En el primer trimestre de 2018, las ventas de electrodomésticos estuvieron impulsadas por el buen cierre del año pasado. Pero de julio a octubre, como mínimo, se vienen meses complicados para el sector. La devaluación acumulada de cerca del 50% para los primeros 5 meses de este año y sus repercusiones en el resto de las variables, empezaron a revertir la tendencia.
De acuerdo a datos de GfK, una consultora de investigación de mercados, la venta de electrodomésticos comenzó a desacelerarse en abril, y la tendencia se acentuó en mayo, en línea con las turbulencias cambiarias. En el acumulado desde enero, el resultado neto continúa siendo positivo, con el mercado local marcando un 7,68% más de ventas que durante los primeros cinco meses del año pasado, aunque con terreno perdido en algunas áreas.
En promedio, las ventas en la mayoría de los productos se estancó, con excepciones por cuestiones de estacionalidad. Por ejemplo, en mayo la venta de televisores experimentó un salto del 98,93% en unidades respecto del mismo mes del año pasado, pero esa cifra está principalmente motivada por las ofertas de descuentos puntuales por el efecto mundialista y las promociones generales durante el Hot Sale.
"En general, los electrodomésticos, pero particularmente la línea blanca, se vieron afectados por las turbulencias cambiarias de mayo", sostuvo Eduardo Echeverría, project manager de GfK. El analista apuntó al aumento general de los precios de esos productos por un 5,4%, "un poquito más del doble que la inflación de ese mes".
Los productos específicos de ese tipo que mayor desaceleración reflejan, consignan los datos de GfK, son los freezers (-9,13%), lavarropas (-2,55%), y campanas (-9,67%). La expectativa de Echeverría es que los datos de junio confirmen la tendencia a la baja del mercado en general.
Desde el lado de la oferta, la expectativa es que los productores transfieran una porción del efecto devaluatorio, dado que Echeverría estima que "la apertura del mercado en general llevó a la situación actual donde cerca de un 50% de los componentes de los productos son importados".
Inversiones a largo plazo
Particularmente, los bienes durables como hornos, heladeras y estufas se van a ver afectados. Desde GfK justifican esa proyección tomando en cuenta dos variables: el costo de financiamiento en los pagos en cuotas y el efecto de la devaluación sobre el sector de la construcción.
Específicamente, Echeverría explica que "el costo de financiamiento para comprar un producto a 12 cuotas puede ser entre 70 y 100% en algunos casos, con lo cual se desincentiva el consumo". Y también explica que el efecto de la devaluación sobre una menor proyección de créditos hipotecarios afecta directamente por una caída en la cantidad de proyectos de construcción, afectando a bienes durables de cara a futuro.
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