La búsqueda del déficit fiscal cero por parte del gobierno mediante la reducción de gastos y, sobre todo, el aumento de los ingresos fiscales, afectó inicialmente a una veintena de producciones regionales -incluida la lechería- sobre las que las autoridades desistieron de la intención inicial de aplicar 15% de derechos de exportación (DEX o retenciones) que había anunciado el ministro de Economía, Luis Caputo para las ventas externas del país.
Para compensar las retenciones a las economías regionales que ahora no recaudará, el Gobierno subió la alícuota del tributo sobre los subproductos de la soja del 31 al 33%. Según la consultora AZ-Group, “teniendo en cuenta el incremento en los derechos de exportación al 33%, tanto en harina como en aceite, se pasaría de una recaudación total de USD 8.141 a USD 8528 millones”, un aumento de USD 387 millones, USD 129 millones por harina y USD 258 millones por aceite de soja.
Pero la revisión dejó heridos. Varias actividades agroindustriales no están, al menos por ahora, incluidas en el texto del proyecto de ley que el Ejecutivo enviará al Congreso para fijar la nueva alícuota de retención a los distintos productos.
Representantes de la producción de algodón, girasol, limones, la industria forestal y la avicultura dijeron a Infobae que si se les aplica el aumento anunciado inicialmente y no se las suma a las ya exceptuadas en el proyecto de ley, sus márgenes brutos serían negativos y sus exportaciones inviables, afectando vastas regiones productivas y llevando a la pérdida de mercados a manos de competidores internacionales.
Carlos Almiroty, presidente de la Cámara Algodonera Argentina (CAA) señaló: “como a la mayoría de las economías regionales, el aumento al 15% de las retenciones nos complica muchísimo; según el rendimiento obtenido, puede llegar al quebranto del productor y llevar a menos trabajo, menor inversión y menor volumen de exportaciones, con lo cual vamos a ingresar menos dólares a la economía, que es lo que la Argentina está precisando. Va a ser contraproducente respecto de lo que se necesita hoy”.
Almiroty citó un trabajo de la Asociación Argentina de Productores Algodoneros (AAPA), que precisa que el potencial aumento del tributo (hoy la alícuota es de 5%), sumado a la aplicación del impuesto PAIS del 17,5% a la importación de agroquímicos, resultaría en un margen bruto de USD 79 por tonelada producida, mientras el Estado por el rubro algodón sólo recaudaría USD 14 millones.
Fuera del mercado
Por el lado del girasol, un cultivo importante en zonas marginales para la soja, el maíz y el trigo, como el oeste y sudoeste de Buenos Aires, La Pampa y el Chaco, que hoy tiene una alícuota del 7% para el grano, 5% para el aceite refinado y 4,5% para el pellet, utilizado en alimentación animal, Juan Martín Salas Oyarzún, presidente de la Asociación Argentina del Girasol (Asagir) explicó que para el sector aceitero “subir de 7 a 15% los derechos de exportación implicaría una pérdida de capacidad de pago por parte de la industria al productor en torno al 10 por ciento”.
Ya jugada la campaña actual (la cosecha ya empezó en el norte del país) “nos preocupa mucho el ciclo del año que viene, porque esa caída de renta combinada con una caída del precio internacional del aceite puede provocar una disminución importante de la superficie implantada con el cultivo. Entre el 30 y el 50% del girasol que se produce en Argentina se consume en el país. Eso va a continuar. El problema es que nos vamos a quedar muy fuera del mercado internacional. Una medida coyuntural nos puede sacar del mercado y terminaremos reemplazados por los dos grandes productores y exportadores mundiales que son Ucrania y Rusia”, advirtió Salas Oyarzún.
Desde Tucumán, los productores de limones dicen haber sido discriminados, ya que es el único cítrico que, estando exento de retenciones desde fines del gobierno anterior, no se benefició del recálculo de Bioeconomía en el proyecto de ley y, por el momento, debería pagar el 15% de retención que se aplicaría como norma general.
Pablo Padilla, presidente de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentina (Acnoa) se declaró “tremendamente sorprendido” de la medida “de un gobierno que dice ser libertario”.
“Somos una actividad que nació, creció, y llegó a ser líder a nivel mundial sin subsidios, solo compitiendo en los mercados más exigentes del mundo en base al esfuerzo la inversión de riesgo del capital privado”, recalcó Padilla. “El sector está viviendo una fuerte crisis y no está en condiciones de soportar esta retención. Este impuesto va a acelerar el achicamiento y pone en riesgo miles de puestos de trabajo y la continuidad de varias empresas y productores. No entendemos que en este momento de crisis se nos aplique esta medida discrecional, cuando a las otras actividades de la fruticultura las dejan exentas de retenciones”, se quejó Padilla.
La agroindustria del limón genera más de 50.000 empleos directos y representa el 56% de las exportaciones de Tucumán, que por distintos motivos perdió unas 12.000 hectáreas de montes frutales de limón, destinados a otros cultivos en los últimos 5 años, debido a las dificultades del negocio. Entre otras causas, por el bajo precio internacional de la fruta y subproductos como aceites esenciales y jugos concentrados, entre otros.
Exportaciones inviables
Otro de los sectores afectados es el complejo foresto-industrial. Claudia Peirano, directora Ejecutiva de la Asociación Forestal Argentina (AFoA), explicó; “hay un aumento de costos importante, porque las estructuras de varias de nuestras cadenas están dolarizadas; con el aumento de las importaciones más el impuesto PAIS, esos costos pasan a un dólar de más de 1.000 pesos”, precisó.
Peiranó agregó que el 50% de los costos del sector forestal es transporte, impactado de lleno por el aumento de los combustibles. “Los aumentos por la estructura dolarizada de los costos del sector, más el aumento de los costos internos, más los 15 puntos de retenciones produce la reducción en los márgenes brutos de las distintas actividades”, señaló.
Al respecto, un trabajo del Consejo Foresto Industrial Argentino (ConFIAr), que integra AFoA, destaca que “el sector ya experimentó problemas de competitividad durante el año 2023 con una reducción del 26% en las exportaciones. La situación con el 15% de DEX empeora sensiblemente la competitividad y reduce las posibilidades de mantener las ventas en el exterior. Los casos más graves son los de exportación de rollos, que queda con margen bruto negativo (-134,29%), y las exportaciones de madera aserrada, en que el margen prácticamente desaparece (-21,1%). En los otros casos, la reducción del margen imposibilita continuar exportando a ciertos mercados, como el de China”.
Esto se debe, dijo Peirano, a la lejanía de ese mercado, a cuya pérdida podrían sumarse otros asiáticos conquistados en los últimos años por la Argentina. Si se aplica el 15% de retenciones, quedan también afectados los márgenes brutos de las exportaciones de pasta celulósica (-45%), de madera (-92,5%) y de pellets de madera (-21,8%), dice el documentod del sector forestal, y afirma además que el aumento de DEX afecta las inversiones previstas en el sector, todas orientadas a los mercados internacionales. “De volcarse al mercado interno lo que no se exporta, afectará negativamente a las PyMEs forestales y madereras por exceso de oferta. Esto tendrá un fuerte impacto en el empleo en varias provincias. Esta combinación de factores implica una reducción de ingresos de divisas y de ingresos fiscales, impacto contrario al buscado”, explica el documento.
Conversando con Fernando
Otro sector afectado es la avicultura, que actualmente paga 9 por ciento. “Las últimas medidas no estimularían las exportaciones” sostuvo Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA). “Al secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, presentamos un trabajo sobre cuál es el beneficio que el sector tiene como consecuencia de los derechos de exportación de maíz y de soja, y cómo influye en una exportación con lo que se paga de retenciones”.
Del trabajo se desprenden dos escenarios. Actualmente, con DEX para el pollo de 9%, para la soja del 33% y para el maíz de 12%, para la industria avícola hay un sobrecosto por el pago del tributo del 1,7 al 1,9 por ciento. Proyectando retenciones al 15%, las exportaciones con la soja y maíz al 33 y 15%, respectivamente y un dólar oficial de $800, la sumatoria da un sobrecosto por pago retenciones del 4,8 al 5,2%, dijo Domenech. Esos porcentajes, señaló, no pueden trasladarse al precio de venta al exterior, para que el pollo argentino pueda ser competitivo a nivel internacional.
Así como CEPA hizo gestiones ante Bioeconomía, otros sectores que quedaron al margen del recálculo de DEX que benefició a 18 complejos productivos regionales, también hicieron o están en proceso de hacer las suyas. Almiroty, representante de la actividad algodonera dijo que estuvieron con Vilella junto al grupo Economías Regionales del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) y que una delegación más acotada fue a hablar con el ministro de Economía, Luis Caputo, para plantearle las dificultades. “Nos han manifestado que el objetivo central de su gestión es llegar al déficit cero, así que la negociación está complicada, pero estamos haciendo presentaciones, mostrando números y confiando en que esto se pueda analizar y revertirse. Si envían el proyecto de ley y el algodón queda con el 15% de DEX, nos desalienta y nos preocupa”, dijo el dirigente algodonero.
“Más allá que nos pidieron que presentáramos nuestros números, en el ámbito del Poder Ejecutivo no tenemos demasiadas esperanzas. Veremos qué pasa en el Parlamento y qué actitud toman los legisladores nacionales de las provincias algodoneras. Esa expectativa tampoco es demasiada, porque imaginamos que ahí va a jugar la negociación de cada gobernador con Nación en función de los dramas que tienen las provincias”, dijo Almiroty.
Salas Oyarzún, de Asagir, adelantó verán a Vilella para mostrarle cifras de la actividad. “Si realmente hay que aguantar alguna suba de retenciones, que sea solo para esta campaña. Y que en la ley que se mande al Congreso figure el cronograma de disminución., para que, en 3 años, como mucho, pasemos a nivel cero de retenciones a las exportaciones; entiendo que es la idea de la plataforma política que ha ganado. Si no podemos evitar los impuestos, por lo menos pongámosle fecha de caducidad”, dijo el dirigente.
También hicieron sus presentaciones los limoneros de Acnoa, aunque su presidente, Padilla dijo que no sabemos “qué esperar”.
También Peirano, de AFoA, dijo que ya presentaron el cuadro de situación sectorial a Vilella y a Sabina Vetter, directora Nacional de Desarrollo Forestoindustrial. “Ambos han sido muy receptivos, tenemos muy buen diálogo con ellos y entendemos que van a hacer lo posible para atender la fuerte inquietud que tiene el sector”, concluyó.