Arcap es la Asociación de Capital privado, Emprendedor y Semilla de la Argentina, la cámara sectorial de los inversores. Se creó en 2009, pero estuvo en standby en buena parte del gobierno Cristina Kirchner. En 2016 se eligió una nueva comisión directiva y un año después organizaron el Foro Argentino de Inversiones, del que participaron el presidente Mauricio Macri y los principales hombres de negocios del sector de la Argentina, la región y algunos "tiburones" globales.
El capital privado está volviendo a la Argentina, y en algunos sectores más rápido de lo que pensábamos
Esta semana, se eligieron nuevas autoridades de la asociación. Diego González Bravo, del fondo local Draper Cygnus, es su nuevo presidente, y habló en exclusiva con Infobae de los desafíos del sector. Se trata de un segmento de la economía que, según un estudio que presentará la entidad en pocos días, tuvo movimientos de inversión por USD 800 millones en 2016. Hoy, a nivel local, según el reporte, hay 31 fondos activos: 10 se enfocan en capital privado (o private equity), tres son híbridas e invierten también en venture capital (VC), 12 son VC "puras" y seis se enfocan en capital semilla (o seed stage funds), incluyendo aceleradoras e incubadoras.
"El capital privado está volviendo a la Argentina, y en algunos sectores más rápido de lo que pensábamos. Y pasa por algo muy simple: cambió la situación política y económica. Pasamos de ser el país más abierto en los '90, el que más inversión externa directa recibía en la región, con los fondos de venture capital más activos, a ser el tercero más cerrado de América, después de Cuba y Venezuela", asegura González Bravo, de 42 años y contador de la UBA. "Somos independientes con entidad, pero las condiciones objetivas del país cambiaron, son distintas… son favorables. No se puede levantar un fondo con cepo, el Gobierno en contra, el dólar desdoblado y sin saber cuánta inflación había. Todas la condiciones estaban en contra", agrega.
Los desafíos del sector
– ¿Cuáles son los principales desafíos de Arcap para los próximos años?
Tenemos que trabajar en políticas públicas. La ley de Emprendedores da exenciones y son bienvenidas; es un incentivo, pero falta. Este año se esperan correcciones y agregados a las leyes de Pymes y de Emprendedores, sobre todo si la Reforma Impositiva sale como está planteada y algunos de los beneficios logrados se modifican. La reforma del mercado de capitales –Ley Financiamiento Productivo– es muy importante para la industria. Hay que reglamentar el crowdfunding, para que existan plataformas online que le abran la puerta a inversores individuales, muy chicos, algo que hoy no está permitido. En el mundo, ese segmento mueve más dinero que el venture capital. Es algo muy importante para las startups. Y buscamos mejores condiciones para que sea más fácil salir a la bolsa, para empresas grandes, pero sobre todo para pymes que quieran cotizar en la bolsa local.
El sector tuvo movimientos de inversión por USD 800 millones en 2016, a nivel local, y hay 31 fondos activos
– ¿Cómo definís hoy al ecosistema inversor local?
– Hay jugadores activos, pero volúmenes bajos. Tenemos inversión directa, pero faltan fondos institucionales que son los que generan volúmenes mayores. Anses y las compañías de seguros, por ejemplo, tienen vedadas este tipo de inversiones. Estamos trabajando para que se hagan cambios y puedan destinar capital para emprendedores y privados, algo que se hace en el mundo y que le va a dar un gran impulso al mercado. También hay que hacer trabajos de concientización para se ingrese al sector familias ricas, personas de alto poder adquisitivo, empresarios, todos grupos que no tienen hoy en el radar invertir en otras empresas. Por último, las corporaciones: hay creciente interés en invertir capital emprendedor, pero muchas veces lo hacen desde su brazo inversor, de manera directa, y no impulsado a otros fondos. Somos unos de los países que más empresas y emprendedores tecnológicos genera, pero también somos uno de los menos inversión local tiene.
– Concretamente, ¿en qué se ve que el capital externo está volviendo al país para ese sector?
– Hay nuevos grupos, tanto de gestores de fondos como inversores, que ya que están invirtiendo. En el sector de venture capital, en los últimos dos años, surgieron nuevos fondos de capital emprendedor, nuevas aceleradoras y los inversores ángel están prestando más atención a esta industria. En cuanto a private equity, la Argentina era un país vedado para este tipo de capitales, pero ahora grupos extranjeros y regionales llegan y están haciendo transacciones más rápido de lo que muchos esperaban.
– ¿Por qué ese desembarco se dio tan rápido?
– Por un lado, los extranjeros suelen esperar a ver qué pasaba con una nueva administración; incluso varios esperaron la elección de medio término del año pasado. Pero también su trabajo es anticiparse y no llegar tarde a activos buenos que aumentan de precio con el tiempo y mejores condiciones.
Hay verticales muy interesantes: finanzas, agro, biotech, IA, infraestructura, energías renovables, logística y servicios
– ¿Qué cambios espera el sector de private equity, o capital privado, para seguir invirtiendo?
– En este caso, se esperan cambios en la ley de Defensa de la Competencia. Estos fondos no puede esperar cinco años para que se apruebe una venta. Eso se va modificar. También otro tema: con las devaluaciones, el cepo y otras cosas de los últimos 10 años, sumado a que no había ajustes por inflación para los impuestos, los fondos que quieren vender compañías no saben cuál es la base imponible de la transacción. A veces no se puede cerrar un acuerdo por eso. Son temas en los que vamos a trabajar; parte de la "reforma continua" de la que habla el Gobierno.
El sector de altas inversiones se moviliza
Desde Arcap asegura que ya se nota la actividad de private equity, un sector que se mueve según las oportunidades y que volvió a la Argentina luego del cambio de Gobierno y de que el foco de atención regional se corriera, en parte, de Brasil. Más allá de los tanteos iniciales, el segmento se movió rápido, con fondos que abrieron oficinas e hicieron transacciones. Se trata de operaciones de montos altos, en compañías grandes.
Algunos ejemplos. El fondo Southern Cross, liderado por Norberto Morita, se quedó con BBT, un proveedor local de Internet. Catterton, socio del Grupo de Narváez, que ya había comprado Rapsodia, anunció esta semana la adquisición de BabyCottons. The Rohatyn Group sumó a Eco Minera. Blackstone –uno de los fondos más grandes del mundo– se asoció con Riverwood, otro estadounidense que volvió a hacer transacciones a nivel local, se quedaron con Metrotel por USD 190 millones. El regional Victoria Capital, de los argentinos Carlos García y Alejandro Sorgentini –dos ex Credit Suisse/DLJ–, hizo la transacción con Los Grobo (compró el 75% por USD 100 millones) y mira otros activos en los que invertir parte de los USD 1.600 millones que administra.
También hay nuevos jugadores locales, como Lucent Capitals y Alba Capitals, que ya están operativos; y se suman otras modalidades, como Lexington Partners –que administra USD 60.000 millones–,un fondo secundario que hace coinversiones e invierte en otros fondos.
Este Gobierno entiende que se crece con la innovación y tecnificándose. No se crece por ser el granero del mundo
"Otra de las cosas que pasan a nivel local, y muestra la madurez que empieza a tener el sector, es que ya comienzan a aparecer segunda rondas de inversión de las que participan fondos locales. De la Serie B de Digital House, por ejemplo –donde invirtió el fondo de Bono, The Rise Fund– también participó Kaszek Ventures, el fondo más grande de la región (USD 430 millones) de los argentinos Hernán Kazah y Nicolás Szekasy", define González Bravo. "Eso le da perspectiva a las empresas y un horizonte de inversión local: el exterior empieza a no ser la única opción cuando se tiene que conseguir dinero para crecer".
González Bravo es fundador del fondo Cygnus, que el año pasado sumó como socio al estadounidense Tim Draper, que invirtió en el arranque de empresas como Hotmail y Skype y hoy apuesta fuerte al bitcoin. Formaron Draper Cygnus, un fondo que terminará de cerrar USD 60 millones el año que viene para desembolsos locales.
– ¿Cuáles son los sectores "calientes" que buscan los inversores?
– Hay muchos verticales muy interesantes, tanto en empresa nacientes, como las que son target del capital de riesgo. Claramente, finanzas, agro, biotech, IA, infraestructura y energías renovables, logística y servicios. Algunas transacciones ya se cerraron, sobre todo en el último año, pero está todo por hacerse y los fondos ven la oportunidad. Vamos a ver más transacciones.
Hubo mucha confusión durante mucho tiempo: cualquier fondo era un fondo buitre
La relación con la administración Cambiemos
– ¿Cómo ven desde Arcap al Gobierno de Macri ?
– El Gobierno es pro-business, entiende que se crece con innovación y no siendo el granero del mundo. Entiende también que este capital es el que genera nuevas empresa y empleo. Hubo mucha confusión durante mucho tiempo: cualquier fondo era un fondo buitre. Cuando es todo lo contrario, estas son inversiones no especulativas, a largo plazo y productivas, orientadas a empresa nuevas o que tienen que crecer. Tenemos que buscar ser Israel, no vender commodities. En todos los países en los que arranca un ecosistema, el Estado interviene e invierte. En EE.UU, Israel y Singapur. Hoy tenemos un Fondo de Fondos (un fideicomiso en dólares como los que tienen Chile, Colombia y México, por ejemplo) del Estado que invierte en capital semilla, aceleradoras y venture capital. Nada de esto existía.
– Están contentos…
– Sí. La Ley de Emprendedores, por ejemplo fue buenísima porque no había nada, es un marco. Es el primer paso en un camino largo. Hay que hacer varias reformas y entender que un mercado maduro lleva años. Podemos rompernos todos el lomo promoviendo y fomentando el sector para que vendan las inversiones extranjeras, pero la macroeconomía es la que te da las inversiones a largo plazo.
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