A partir del 10 de diciembre, e incluso antes, la actividad agrobioindustrial tendrá el desafío -de cara al nuevo gobierno- de plantear sus demandas, defender sus intereses y sostener reclamos históricos de políticas públicas hacia el sector. Las experiencias anteriores con diferentes gobiernos y con la política en general no han dado los resultados esperados. Es necesario, al menos, un cambio de estrategia para posicionar mejor sus intereses en la agenda de discusión pública.
¿De qué manera debería vincularse con el próximo gobierno, más allá del resultado electoral? Infobae consultó a varios analistas políticos al respecto.
Carlos Steiger, profesor y director de la Maestría en Agronegocios de la Universidad Austral y de la encuesta Ag Barometer, que ausculta las expectativas de los productores, sostuvo que, más allá del resultado electoral, “el campo no espera demasiado de la política”. Según Steiger, Javier Milei, no tiene una política agropecuaria definida. “Lo único que puede ofrecer es el sinceramiento de las variables y eso puede hacer que mejore el tipo de cambio”. Sin embargo, observó, por limitaciones fiscales, “no podrá quitar muy rápidamente las retenciones”. De Sergio Massa, a su vez, “el campo no ve que vaya a aplicar una política favorable al sector”.
“La relación del agro con el gobierno que asuma va a tener que ser positiva porque se necesitan dólares” (Carlos Steiger)
“La relación del agro con el gobierno que asuma va a tener que ser positiva porque se necesitan dólares. Cuando uno le pregunta a Massa cómo van a resolver este problema, pone el foco en las exportaciones porque considera que el problema inflacionario de la Argentina es la escasez de dólares y todo lo que sea generación de dólares tiene que ser favorecido. Ese aspecto debería tener expectativas favorables”, marcó Steiger. A la vez, Milei no tiene conocimiento del agro. “Es todo muy macro. No se ve una política dirigida al sector. Uno presume que al ser generador de divisas debería tener una política favorable, pero a los productores, mayoritariamente no les gusta la dolarización, porque tienen recuerdos no muy buenos de la convertibilidad”, dijo el experto y docente en agronegocios.
Productividad y divisas
De cara al nuevo gobierno y al Congreso, Steiger opinó que el campo debe “mostrar que es un sector competitivo, profundizar su rol de generador de divisas y movilizador de la economía. Tendría que hacer valer eso, cosa que el resto de la sociedad no percibe. En esto el campo tiene que ser firme y comunicarlo mejor”. Hay una visión equivocada, dijo Steiger, sobre la estructura productiva del campo, que es “muy distinta a lo que el común de la sociedad cree.”. Por eso, “hay que comunicar qué el campo no genera inflación, que está sujeto a los precios internacionales y al tipo de cambio y explicar que no es el malo de la película y que los productos primarios tienen una incidencia bastante baja en el valor de los alimentos en góndola”,.
Lucas Romero, politólogo y director de la consultora Synopsis, señaló que la relación campo-gobierno dependerá del resultado electoral y planteó dos escenarios bien distintos, con candidatos de predisposiciones diferentes sobre cómo relacionarse con el sector. “Un elemento común a ambos será la restricción presupuestaria. La necesidad que tiene la Argentina de encarar un proceso de corrección fiscal, porque no tiene acceso al mercado de deuda para financiarse y no puede seguir haciéndolo con emisión”. Eso a su vez hará que una de las principales demandas rurales, la reducción de la presión impositiva, sea “difícil de satisfacer para cualquiera de los dos candidatos, independientemente de su deseo o voluntad de tener una buena relación con el sector”.
“La actividad agropecuaria va a estar bajo acecho de la presión impositiva, porque es uno de los sectores de la Argentina al que el Estado puede ir a buscar capacidad contributiva. Es dinámico, tiene condiciones tecnológicas y naturales para producir y, naturalmente, lo van a seguir viendo como el lugar a dónde ir a recaudar. Va a ser un elemento que, lamentablemente para el sector, va a estar presente”, advirtió Romero. Y agregó: “lo que podría modificarse es la predisposición del eventual presidente para ir corrigiendo ese aspecto y garantizarle al sector que, en la medida que se normalice la macroeconomía, pueda ir bajando la presión impositiva para dejarle expresar más más su potencial”.
“El campo es dinámico, tiene condiciones tecnológicas y naturales para producir y, naturalmente, lo van a seguir viendo como el lugar a dónde ir a recaudar” (Lucas Romero)
Milei tendría más apoyo del sector que Massa, como ya sucedió en las PASO y en la primera vuelta. Pero, acotó Romero, con un “Massa presidente” habría una relación distinta hacia el campo “porque es diferente vincularse con el sector siendo electorado propio que hacerlo siendo electorado ajeno. “Massa puede tener menos restricciones para castigar o no atender las demandas del sector, porque no es un electorado propio”, explicó.
Primero, consenso interno
Sobre cómo debería plantarse la actividad, Romero destacó que lo primero a resolver “es el ámbito de negociación o vinculación con el Gobierno: hace rato que la Mesa de Enlace perdió la centralidad en la representación de la agenda del sector frente al Gobierno, el surgimiento de nucleamientos como el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), entre otros, ha diversificado los canales de diálogo entre el Gobierno y el campo, sobre todo con gobiernos peronistas”. Esta diversificación de la representación es una dificultad porque revela que “no hay consensos amplios en todo el sector respecto de los temas centrales”, apuntó Romero.
Por eso, si el agro quiere tener una vinculación más eficiente y efectiva deberá “ordenar los canales de diálogo, centralizarlos lo más posible y buscar los consensos, porque eso fortalece la capacidad negociadora del sector”, fundamentó. Al respecto, fue categórico: “si no están de acuerdo no se puede negociar nada. El desacuerdo debilita la posición negociadora. Aunque no puedan ponerse de acuerdo en todos los temas, sí podrían buscar un núcleo de coincidencias básicas de amplio consenso, que sean la hoja de ruta del vínculo con el Gobierno que nazca el 10 de diciembre”.
Por otra parte, consideró que el CAA tiene como virtud, frente a la Mesa de Enlace, que es una mejor instancia de concentración de la representación del sector, porque que está reflejada también la industria, cosa que no pasa con la Mesa de Enlace, y podría ser un espacio más interesante e inteligente.
“Pero eso supone que la Mesa de Enlace esté allí por voluntad de los productores. Habrá que ver si ellos tienen voluntad de ceder la concentración que tenían en la representación del sector ante el Gobierno, en otros tiempos, a un ámbito dónde también está la industria, con esta relación siempre conflictiva que existe entre los productores y la industria”, reconoció.
Más allá de la relación con el Poder Ejecutivo, también es clave la relación con el Congreso, en especial si ocurre un gobierno de minorías. “Se abre una ventana de oportunidades para aquellos sectores que quieren intervenir, influir e incidir en la definición de políticas públicas. Eso se define en el Congreso y el esfuerzo de vinculación con los actores de la vida parlamentaria es central”, señaló Romero, y recordó antecedentes como las instancias de vinculación legislativa de la Fundación Barbechando y el intento de formar una bancada agropecuaria para intervenir y estar en la mesa de discusión. “El campo entendió que tiene que estar en la mesa de discusión porque sino, está en el menú”, enfatizó
La opinión pública
Por su parte, Jorge Giacobbe, politólogo y director de Giacobbe & Asociados, señaló que en las elecciones el campo se inclinará mayoritariamente por Milei “Habrá una tendencia muchísimo más anti UxP que a favor, con altos niveles de disgusto por la candidatura de Milei; pero aborrecen más al kirchnerismo que a otra cosa”, precisó. De todos modos, prosiguió, si Massa fuera presidente, su gobierno será pragmático. “Él aprendió que las peleas con el campo al kirchnerismo lo retrajeron mucho, porque son peleas que no quedan encapsuladas en términos sociales, sino que generan contagio. Va a tratar de ser lo más favorable que pueda, dentro de una estructura de impuestos que siempre va a empujar en que hay que recaudar, sacándole recursos al campo”, sostuvo Giacobbe, aunque será muy difícil que se bajen rápidamente retenciones y otros impuestos al agro, Más allá del reclamo, dijo el politólogo, “el campo tiene un desprestigio social muy grande en la sociedad urbana, que cree que al campo hay que aumentarle los impuestos porque creen que son multimillonarios, que son pocos, que se la llevan en pala y en dólares”.
“Cuando (los representantes del campo) van a los medios se ponen en el lugar de que son los que trabajan y la sociedad urbana, no. No es el proceso de seducción que tienen que encarar” (Jorge Giacobbe)
Por el contrario, prosiguió Giacobbe, “los dirigentes y productores del campo se auto perciben los buenos de la película, pero la gente cree que son antihéroes. Hasta que no reviertan esa imagen, para la política va a ser gratis afectar sus intereses, porque la mayor parte de la población la acompaña. Por más que una parte los apoye y les permita llenar una Plaza de Mayo, la muchedumbre no explica la masa”, señaló. “Hasta que la opinión pública no defienda al campo, la política le va a seguir metiendo mano. No es un cambio que se produzca desde lo comunicacional. Es un cambio cultural y tienen que desarticular muchas cosas que han hecho mal”, dijo.
Al respecto, mencionó un estudio de su consultora, según el cual la mitad de la población no tiene claro si la siembra directa contamina o no al suelo, y la mayor parte de los argentinos cree que el campo no genera trabajo ni beneficio para la economía, excepto para quienes trabajan el campo. “Hay una maraña de prejuicios y preconceptos a desarticular. Y muchas veces cuando (los representantes del campo) van a los medios, hacen muy mal al atacar a la opinión pública. Se ponen en el lugar de que son los que trabajan y la sociedad urbana, no. Ese no es el proceso de seducción que tienen que encarar”, señaló.
“Las provincias han pasado a ser, en alguna medida, voceros del agro, ya que los gobernadores de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos tienen mucho más presente al sector” (Rosendo Fraga).
Sobre el posicionamiento rural, primero debe ser frente a la opinión pública. Los dirigentes del campo, dijo, “creen que sus problemas se solucionan haciendo lobby o dando combate en los medios de comunicación, en contra o a favor de los políticos, y no es así. Están usando la estrategia equivocada. Están miopes del sujeto tácito que es la opinión pública que es la que tiene la llave para destrabar el conflicto que tienen”. En el nuevo Congreso, siguió, el agro “va a tener que hablar con todo el mundo, porque será todo muy volátil”. Al haber producido una elección de tercios, el electorado rompió el sistema y se generará un nuevo orden, una nueva polaridad, aún incierta, que tendrá un eje de centro izquierda y otro de centro derecha. “Por eso el campo tiene que aprovechar el momento de confusión, de debilidad de todos, para tratar de conseguir lo que buscan, meterse en esa nueva configuración y participar”.
Mesa debilitada
El analista político Rosendo Fraga consideró que el campo votará ampliamente a Milei. “El tema es si él va a poder satisfacer las expectativas. No me parece que haya tratado demasiado el tema del campo, y no va poder hacer todo lo que desea el campo. Pero, claramente, el campo está mucho más cerca de Milei que de Massa, aunque no parece que esté claro qué podrá hacer”.
De la relación del campo con el futuro gobierno, Fraga señaló: “si gana Milei será muy importante el rol del secretario de Agricultura y Ganadería, porque él no tiene mucho contacto ni conocimiento del sector. Massa, en cambio, es ministro, ya tiene su secretario y no va a innovar demasiado”. En cuanto a la representación del campo, concluyó Fraga, “la Mesa de Enlace se ha debilitado y las provincias han pasado a ser, en alguna medida, voceros del agro, ya que los gobernadores de la Región Centro (Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos) tienen mucho más presente al sector”.