En el contexto internacional de estos días, conseguir una inversión de 1 millón de dólares para una startup suena a proeza. Más aún en un país como Argentina en el que en un período de meses el valor de la divisa estadounidense se duplicó. Pero de vez en cuando hay ideas que logran convencer incluso a los inversores reconocidos y de peso. También ayuda si hay ejemplos de que esas ideas funcionaron en otras partes del mundo.
El concepto detrás de Checkars "no es revolucionario, pero lo que viene a hacer es llenar un agujero en el mercado local que está bastante claro", explica Jaime Macaya, uno de los co-fundadores de esta joven emrpesa local de sólo seis meses de vida. Macaya, junto con Juan Cruz de la Rúa, el otro co-fundador, estaban en una posición privilegiada a la hora de identificar ese hueco del mercado. Como compañeros en la sección Autos del sitio de clasificados online OLX, ambos veían día a día como un mercado online que conectaba privados tenía sus limitaciones.
Según sus fundadores, Checkars venderá 300 autos con una facturación de USD 3 millones en el primer año de operación.
Entre la adquisición de un modelo usado y otro en Argentina pasan entre 6 y 7 años en promedio, contra 2 o 3 en el resto del mundo
Pero el mercado tradicional de concesionarias físicas estaban aún más lejos de ser una solución. "Más allá de la inversión de tiempo inmensa que es ir de concesionaria en concesionaria, el nivel de informalidad y falta de valores unificados generan muchas trabas, tanto para los compradores como para los vendedores de autos usados", enumera de la Rúa, apuntando al hecho que entre la adquisición de un modelo usado y otro en Argentina pasan entre 6 y 7 años en promedio, contra 2 o 3 en el resto del mundo.
El modelo de cruce de privados no es ideal, el tradicional de venta y compra física tampoco se adapta a un consumidor que cada vez busca más opciones online. En el exterior, la solución se encontró en modelos que luego servirían de base para Checkars. De la Rúa y Macaya definen a la plataforma como un "e-commerce de autos usados".
En la practica más resumida, Checkars compra los autos usados y los sube a su sitio, desde el cual los usuarios pueden ver el portafolio completo de unidades alojadas en el predio de 1.000 metros cuadrados en Martínez desde donde opera el emprendimiento. La distinción en la plataforma entra a la hora del control de calidad de las unidades antes de adquirirlas, y los beneficios adicionales que les provee a los usuarios quien a su vez compren la unidad usada.
Por año, la industria de ventas de usados genera alrededor de USD 15.000 millones cada año en transacciones de ventas y compras
"Dentro del marco legal posible eliminamos cualquier tipo de inconveniente, básicamente lo único que hace falta es un cambio de titularidad con un escribano y una transferencia bancaria", resume Macaya. "Es un ahorro de tiempo impresionante respecto del manejo más tradicional en el sector, y en algunos países el modelo nuestro está tan avanzado que el cambio de titularidad también se puede hacer 100% online", agrega.
De acuerdo con las estimaciones de Checkars en base a datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara), la industria de ventas de autos usados mueve alrededor de USD 15.000 millones cada año. El calculo se basa en las cerca de 2 millones de transferencias anuales que ocurren en territorio argentino. En sus 8 meses de existencia (6 de operación), Checkars compró y vendió 60 autos.
Sin embargo, esas 60 unidades ya tienen detrás de si una primera ronda de inversión en la cual obtuvieron compromisos por USD 1 millón, a cambio de la cual Macaya y de la Rúa entregaron un 25% del paquete accionario de la empresa.
Inversores
Los inversores del este proyecto son pesos pesados. Entre ellos están Matías Recchia, CEO de Iguanafix; Arturo Simone, gerente general de RDA Renting, una empresa dedicada al alquiler y gestión de flota corporativa de vehículos; y Luis Ureta Sáenz Peña, fundador de Kuantiq Investments y ex presidente de Peugeot-Citroën Argentina y ADEFA y ex embajador en Francia.
"Ese mix de tecnología, 'fierros' y finanzas es un solapamiento de especialidades que no solo es raro, sino que es fundamental para este nicho", destaca Macaya. La entrada de Simone fue muy importante, ya que en palabras de la dupla fundadora, "el seguimiento del uso e intensidad de los autos que tiene una empresa sobre su flota es algo que ningún particular puede poder llegar a lograr, lo que hace mucho más fácil valuar el equipo".
En el ideario, los co-fundadores buscan replicar algunos ejemplos del exterior, donde entre un 40% y un 60% de los vehículos son comprados a través de un portal online sin verlos antes y la primera experiencia física para el comprador es cuando se entregan en su domicilio. Uno de los principales factores detrás de esa proporción es el período de gracia durante el cual el usuario usa el equipo luego de que le es transferido legalmente, en el caso de Checkars son hasta 5 días, y si encuentra un problema o no está satisfecho, puede devolverlo y pedirle a la empresa que le transfiera de vuelta sus fondos.
De la Rúa detalla que sólo un 10% de los registrados en Checkars realizó una compra 100% online de punta a punta. Pero también es rápido en agregar que el crecimiento de la empresa viene siendo exponencial, y que los casos de trabajo anteriores también mostraban métricas bajas en un primer lugar.
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