La mirada de los analistas políticos de la capital norteamericana y los brockers de Wall Street se desvió momentaneamente de las negociaciones en la sede del Fondo Monetario Internacional y se enfocó en la cita de hoy en la Casa Rosada.
Esperan ver más garantías de gobernabilidad en la Argentina y un acompañamiento de los gobernadores peronistas en la aprobación del presupuesto para 2019, que a su vez debe convalidar el fuerte ajuste en las cuentas públicas incorporado al borrador que se discute en estos días en las oficinas del Fondo.
El interrogante más importante en este momento es si el presidente Macri mantendrá el apoyo público y el espacio político necesarios para ejecutar el plan de ajuste (Caminelli)
Parece un juego circular. Desde Estados Unidos buscan señales en Buenos Aires mientras el Gobierno las espera del FMI en Washington. El próximo gesto, sin embargo, debería provenir de Balcarce 50 y en eso coinciden expertos norteamericanos y estrategas de bancos y fondos de inversión.
Unos y otros prácticamente descuentan ya que habrá acuerdo para que el organismo multilateral le anticipe en 2019 a la Argentina fondos comprometidos para 2020 y 2021 o que acceda a incrementar el monto del crédito por 50.000 millones de dólares firmado en junio sin modificar el calendario de los desembolsos. La mayor incógnita de estas horas es más política que económica y financiera.
Esperan ver más garantías de gobernabilidad en la Argentina y un acompañamiento de los gobernadores peronistas en la aprobación del presupuesto para 2019
En ese sentido, la reunión del presidente Mauricio Macri con los gobernadores despierta expectativas porque podría comenzar a despejar las dudas que hay en torno a la aprobación del próximo presupuesto y la viabilidad política de los recortes necesarios para cumplir con la meta del déficit cero. Es decir, en Estados Unidos creen que un pacto presupuestario con la oposición peronista le daría una base más sólida al castillo de naipes en que se convirtió la economía argentina.
"Más allá de los detalles específicos de la negociación con el FMI, el interrogante más importante en este momento es si el presidente Macri mantendrá el apoyo público y el espacio político necesarios para ejecutar el plan de ajuste", comentó a Infobae Michael Camilleri, especialista del InterAmerican Dialogue, un influyente think tank de la capital norteamericana.
"Esto a la vez impactará en el plano económico, ya que la confianza internacional en el mercado argentino dependerá en parte del éxito de Macri y sus posibilidades de reelección", agregó.
Un acuerdo político con los gobernadores, que se traduzca luego en la aprobación legislativa del presupuesto para el año que viene, parece una condidición necesaria para el equilibrio fiscal al que ahora se abraza el Gobierno luego de desechar el gradualismo. Pero puede no ser suficiente.
Sin un acuerdo firme con el peronismo razonable, no habrá posibilidad de lograr ese equilibrio de las cuentas en 2019 (Matera)
"Hay bastantes dudas en Washington sobre la posibilidad de un compromiso sobre déficit cero", le dijo a Infobae Michael Matera, director del programa para las Américas del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS, en inglés), de Washington. También a su juicio las mayores dudas que asoman en esta instancia son más políticas que económicas, aunque ambas variables vayan de la mano.
"Sin un acuerdo firme con el peronismo razonable, no habrá posibilidad de lograr ese equilibrio de las cuentas en 2019, y aun con ese apoyo será una meta difícil de alcanzar", razonó el experto.
La reunión del presidente Mauricio Macri con los gobernadores despierta expectativas porque podría comenzar a despejar las dudas que hay en torno a la aprobación del próximo presupuesto
Siobhan Morden, estratega jefa para la región de Nomura Holdings, en Nueva York, también espera una señal de acompañamiento de parte de la oposición peronista. "Será una prueba de aceptación o no de la propuesta de equilibrio fiscal" del Gobierno, comentó.
Morden no descartó sin embargo la posibilidad de que se extienda a 2019 el actual presupuesto si es que finalmente no se aprueba una nueva ley de acá a noviembre. No ve ese escenario como una derrota dramática ni definitiva para el Gobierno, pero sí considera que un apoyo de la oposición "sería una muy buena señal" para los mercados.
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