Por su posición y su verborragia, es un clásico de los pasillos de los eventos empresariales. Y esta vez, aunque en un contexto más tranquilo –y con conceptos como "desencanto", en los off the record–, Cristiano Rattazzi, el presidente de Fiat Argentina (FCA), no defraudó.
"Es un coloquio muy exitoso, como siempre, pero no es un momento de gran alegría en el país. Se vino el ajuste que había que hacer, este país se tiene que ajustar. Se lo postergó mucho porque no es popular y para muchos es casi mala palabra, pero es así", le dijo el empresario a Infobae.
"El año pasado había plena euforia en el Coloquio, este no", dice Rattazzi, recordado por su baile con Natalia Oreiro, que cantó temas de Gilda en la tradicional fiesta de los jueves del Coloquio, en 2016. "Tiene mucho carisma, mucha onda. Me decían si bailaste con Palito tenés que bailar con Natalia. Igual yo fui el primero, pero después fueron otros", había asegurado Rattazzi por radio el día después.
No es un momento de gran alegría en el país. Se vino el ajuste que había que hacer, este país se tiene que ajustar
"El problema es que, al final, los números no daban para mantener esa euforia. Y fue el mercado el que nos cacheteó. Normalmente eso lo deciden los gobiernos, pero vino el mercado, hizo lo que había que hacer y todos nos quedamos con la boca abierta", agrega.
—¿El gobierno falló con el timing a la hora de hacer el ajuste?
—Sí, pero eso lo vemos ahora. El día después de la elección de medio término tendría que haber dicho "muy lindo el kirchnerismo con buenos modales, pero eso no sirve para sacar al país adelante". Tendrían que haber bajado el gasto rápido, ese era el momento. Pero se tentaron y quisieron llegar a una elección que parecía asegurada. Así, un día el sacudón te lo da el mercado.
—¿Cómo evalúa la coyuntura económica?
—Es obvio que el dólar estaba atrasado, hacemos siempre lo mismo, desde hace 70 años. Ahora, si decías eso todos te miraban con una cara que mamita. Había subido, pero no tanto como para recuperar a las economías regionales y lograr una cierta competitividad. Después, todos se asustan porque el dólar se fue y empiezan a aparecer los equilibrios. Un dólar mantenido con una tasa del 70% no es equilibrio. Quizás sí estático pero no es dinámico y matás a toda la economía
—¿Se sale?
—Confío mucho más en el Gobierno si está el FMI. Con ellos, las reformas se van a hacer en serio, no se jode con el Fondo. Además, son las reformas nuestras, no de ellos.
—¿Confía más en este gobierno si está el FMI?
—Creo que siempre quisieron ir al camino correcto. Pero si están ellos es mejor porque no pueden desviarse. Cuando un ministro estaba contento porque teníamos el doble de salario que nuestros competidores, yo lo miraba y pensaba "¿en qué mundo vive este?". Ellos nos van a pedir ser competitivos y los salarios tienen que estar enmarcados porque solo con duplicar el valor del dólar no alcanza para generar una competitividad para exportar a lo loco. Si no se ordena, después aparecen los impuestos distorsivos de vuelta, la reforma fiscal no avanza lo suficiente, y no bajan los ingresos brutos, retenciones e impuesto al cheque. El sistema se ordenó algo, pero hay que mantenerlo y dentro de tres años no hay que tener más impuestos distorsivos. La reforma laboral nunca se hizo, hay que hacerla. Hay que crear trabajo para un 30% de pobreza y eso se hace con empresas privadas y trabajo de calidad.
—La tasa está por las nubes, ¿cómo se la baja?
—Espero que la restricción monetaria dé resultados y que se pueda bajar rápido la tasa al nivel de inflación prevista más unos puntos. Más o menos 44 o 45%; no 70 por ciento.
Cuando un ministro estaba contento porque teníamos el doble de salario que nuestros competidores, yo lo miraba y pensaba ‘¿en qué mundo vive este?’
—¿Qué pasa en Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA)?
—Nooo, no hablemos de Adefa.
—¿Hubo un golpe de Estado interno?
—Sí, fue una especie de "golpe", legal, pero golpe al fin. Hay actitudes prepotentes de algunas empresas. Yo no quiero participar, pero se va a arreglar. Es muy poco elegante todo lo que pasó, pero el tiempo todo lo arregla.
Crisis en Adefa
Adefa nuclea a los 12 fabricantes locales y tiene un sistema de rotación acordado, llamado "troika", por el que tres empresas rotan entre la presidencia, la vicepresidencia y la secretaría. Cuando se cumple el mandato, entra una nueva a la secretaría. Este año, luego de algunos cambios y con la industria en crisis, se optó por un sistema de listas y ganó la de Volkswagen, Renault, Scania (la primera y la última son del mismo grupo, algo que despertó muchos resquemores).
Con esta tasa no se vende nada, el 75% de los autos se vende financiado. Con esa tasa es todo un gran problema
Fue la única lista que se presentó. Además, hay celos y personalismos en juego. Toyota, la empresa récord en ventas, exportación, tendría que haber entrado a la terna, pero finalmente no lo hizo porque hubo elecciones y no ocupó su sillón en la última asamblea, esta semana. Además, en medio de un mercado que cae –y un contexto internacional en el que el modelo de salones ya no es tan exitoso–, la asociación decidió cancelar el Salón del Automóvil del 2019. Todo un síntoma para el sector.
—El año que viene la industria va a vender 700.000. ¿Es poco?
—No es tan malo. Este año serán unos 800.000 y el que viene unos 700.000. Pero no hay que olvidarse que en 2002 fueron 90.000.
Hay actitudes prepotentes de algunas empresas. Yo no quiero participar, pero se va a arreglar. Es muy poco elegante todo lo que pasó, pero el tiempo todo lo arregla
—¿Cómo está Fiat?
—Bien, vamos a fabricar unos 70.000 autos y el año que viene, 80.000. Mantenemos con Fiat y Jeep entre 11 y 12% de las ventas, en un mercado que se cayó a pedazos. Con esta tasa no se vende nada, el 75% de los autos se vende financiado. Con esa tasa es todo un gran problema.
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