Ralph Haiek, del Incaa: "La diferencia de nuestra gestión es que no damos el 100% de los fondos, ni nos quedamos con los derechos"

El presidente del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales habló con Infobae sobre como se reconfigura la industria audiovisual

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La semana próxima se realizará en Buenos Aires Ventana Sur, el mercado de contenidos audiovisuales más grande de América Latina. Una suerte de gran góndola con más de 3.500 participantes entre los que se encuentran 500 compradores de cine, series y cortos de todo el mundo. Vienen, ven y si les gusta, compran. Por eso siempre es grande la expectativa para un evento que si bien cumple diez años supo reconfigurarse con el mundo digital y la llegada de los tanques online, como Netflix o Amazon.

Ralph Haiek, presidente del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) y director ejecutivo del encuentro, visitó Infobae para hablar de una sector que se mantiene en medio de la crisis. "El mundo audiovisual es un gran activo exportable, como la soja, las vacas y el software. Lo tenemos, pero quizás nos cuesta conectarnos más con la demanda global, que tiene un gran crecimiento en todos los géneros", resumió.

La cantidad de espectadores de cine nacional en 2018 fue de más de 6,5 millones, por encima del año anterior, pese a que el número total de espectadores de cine cayó. O sea, aumentó el share de cine argentino

Según datos del Indec y el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, de la secretaría de Trabajo, la industria audiovisual local movió más de $46.000 millones en 2017. Este sector, que tiene 34.000 empleos formales en el sector privado, creció en la última década un 27%, por encima del 16% del crecimiento general de la economía.

De amplia trayectoria en la industria, Haiek –economista de la UBA con estudios de cine en la Universidad del Sur de California y la Universidad de Columbia en Nueva York– trabajó en Paramount Pictures, fue el creador de MuchMusic Latinoamérica y se desempeñó en Fox y Construirtv.

El funcionario también hizo referencia a los problemas en el Incaa, desde las polémicas de la gestión anterior hasta problemas propios: este año tuvieron un escándalo con renuncias de funcionarios por supuestas sobrefacturaciones.

Haiek es economista de la UBA y estudió cine y producción en EEUU
Haiek es economista de la UBA y estudió cine y producción en EEUU

– ¿Cómo cierra la industria un año que fue complicado en lo económico?

Sin evadir que ha sido complicado, a nivel cine hemos tenido un buen año. Ya tenemos más espectadores que fueron a ver cine argentino en salas que el año pasado, teniendo en cuenta que hubo una baja en la recaudación total de 6% por baja en cantidad de espectadores totales. De ese número, la cantidad espectadores de cine nacional de 2018 fue de más de 6,5 millones, por encima de 2017, pese a que el número total de espectadores de cine cayó. O sea, aumentó el share de cine argentino. Esto quiere decir que los argentinos vieron más cine nacional. Nos fue muy bien. Ayudó mucho una acción que hicimos con el gobierno nacional, en agosto: el mes de cine argentino. Conseguimos un éxito único, que tres películas argentinas lideraran las preferencias de ese mes.

– ¿Qué contexto espera para 2019?

– Es difícil pronosticar en pesos. Calculo que el sector debería crecer un 20 por ciento. Es auspicioso el contexto, más allá de la economía. Soy muy positivo de cara al crecimiento futuro. Estadísticamente, el negocio audiovisual tiene impacto en la cultura y crece año a año, hay demanda. El streaming no existía y ahora sí, y no es que las salas dejaron de tener gente. Está Facebook Watch y Apple va a entrar también a competir, o tal vez compre Netflix. Somos un país periférico, pero muy demandante del mundo audiovisual y tenemos un gran potencial de generación y creativos. Soy optimista.

Hay mucha inversión por un cambio de paradigma de consumo audiovisual que hace que la audiencia vea los contenidos en streaming y por varias pantallas

– ¿El mundo digital impulsa el sector?

– Lo divido en los grandes verticales. El cine no se cae, pero no crece en el mundo. Depende de las películas, pero se va a mantener o mejorar. Este año, parte de lo 6% que cayó tiene que ver con el Mundial. Cada vez que hay un Mundial el cine cae,pero vamos a ver mejoras el año que viene. En series también estamos bien. Se está haciendo la de Maradona, con una inversión de USD 1 millones por capítulo. Está la del escándalo de la FIFA, se hizo una de Cerati y Undergound cerró varias biopic con National Geographic. Hay mucho movimiento en series.

– ¿A Ventana Sur viene Netflix, por ejemplo, y escucha qué oferta hay y habla de lo que necesita?

– Sí, es así. Es un evento que se hace en asociación con el Festival de Cannes (en la UCA Puerto Madero del 10 al 14 de diciembre) y la idea es que los productores y los exhibidores de la región muestren sus productos, y los distribuidores, exhibidores y fondos del resto del mundo vengan, participen y, eventualmente, se junten para producir, coproducir y vender. La complejidad y la riqueza es que tenemos el género de series de ficción, donde entran Netflix, Amazon, Disney, Turner, Hulu, un mundo de muy alto crecimiento; el cine de ficción, que es la vértebra principal por la que nació Ventana Sur; animación y cine fantástico, un rubro que también crece mucho. Ese networking busca que talento latinoamericano, que existe, se reúna con la creciente demanda audiovisual global.

Es un mito que los argentinos no vemos contenidos nuestros. Cuando son buenos, se ven

– ¿Cuál de esos cinco rubros tiene más peso?

– En salas, en la región, se mueven unos USD 2.000 millones, y Argentina tiene una gran preponderancia en estrenos y largos de ficción. Unos 185 este año. Además, esas películas tienen su audiencia: tenemos en share más importante con respecto a las películas extranjeras, 15 por ciento. El género de series de ficción es hoy la moda, con Netflix, Amazon, Disney Plus y otras plataformas. Hay mucha inversión por un cambio de paradigma de consumo audiovisual que hace que la audiencia vea los contenidos en streaming y por varias pantallas.

– ¿En facturación y a nivel local, que genera más ingresos, el cine o las series?

– Es compleja la respuesta. Cuando se hace una película no es sólo para salas. Por ejemplo, Juan José Campanella hizo su última ficción hace 10 años, "El Secreto de sus ojos". Luego hizo "Metegol", una animación, y ahora vuelve con una ficción que es una remake de "Los muchachos de antes no usaban arsénico". Ahora, su preocupación es que va a tener sólo 90 días para exhibirla en salas de todo el mundo. Fox le compró los derechos y a partir del día 91 la pondrá en su plataforma. Hace diez años, la película se iba viendo en a lo largo del tiempo y se financiaba con las entradas. Ahora, sólo tres meses. Claro, Fox debe haber pagado buena parte de la película. Así se mezclan dos mundos. Netflix quiere estrenar "Roma" en diciembre, en su plataforma, y también quiere que salga en cine, pero los exhibidores de sala no quieren saber nada.

Haiek está al frente del Instituto desde 2016
Haiek está al frente del Instituto desde 2016

– ¿Son industrias que compiten o complementarias?

– Depende. Muchos las ven como un complemento que enriquece. Muchos paradigmas y sabidurías analógica se están cayendo. Hay una idea, por ejemplo, de que EEUU no lee subtítulos, y no es tan sí. O que otros países no van a ver una serie mexicana. Hoy, Narcos México está número uno en el ranking de Alemania.

– ¿Cómo se incentiva la producción de series desde el Estado?

– El Incaa tiene 60 años de historia dedicado al cine, con una ley muy clara. A la par, hay otra realidad. Hoy, un episodio de un serie equivale a la producción de una película. Muchos directores, y también técnicos y actores que estaban en cine se pasaron a las series de televisión. Para no dividir la aguas, el mundo es audiovisual y te podés ir de un lado al otro con comodidad. La gran diferencia de nuestra gestión es que no damos el 100% de los fondos, ni nos quedamos con los derechos, simplemente damos un porcentaje que depende del plan de producción y los derechos son del productor privado. Nos quedamos, como en el cine, con un derecho no exclusivo para pasar el contenido en nuestras plataformas Cinear –que tiene tiene 1,3 millones de suscriptores activos– luego de pasada la etapa comercial, unos cuatro años. Es un mito que los argentinos no vemos contenidos nuestros. Cuando son buenos, se ven. Pasó con el Marginal 2.

El mundo audiovisual es un gran activo exportable, como la soja, las vacas y el software. Lo tenemos, pero quizás nos cuesta conectarnos más con la demanda global

– ¿Cómo hace un productor o realizador que recién comienza para aplicar a fondos internacionales y llegar a los principales mercados y festivales del mundo?

– Casi increíblemente, la ley del Incaa incentivaba mayoritariamente la producción. Y eso tiene una gran polémica porque se hacen un montón de películas y no hay fomento a la exhibición. Además, está el problema del desarrollo. Empezamos a hacer concursos de desarrollo: hay 6.200 estudiantes de cine en todo el país. Los fondos están, pero la demanda es mucha. No todo es películas o series. Vamos a presentar un caso en Ventana de emprendedores jóvenes que están haciendo una telenovela interactiva. Hay muchos estudiantes y jóvenes inquietos que buscan su experiencia en un mundo que con Youtube se volvió más audiovisual. La respuesta es el desarrollo.

– Este fue un año de escándalos para el Incaa, con denuncias y renuncias. ¿En qué instancia está ese tema?

– Esos temas están donde tienen que estar, en la Justicia. De ninguna manera entorpecieron nuestra gestión, que consideramos por los récord de estrenos, rodaje y espectadores que van a ver cine argentino que el Incaa, lejos de estar parado está activo y apoyando al cine argentino.

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