En medio de la crisis cambiaria, la recesión y la devaluación, la marca de autos de lujo Maserati anunció su relanzamiento en la Argentina. Pero los representantes locales de la marca del tridente de Neptuno –la misma que nació en Bolonia, Italia, en 1914, de la mano de Alfieri Maserati– se tienen fe: creen que van a vender unos 35 o 40 autos este año y que van a facturar unos USD 8 millones.
"La situación no es las óptima, es verdad. No es lo que desearíamos, pero confiamos en el rumbo que está tomando el país", le dijo a Infobae Málek Fara (42), presidente del grupo Módena Auto Sport. Este médico, corredor de autos y vendedor de vehículos premium usados (con su empresa The Connecting Rod,) tiene el 50% de las acciones del grupo que licencia la marca en el país. Allí, sus socios son y Cristiano Rattazzi, presidente de FCA; Julio de Marco, ex presidente de Módena; y Claudio San Pedro.
Confiamos en la parte de los clientes que desean este producto premium: lo van a comprar más allá de las condiciones económicas e impositivas
"Si bien todo el rubro automotriz sufrió una caída en las ventas, en el caso puntual de los importados hay algo adicional, la parte impositiva que se le presenta a los clientes si no tienen dólares en su declaración jurada. La compra de un Maserati de USD 200.000 hace cuatro meses era $4 millones. Hoy, son $ 8 millones", explica Fara que como piloto profesional hoy corre en Fórmula 4 (antes fue campeón de Sport Prototipos en 2010 y 2011 y de GT 2000 en 2011, 2012, 2013 y 2016.
"Si el cliente no tenía dólares en su declaración jurada o compra a través de su empresa, con pesos en su contabilidad, hoy tiene que hace una justificación de fondos por el doble. Eso también puede afectar a las ventas, como ya le pasa a Porsche, Audi y Mercedes. Pero confiamos en la parte de los clientes que desean este producto premium: lo van a comprar más allá de las condiciones económicas e impositivas", asegura.
Showroom
Módena, que hoy inauguró su showroom en Vicente López, tiene un contrato de importación y comercialización que existe desde 2000, aunque se vendieron sólo cinco autos desde entonces. Ahora se hace un relanzamiento empujado por la salida de SUV de la marca, la camioneta Levante.
El grupo empresario tiene también los derechos de Ferrari. , "Tenemos las licencias y homologaciones, pero vamos a hablar en los meses para retomar la actividad comercial. Todo después de la puesta en marcha de Maserati, que hoy es nuestro foco, con un business plan a tres años en los que pensamos tener no menos de cuatro concesionarios en todo el país, empezando por Rosario y Córdoba", describe Fara.
La situación no es las óptima, es verdad. No es lo que desearíamos, pero confiamos en el rumbo que está tomando el país
A nivel local, Maserati va a vender todos modelos de Levante, su camioneta, en sus cuatro versiones, Q4, SQ4, GTS y Trofeo, que cuestan entre USD 175.000 a USD 380.000. Luego, los sedanes Quattroporte, la insignia de la marca, en versiones S (USD 290.000) y GTS (USD 390.000); y el modelo Ghibli en sus configuraciones S (USD 198.000) y SQ4 (USD 250.000). Finalmente, la cupé GT, que costará entre USD 360.000 y 390.000, dependiendo del equipamiento.
"Apostamos a la personalización. Además de elegir el color interior y exterior, el clientes decide sobre los acabados de tapicería y madera, carbono, las llantas y los cinturones de seguridad. Siempre partiendo de dos formatos bases de configuración: Gran Luzzo, más de lujo, y Gran Sport, más deportivo", detalla Fara.
El representante de la marca del tridente nació en Junín y su familia es de origen árabe. Se recibió de médico, como su padre, pero nunca ejerció. Ese año, mientras se decidía qué especialidad médica seguir, comenzó a dedicarse a la compra venta de autos de lujo e hizo el curso de piloto. Y no paró. Si bien algunas crónica periodísticas lo señalan como cercano de algunas personas que tuvieron problemas con la Justicia y eran dueños, además, de autos de lujo, como Leonardo Fariña y Sergio Schoklender, él asegura que siempre sus negocios fueron claros y dentro de la ley.
Apostamos a la personalización. Además de elegir el color interior y exterior, el clientes decide sobre los acabados de tapicería y madera, carbono, las llantas y los cinturones de seguridad
"A veces uno tiene clientes que luego son cuestionados, es así. Pero a Fariña nunca le vendí nada y Schoklender nunca lo conocí, aunque intermedié en una operación de venta de una Ferrari que fue suya. Le vendí autos a mucha gente de fortuna, incluso políticos. Vienen, presentan certificados de origen de fondos y se transfiere. Si son personas políticamente expuestas también tiene que informar. Somos agente de información de la UIF", cierra el empresario.
La marca súper premium de autos que tiene como insignia al tridente de Neptuno, vuelve al país en medio de "turbulencias" y "tormentas". Cree que nada le hará mella al dios romano del mar y las tempestades. ¿Será?
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