En los últimos años, en San Francisco, ciudad donde tiene su central la empresa estadounidense Airbnb, se estuvo desarrollando una dinámica particular. Empezaron a haber más hogares ofrecidos en la plataforma que disponibles para alquiler, por los altos costos habitacionales de la ciudad que hacían más atractivo subir un hogar en el sitio que listarlo como disponible para alquiler.
La aplicación se basa en un modelo más general de economía compartida, que es tan vieja como compartir el auto para ir al trabajo o al colegio. Es uno de los más populares, con 31.000 hospedajes listados en Argentina. Y actualmente se suman sectores en Argentina que eran poco pensados como opciones de compartir hace apenas unos años.
Hoy mismo, hay opciones de economía compartida en el país para actividades que van desde eventos corporativos en galpones hasta dejar la mascota cuando el dueño se va de viaje.
El uso alternativo de espacios ya no es solo para propósitos de estadías cortas, se incorporaron actividades de otros tipos
Werpi nació de una idea bastante simple: como evitar las consecuencias negativas a la hora de buscar un estacionamiento en lo que son ciudades cada vez más llenas de gente y menos calles para dejar el auto."No solo es una perdida de tiempo y estrés que eso causa, sino que también se termina generando todo tipo de contaminación innecesaria", explica Federico Sánchez, fundador y CEO de la empresa.
El sitio y su aplicación permiten al usuario reservar con anticipación uno de los lugares libres en estacionamientos dentro de una zona y un horario que se especifique. "Pero el valor agregado viene de los lugares no tradicionales que se suman a la oferta, como el club GEBA, que para ciertos eventos se sumó y ofreció puestos", introduce Sánchez.
Esos espacios, como pueden ser cocheras de edificios de oficina o estacionamientos de supermercados, tienen una gran capacidad ociosa, que desde Werpi buscan aprovechar. Tanto para que los dueños de vehículos reduzcan su tiempo como para que los estacioneros en potencia cuenten con ingresos adicionales.
El resultado actual de una inversión inicial de USD 50.000, la aplicación lanzada en marzo ya cuenta con 6.000 descargas individuales además de los usuarios que vienen de una alianza comercial con Ticketeck y 800 espacios disponibles todos los días en las ciudades de Buenos Aires, Córdoba, La Plata y Mar del Plata, con una facturación esperada para fin de año de 1,5 millones de pesos.
Otro ejemplo de herramientas locales para sacar provecho a usos alternativos de los espacios está dedicado a reconvertirlos. Wimet permite que los dueños de espacios oferten los mismos para distintos usos. Desde eventos corporativos hasta ubicaciones para producciones televisivas.
"El objetivo principal no solo es tratar de dar a conocer una oferta más variada en un mercado que está muy diluido y con precios bastante distintos, sino también ayudar a usuarios que nunca pensaron ciertos usos que podían darle a un espacio como una quinta para rodar una escena de película", comenta Federico Bianchi, CEO de Wimet.
Actualmente, los 130 espacios dentro de la plataforma van desde terrazas de edificios coloniales a galpones que se pueden reconvertir para cuatro tipo de eventos: reuniones, eventos, producciones y "retail" (como las ferias de ropa o muestras de arte). La diversidad del tipo de evento, junto con el servicio más individual que ofrecen para espacios que no se encuentran listados en la página, principalmente desde el lado corporati, es una de las razones por las cuales Wimet estima una facturación de $2 millones para fin de 2019.
No nacionales, pero con fuerte presencia local
También hay ejemplos que operan en la región de forma más general. Entre ellos se destacan DogHero y Grabr. Ambos se acercan a un mismo universo, desde distintos ángulos: las vacaciones.
El primero trata de responder una pregunta que viene desde hace décadas: que hacer con el perro cuando no se lo puede traer con uno en el viaje. Muchos dueños sienten que las guarderías normales son o muy caras o hacinan a los animales en espacios cerrados. Frente a ese debate, Eduardo Baer y Fernando Gadotti se dieron cuenta de una solución: ofrecer lugares donde se les puede dar una contención más dedicada.
En muchos casos, eso resultaba ser hogares donde ya había una mascota y el anfitrión entendía las preocupaciones del dueño. A través de la plataforma, se puede hacer un seguimiento de la situación del perro y calificar a los anfitriones cuando se concrete el pago final una vez terminada la estadía.
El sitio cuenta con usuarios en Brasil, México y Argentina. Y si bien no difunden el número bruto de clientes, destacan que llevan registrados 45.000 perros en el país.
Grabr resuelve una temática más reciente. El sitio conecta a compradores de productos en sitios internacionales (como Amazon) con viajeros que estén en las ciudades en el extranjero donde el pedido llegaría.
Un ejemplo: usuario A compra un libro en Amazon con ubicación de entrega en Miami. Ese usuario luego "postea" el pedido y los viajeros que tengan programados viajes a Miami en la fecha de entrega del libro pueden postularse para transportarlo, a cambio de una recompensa que se retiene hasta sea comprobada la entrega en territorio argentino.
La empresa, que opera a nivel global y ya cuenta con 1 millón de usuarios, tiene 10.000 pedidos activos solicitados en Argentina, de todo tipo incluyendo ropa, libros, productos electrónicos.
Puede que falte mucho tiempo hasta que se vean casos exagerados de valijas rellenas de productos para personas que no se conocen entre ellas, o cocheras de edificios que no están disponibles para los que trabajan en el mismo. El caso de Airbnb en San Francisco es uno de una dinámica llevada a su máxima expresión, pero la popularidad del modelo en distintas intensidades es innegable.
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