El aumento al 15% de las retenciones generó rechazo, aunque el balance de las medidas sumó rentabilidad al agro. El sector analizará con el área Bioeconomía cómo ayudar a la lechería y las economías regionales
Apenas pasó una semana de gobierno de Javier Milei. Las expectativas del campo eran tal vez desmedidas. Las entidades de la Mesa de Enlace esperaban, por caso, que en los primeros días de gestión cesaran las restricciones al comercio de productos agropecuarios, aunque debieran esperar algo más la eliminación de los derechos de exportación (DEX), tributo del que las economías regionales y la lechería habían sido liberadas en los últimos meses de la gestión económica del ex candidato y ministro Sergio Massa.
Tras dos días de un virtual feriado cambiario y conocidas las primeras medidas económicas, el jueves el nuevo secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, citó en su cartera a los 4 miembros de la Mesa de Enlace, en la sede y les informó que Economía enviará un proyecto de ley al Congreso que eleva a 15% los derechos de exportación de todo lo que la Argentina vende al exterior, incluidos los productos de origen agrobioindustrial.
“Esto complica a las economías regionales que en su mayoría tienen un alto componente de valor agregado y le cobran retenciones sobre el precio final” (Carlos Achetoni)
“La suba de retenciones fue una sorpresa y una decisión perjudicial para el sector. Afecta directamente a los productores y dificulta la rentabilidad. Esperábamos que se cumpla la promesa de quitarlas. Es un impuesto que el campo paga hace 22 años y es realmente dañino”, dijo Carlos Castagnani, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA)”, a Infobae.
En igual sentido se manifestó Carlos Achetoni, titular de la Federación Agraria Argentina. “Hay economías regionales que no resisten la reposición de retenciones. Hemos quedado en tener mesas técnicas, donde vamos a evaluar esa situación. Hay que analizar la relación costo/beneficio. Por recaudar unos dólares, ponemos en tensión un montón de puestos de trabajo del sector privado”, señaló. “Esto complica a las economías regionales que en su mayoría tienen un alto componente de valor agregado y le cobran retenciones sobre el precio final que recaen sobre el producto primario; vino, frutas deshidratadas, frutas frescas”, explicó.
Coincidencias en la Mesa
Las mesas referidas por Achetoni fueron acordadas entre el equipo de Vilella y técnicos de Economía presentes en la reunión con la Mesa de Enlace, para que sus técnicos les expliquen a los funcionarios, caso por caso, porqué las economías regionales -incluida la lechería- no resisten un incremento al 15 por ciento. Las conclusiones de esas mesas técnicas, informó la vocera de Bioeconomía, Jorgelina Traut, se sumarán a la letra del proyecto de ley de suba de los DEX que el Ejecutivo enviaría al Congreso.
El gobierno dice que la suba de retenciones será temporal, pero eso no da ninguna certeza. El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, dijo tras la reunión con Vilella que las retenciones son “el peor impuesto que puede tener una producción”, pero aclaró: “no podemos estar defraudados con un Gobierno que acaba de asumir y nos invita a conversar”.
“Hay una preocupación puntual sobre economías regionales y lechería. Hay un compromiso del secretario Fernando Vilella con la Mesa de Enlace en trabajar, en conjunto, en una mesa de trabajo técnica”, admitió también la vocera Traut.
José Martins, coordinador del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), dijo que aunque las retenciones no sean muy gravosas para los grandes cultivos al ser absorbidas por el dólar resultante de la devaluación, sí son muy perjudiciales para las economías regionales. “Para algunas que actualmente tienen 0% de retenciones, llevarlas al 15% puede ser lapidario. Es algo que el Gobierno tendrá que reconsiderar. De lo contrario estarán peor de lo que estaban antes”, sostuvo a Infobae.
Alto, por ahora
Para Juan Manuel Garzón, economista del Ieral de la Fundación Mediterránea, la economía argentina, en la parte productiva, no necesita un tipo de cambio tan alto. Este salto cambiario, dijo, genera alta presión sobre los precios internos y acelera la inflación. “Con un tipo de cambio un poquito más bajo, si bien iba a haber una aceleración de la inflación, pero no de la magnitud de la que vamos a tener ahora, que va a ser muy fuerte”, señaló.
El especialista también se sorprendió por la suba de los DEX. “La recuperación de la cosecha ya garantizaba un salto de recaudación y una mejora importante del aporte del campo al fisco”, por lo que el aumento no le parece una medida adecuada, aunque reconoció en el balance exportador “el dólar neto de retenciones sube en el corto plazo”.
Pero es una foto. “Lo que no sabemos es qué va a hacer el Gobierno con el tipo de cambio en las próximas semanas, cuando tengamos una inflación del 20, 25 o 30% mensual. No creo que pueda mantenerlo estabilizado con una devaluación del 2%, como anunció Caputo, advirtió Garzón. “Tendrá que actualizarlo rápido si no quiere que la inflación se coma toda la devaluación. Puede ser un vuelo de gallina, muy efímero, si la inflación se acelera y el tipo de cambio luego no acompaña”, graficó.
Además, notó, “hay un problema que se vuelve a abrir: un dólar de importación que tiene el impuesto PAIS del 17,5%, que encarece insumos, y el dólar de exportación que tiene las retenciones. La combinación retenciones-impuesto PAIS hace que empresas exportadoras vean encarecido un insumo por encima de los precios de venta que ellos tienen”.
“El dólar de exportación que surge de una mezcla 80/20 entre dólar oficial y CCL) no es suficiente para contrarrestar los efectos negativos de las retenciones y complica la planificación financiera” (Castagnani)
Castagnani, de CRA, advirtió que la nueva cotización del dólar oficial genera incertidumbre y volatilidad en los costos agrícolas, por el efecto sobre los insumos importados, y afecta la rentabilidad. “Habrá que monitorear de cerca su impacto en cada producción. No hay que ver la cotización del dólar como única variable”, señaló. El mantenimiento del Programa de Incremento Exportador (PIE), ahora con un dólar de exportación que surge de una mezcla 80/20 entre dólar oficial y CCL) “no es suficiente para contrarrestar los efectos negativos de las retenciones” y complica la planificación financiera del sector. Hay economías regionales que quedan muy golpeadas con este aumento”, lamentó.
Otro partido
Así, en la primera semana de la era Milei, el agro argentino recibió un golpe inesperado e indefiniciones sobre lo que vendrá. Hasta el momento no se levantó ninguna de las restricciones sobre el comercio de productos agrícolas (algunas vencen a fin de año).
Cabe esperar el proyecto oficial y el trámite legislativo. Esta vez, la modificación de la norma se hará según lo prevé la Constitución y comenzará a jugarse otro partido.
“Se abre una instancia (las mesas técnicas) en la que vamos a discutir con el Gobierno y este decidirá si asume o no lo que sucede con las economías regionales. De allí saldrá el proyecto de ley que enviará al Congreso y nosotros seguiremos discutiendo, si no ha habido un acuerdo concreto en todos los aspectos, sobre aquellos que creamos nosotros que tenemos razón y se deben rever”, dijo Achetoni.
“Trabajaremos también con diputados y senadores nacionales para que no se avalen estos aumentos que van contra los productores en todo el país”, agregó Castagnani, de CRA.
Esfuerzos, objetivos y tiempos
Los dirigentes del agro consultados coincidieron en señalar que las medidas económicas son un paquete de emergencia, apuntado a cubrir las urgencias fiscales del Gobierno, a la espera de un programa económico más consistente. El agro ha sido históricamente una caja de fácil acceso y así fue tomada nuevamente, con una temporalidad casi indefinida, recordó Achetoni, tras la reunión con Vilella. “Cada vez que nos pidieron esfuerzo lo hicimos y las retenciones nunca más se sacaron. Nos dicen que el aumento es temporal …. (en 2002) comenzaron por 6 meses y van 21 años”.
Esta vez el tiempo estaría supeditado al alcance de metas fiscales, luego de lo cual, según voceros del Gobierno y una vez sancionados los proyectos de ley de emergencia, habría un plan económico integral y consistente, como el que pregonó Milei cuando era candidato.
El nudo es cómo y a qué ritmo se baja el gasto estatal. “Hay que cerrar la brecha fiscal con urgencia”, suscribió Garzón. El Gobierno, hasta ahora, propuso que la mitad de ese cierre sea suba de impuestos y la otra mitad reducción de gastos. “ese mix suba de impuestos/baja de gastos que no me termina de convencer”, cerró el economista.