La noticia era esperada, pero igual sorprendió. Después de varios "amagues", y en medio de un importante proceso de desinversión global, Shell anunció que vende su negocio local de refinación y comercialización de combustibles (downstream, en la jerga petrolera) a la brasileña Raízen por USD 950 millones.
"Es una suerte de reacomodamiento", "la mitad Raízen es de Shell" y "no salimos de Vaca Muerta, donde invertimos USD 300 millones por año", son frases que se apura a decir Teófilo Lacroze, presidente de la petrolera anglo-holandesa en Argentina, en diálogo con Infobae. El ejecutivo señaló, además, que no habrá "grandes cambios" y que "no están en riesgo las fuentes de trabajo".
Al menos hasta fin de año, Lacroze seguirá a cargo de todo el negocio local. Seguramente, luego estará al frente de alguna de las dos partes. Si bien no hay aún datos formales al respecto, en la industria presumen que, por su experiencia comercial, podría quedarse al frente del negocio de downstream. O sea, de la "nueva Shell" de Raízen.
Shell es dueña del 50% de Raízen y del 100% de la inversión local y los planes en Vaca Muerta
La venta afecta al negocio de refinación, comercialización y distribución de combustibles y lubricantes –que incluye una refinería, 645 estaciones de servicio, LPG (gas licuado) y operaciones en aeropuertos, entre otros–, donde Shell tiene un segundo lugar en participación, con un 20 por ciento, detrás de YPF, que lidera con más de 50% del share. Pero no afecta a los activos upstream (exploración y explotación de petróleo y gas). Eso significa que Shell mantiene sus intereses en Vaca Muerta.
En el sillón que hoy ocupa Lacroze estuvo sentado hasta 2016, y por 12 años, Juan José Aranguren, actual ministro de Energía de Cambiemos. La venta de las acciones de la empresa por parte del ahora funcionario y la permanencia de esa ganancia en cuentas en el exterior son siempre motivo de discusión.
El socio que vino de Brasil a comprar
– Por contrato de disvinculación, ¿a Aranguren le corresponde alguna comisión por esta venta?
– No, absolutamente, no. Aranguren no cobrará nada. No corresponde ni él tiene nada que ver con la empresa desde que se fue.
– ¿Cómo es Raízen, una empresa poco conocida a nivel local?
– Es una compañía que es 50% de Shell y 50% del grupo brasileño Cosan. Es el mayor productor mundial de caña de azúcar, tiene 26 ingenios de azúcar y bioetanol, 13 plantas termoeléctricas y una red de más 6.200 estaciones de servicio en Brasil. Vende 25.000 millones de litros por año, factura 23.000 millones y invierte 850 millones por año. Le vendimos a un verdadero gigante, que además es socio nuestro.
La venta incluye el uso de marca ‘Shell’ con acuerdo de licencia. Por eso, para nuestros clientes será un cambio imperceptible
– Anunciaron la venta de parte de sus activos, pero terminan vendiéndole a una empresa que es de Shell…
– Por eso creo que tiene sentido aclararlo bien. Shell es dueña del 50% de Raízen y del 100% de la inversión local y los planes en Vaca Muerta.
– ¿Se quedan, entonces?
– Nos quedamos, pero no se puede ignorar el acuerdo de venta. Le vendimos una parte del negocio a un socio y no nos vamos. Reordenamos nuestra composición en el downstream. La lectura, más allá del acuerdo de venta, es que seguimos en el negocio de downstream, pero a través de un socio brasileño. Y seguimos con todos los activos de producción y exploración de gas y petróleo en Acambuco [Salta] y, sobre todo, en Vaca Muerta.
– ¿Cómo es ese "reordenamiento"?
– Desde que en agosto de 2016 empezamos el proceso de revisión estratégica de la compañía [desinvertir a nivel global USD 30.000 millones entre 2016 y 2018], el objetivo siempre fue buscar el mejor modelo de negocios para aprovechar un mercado argentino que va a crecer de forma significativa en los próximos años. Traer a Raízen es regionalizar una asociación muy exitosa en Brasil, que empezó en 2011 con Cosan. Desde entonces, duplicamos las estaciones de servicio. Es una plataforma y un modelo muy exitoso de crecimiento que regionalizamos y traemos a la Argentina.
– ¿La marca seguirá siendo Shell?
– Sí. La venta incluye el uso de marca "Shell" con acuerdo de licencia. Por eso, para nuestros clientes será un cambio imperceptible: la misma marca, visibilidad y acceso a calidad, innovación y tecnología de nuestros productos y servicios. Raízen se fundó así en Brasil, donde tienen un contrato de licencia con más de 6.000 estaciones Shell. Uno de los criterios del proceso de venta fue mantener la marca, fue un tema indiscutible. La marca tiene un gran valor y la preferencia es muy importante. El cliente va a seguir viéndonos como hoy.
Traer a Raízen es regionalizar una asociación muy exitosa en Brasil, que empezó en 2011 con Cosan
– ¿Qué le va a aportar Raízen a la "nueva Shell"?
– Nuestra estrategia no cambia. Seguimos enfocados en crecer en rentabilidad en la Argentina. Brindar productos de altísima calidad, ser líderes en innovación, tecnología y en preferencia de marca. Hay una gran continuidad, pero con este nuevo modelo de negocios ganamos velocidad en la toma de decisiones y agilidad. Eso va a hacer la diferencia en el día a día y va a contribuir positivamente en nuestra capacidad para captar más del mercado argentino.
El foco en Vaca Muerta
– El mercado local está impactado por una suba casi mensual del precio de las naftas. ¿Crece?
– El mercado de combustibles local crece a un 5% comparado con el año pasado. Crece de forma sólida y consistente desde los últimos tres años. Obvio que tuvo el impacto de la sequía que pega en los volúmenes de venta de gasoil al agro, un sector relevante para nosotros. Crecemos y creemos que los cambios que venimos haciendo como país son positivos. Somos optimistas: el mercado de comercialización que va a seguir creciendo, lo mismo para exploración de gas y petróleo. Una parte importante de la discusión de tarifas tiene que ver con hablar de reglas claras, de un marco regulatorio claro, de condiciones de mercado, todas cuestiones relevantes para nuestro análisis de inversiones y apuestas en el país. Estamos en un sector de altísimo capital e inversión inicial, pero que tiene recupero de décadas. Por eso las reglas son fundamentales para el largo plazo.
– ¿Hoy ese marco regulatorio es claro?
– Sí. La Ley de hidrocarburos es clara. Y el decreto de importación de equipos usados, por ejemplo, completa un marco positivo para el sector.
– ¿Cuáles son los desafíos para la industria?
– Para el upstream necesitamos un régimen fiscal más conducente con nuestra actividad. Sobre todo, amortización acelerada, algo que tienen muchos países productores, y acá no. Eso resta en términos de competitividad cuando nos comparamos con otros mercados. Infraestructura es otro de los desafíos: la discusión sobre ferrocarriles, oleoductos y puertos para desarrollar Vaca Muerta. Reducir los tiempos no productivos en el sector, es otro tema. Principalmente bloqueos y cosas similares que impiden el acceso normal a poder operar los diferentes activos. Y el cuarto desafío, que depende 100% de nosotros, es ganar escala y curvas de aprendizaje, pasando de desarrollos piloto a otros más consistentes en las áreas que tenemos.
Estamos invirtiendo en Vaca Muerta unos USD 300 millones por año entre 2016 y 2019
– ¿Cuál es la inversión de la compañía en Vaca Muerta?
– Tenemos siete áreas, cinco que operamos nosotros y dos con socios como Total. Otros socios son YPF, en el bloque Bajada de Añelo; Gas y Petróleo del Neuquén (GyP), en los de Sierras Blancas, Cruz de Lorena y Águila Mora, por ejemplo. Estamos invirtiendo unos USD 300 millones por año entre 2016 y 2019. Son unos USD 1.200 millones en total.
– ¿Cómo ve el futuro de ese desarrollo en la Patagonia?
– Somos muy positivos con todo lo que hemos visto hasta ahora. Sobre todo en la ventana de petróleo y gas con presencia de hidrocarburos, la experiencia en esa áreas que operamos es muy buena. Somos muy optimistas y vamos a pasar de pilotos a desarrollo en gran parte de esas áreas.
– ¿Cuándo será?
– Hay diferentes tiempos. En el bloque de Sierras Blancas, por ejemplo, ya lo vamos a hacer, estamos en la etapa final. En Bajada de Añelo, recién estamos arrancando con la etapa piloto en los primeros pozos. Hoy tenemos 40 pozos y más de la mitad en producción. El objetivo para el año que viene es completar 12.000 barriles por día y seguir avanzando en número de pozos y en producción de petróleo y gas.
Según fuentes del mercado también pujaron por el negocio local de Shell la argentina Pluspetrol y los fondos Quiñenco, de Chile, y el regional Southern Cross, entre otros interesados. Finalmente, ganó el socio de Brasil.
Seguí leyendo: