando y se ablandó dando algunas concesiones en subsidios y aumentando el techo de las paritarias. El mercado leyó el confuso mensaje de tasas altas y subsidios y no dudó en tomar la decisión de siempre: refugiarse en el dólar.
La puja del miércoles entre tasas y dólar, será tensa. Por ahora, las fichas están puestas en el dólar.