"Todos", asegura Federico Sturzenegger, ensayando una amplia mirada panorámica cuando Infobae le pregunta cuántos de los empresarios presentes le preguntaron por la inflación.
Es la cena anual de Cippec (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) y la respuesta del presidente del Banco Central es una exageración porque hace apenas media hora acaba de llegar a La Rural, donde se celebra este evento que reunió a unos 1.200 argentinos y argentinas, gran parte de lo que el presidente Mauricio Macri define como el "círculo rojo".
Por la coqueta recepción y las mesas de la posterior cena (empresas de primera línea llegaron a pagar $615.000 por una de ellas) desfilaron la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal (que fue acompañada por su hija), el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de Gabinete Marcos Peña, buena parte del equipo de Cambiemos y lo más granado del establishment vernáculo.
La respuesta de Sturzenegger no se limitó al mencionado "todos": el titular de la autoridad monetaria volvió a dar los mismos argumentos que en la tarde de ayer cuando en conferencia de prensa reconoció que la inflación de marzo "fue preocupante". Sabe Sturzenegger que la inflación es "el" tema. Y los empresarios reunidos en la cena de Cippec no dejaron de hablar de la cuestión. Con todo, están confiados con que el Gobierno podrá resolver el entuerto en la segunda mitad del año. Otra vez la esperanza de un nuevo "segundo semestre" de redención.
El tema del día
"Ahora va a llegar Federico… pobre, va a tener que subir la tasa", asegura un referente del mundo financiero, mientras estira la cabeza para ver si la figura del número uno del Central asoma por la pasarela en la que los anfitriones, la directora ejecutiva de Cippec, Julia Pomares, y el presidente del Consejo de Administración, Jorge Mandelbaum, reciben a las personalidades y se sacan la foto de rigor.
"Es la variable que se escapó", resume Eduardo Costantini, CEO de Consultatio. "La inflación está por encima de los niveles esperados por los empresarios, la opinión pública y el Gobierno. La política cambiaria ahora está en función de bajarla. Tendrá una caída sustancialmente mayor en el segundo semestre, a menos que ocurra algo inesperado. Va a bajar, aunque no tanto como desea el Gobierno. Más cerca del 20 por ciento. Hay que alinear todas las variables porque si no desacelera hay que ajustar todo a ese ritmo, y ahí hay riesgo de espiral", asegura el empresario, que llegó a la velada acompañado de su pareja, Estefanía Daneri.
A pocos metros de allí, Guillermo Stanley –ex Citi, padre de la ministro de Acción Social y miembro del consejo de Cippec-, y Marcos Bulgheroni, director ejecutivo de Pan American Energy, hablan de franquicias y de lo complicado del negocio logístico mientras toman una bebida cola y los mozos pasan con empanaditas gourmet de queso y verdura, canapés de salmón y jamón crudo y bastoncitos de pollo. Dos industriales, Luis Betnaza, de Techint, y el salteño José Urtubey, cuchichean por lo bajo, mientras el embajador José Octavio Bordón, en el grupo de al lado, cuenta las peripecias aéreas que tuvo que sortear para llegar a la cena desde Chile.
Alberto Abad clava la mirada, serio, por unos segundos y luego larga una carcajada. La pregunta, a quien hasta hace 18 días fue titular de la AFIP, había tenido una sola palabra: "¿Extrañar? ¡Cómo voy a extrañar! Ahora soy libre", asegura el ex sabueso. Después, se pone más serio y también habla de inflación. "Sí, es el tema de la noche, es el tema que más preocupa. Entra por el bolsillo y se instala en la cabeza: tenemos una cabeza inflacionaria. Pero vamos bien, el camino es este, aunque cueste. Va tomar tiempo. ¿Cuánto? Cinco años hasta llegar a niveles razonables. La inflación rompe las instituciones. Tenemos que sacarla de nuestras cabezas", dice.
Abad: Es el tema que más preocupa. Entra por el bolsillo y se instala en la cabeza: tenemos una cabeza inflacionaria
"El segundo semestre sí va a ser mucho mejor, estoy convencido, es matemática pura. Va a dejar de haber injerencia de aumentos y va a bajar la inflación", refuerza el CEO de una exportadora de servicios.
A metros de allí, Andrea Grobocopatel, de Los Grobo, saluda efusivamente a Isela Costantini, ex presidente de Aerolíneas Argentinas.
El salón se empieza a llenar y llegan Sergio Kaufman, presidente de Accenture; Adelmo Gabbi, presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires; Federico Braun, accionista de Banco Galicia y dueño de los supermercados La Anónima; Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción; Claudia Boeri, CEO de SAP Argentina; Flavio Devoto, CEO de Abbvie y presidente de CAEMe; Cristiano Rattazzi, presidente de FIAT; Jorge Brito (h), de Banco Macro, y Marcelo Ovejero, de GM, entre muchos otros. Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, Víctor Santa María y Héctor Daer, fueron los representantes del sindicalismo en Cippec.
Costantini: La inflación está por encima de los niveles esperados por los empresarios, la opinión pública y el Gobierno. La política cambiaria ahora está en función de bajarla
La cena del "círculo rojo"
Una vez dentro del salón fue tiempo de conversaciones más largas y de degustar el plato principal, "bife extracotto con pesto de hierbas, portobellos rellenos y papas Solano". Durante la cena, el ministro de Producción Francisco Cabrera departió con Miguel Kozuszok, presidente de Unilever para Latinoamérica, y Bulgheroni con Sturzenegger. Fernando de Andreis, secretario general de la Presidencia, y Nicolás Caputo, empresario y amigo de Macri, en tanto, apuraron la charla en un pasillo para que no se enfriara la carne (¿habrán hablado de los motivos de la ausencia -con aviso, eso sí: no confirmó- del mandatario?).
A Mario Quintana, el vicejefe de Gabinete, le pusieron una escolta industrial: a cada uno de sus laterales se sentó Miguel Acevedo, presidente de la UIA, y Betnaza, de Techint y también miembro de la central fabril.
"Sí, yo fui uno de los que le preguntó a Sturzenegger por la inflación", asegura entre risas Luis Galli, CEO de Newsan. "Me contestó lo mismo que dijo hoy: van a subir la tasa si no ve un cambio de tendencia. Pero creo que se va a controlar. Es un proceso que parecía que iba tomar menos, pero no. Están haciendo lo que hay que hacer. Preocupa por los planes de inversión: no hay previsibilidad. Hay que controlar la inflación para proyectar. Para afuera está el tema de competitividad", asevera.
El que no estaba nada contento es un empresario del mundo farmacéutico que pidió off the record para asegurar que el Gobierno "no tiene empatía con el empleo y la producción" y que "hoy hay más miedo que antes para hablar". "Están transfiriendo capital de industrias al sector energético, violentamente. Si no paran con el tarifazo constante la inflación nunca va a bajar. Creen que la obra pública y los 'unicornios' de Internet son la solución, y hasta que llegue la inteligencia artificial nos morimos todos", dice el empresario y jura que no habla enojado por los contratos de medicamentos con Pami. "Yo dupliqué la facturación", afirma.
Mientras los mozos repartían el postre "merengue Cosme" (curd de maracuyá y mandarina, helado de crema y salsa de frutos rojos), un empresario automotriz movía la cabeza mientras afirmaba que "el Gobierno no llega ni cerca de la meta, es evidente". "Fue un gran logro bajar de 40 a 20 y pico, pero falta; y prometieron menos, ese es el tema. Estamos acostumbrados, pero ahora empieza a preocupar el empleo y el gran desafío es reactivar la economía", ampliaba.
Ya habían pasado los discursos de Pomares y Mandelbaum y todos empezaban a despedirse. Norberto Morita, del fondo Southern Cross, charlaba con un funcionario. Aldo Roggio, de Grupo Roggio; y Sebastián Bagó, de Laboratorios Bagó; y Carlos Miguens, de MBH, ya se paraban de sus mesas. Lo mismo que Joan Ramíres, presidente de Coca Cola Cono Sur; Eduardo Elsztain, de IRSA; Joao Aldao, CEO de Facebook Argentina, Gastón Remy, ex Dow y ahora CEO para la Argentina de Vista Oil & Gas, la petrolera de Miguel Galuccio; Gabriel Martino, de HSBC; y Alec Oxenford, de OLX.
Ahora será tiempo de balance y de ver cuánto dinero pusieron los argentinos representantes de la política y los negocios en los sobres en los que cada asistente podía comprometer su aporte. El año pasado, el total superó los $72 millones. Todo indicaría que será más en 2018, sobre todo en estos días en los que la inflación es el tema que acapara todas las conversaciones.
Fotos: Nicolás Stulberg, Nicolás Aboaf y Cippec