Entre Ríos es una provincia altamente demandante de alimento para su producción avícola y también vacuna. Por ello, desde el ámbito público y privado provincial advierten la necesidad que tiene la cadena maicera local de aumentar la producción local del grano y destacaron las inversiones necesarias anticipar la cosecha, mover grano húmedo y apostar al secado para ganar en rentabilidad.
De las 500 mil hectáreas que anualmente se implantan de maíz en Entre Ríos, un 85% es maíz temprano. Para lograr el abastecimiento local de alimento para las granjas debería crecer con fuerza e inversión en la generación de maíz tardío, indicó Octavio Caviglia, profesor de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Entre Ríos.
Malezas y cultivos de cobertura
“En los campos entrerrianos, cobra interés el uso de cultivos de cobertura para combatir malezas. Esto se difunde cada vez más. Esto crece y los números lo demuestran, y los resultados también”, indicó Caviglia, quien también destacó las oportunidades que se le presentan al productor en materia de rentabilidad a partir de la apuesta a “la adopción de decisiones como anticipar la cosecha de maíz, y también la de asumir costos económicos”.
De las 500 mil hectáreas que anualmente se implantan de maíz en Entre Ríos, un 85% es maíz temprano.
Según el especialista, “hay limitaciones que enfrenta el productor maicero en Entre Ríos, pero también alternativas agronómicas. Ante el barbecho largo que hay hasta la siembra de maíz tardío, se enmaleza mucho, y como alternativa están las coberturas, que aportan competencia y beneficios en sostenibilidad”.
“Como tras su cultivo hay que esperar hasta finales de julio o agosto, la alternativa es hacer una cosecha anticipada, y aunque para el productor de maíz tiene un costo mover grano húmedo, en flete y en secado: las estimaciones indican que dicha inversión es más rentable que mantener la planta sin cosechar varias semanas más en el lote. Si se espera, se deja de ganar”, explicó Caviglia.
El también investigador del Conicet ponderó el trabajo realizado durante la semana pasada en el marco del Congreso Internacional del Maíz, que tuvo lugar en Paraná, la capital entrerriana. “Resultó un evento extraordinario, donde se conjugó toda la temática que involucran a toda la cadena del maíz que empuja la economía de las provincias que lo cultivan”, celebró Caviglia.
Lo mismo, pero diferente
Al evaluar la producción del cereal en la provincia mesopotámica, Caviglia puntualizó las diferencias con otros lugares del país. “La producción de maíz en esta provincia del Litoral es bastante diferente a otras regiones; aquí se hace muy poco porcentaje de maíz tardío, cuando en la Argentina, dicha producción ronda más del 50% desde 2012, en Entre Ríos rara vez se supera el 15 al 20%”, dijo.
“El productor entrerriano -dijo- tiene ciertas reservas respecto al maíz: sostienen que este no funciona en Entre Ríos, que no da buenos resultados y que le genera inconvenientes en la previa de la campaña, por caso en el tema malezas, o para alcanzar la humedad requerida en la etapa de cosecha de 14.5 por ciento. Dicen que hay que aguardar demasiado, hasta finales de julio o mediados de agosto. La demora puede promover el crecimiento de malezas o de hongos que pueden malograr la producción requerida luego como alimento animal”, explicó.
Brechas de rendimiento maicero
Las brechas de rendimiento que se han estimado en maíz temprano y maíz tardío son similares, ya que el rendimiento máximo que se puede generar en maíz tardío es menor que el que se puede lograr en la trilla temprana, indicó Caviglia. Sin embargo, prosiguió, “podemos convenir que ajustando una serie de prácticas como las que proponemos, previas al cultivo, ajustando el control de malezas, manejando adecuadamente la densidad de plantas y eligiendo adecuadamente los materiales genéticos para cada fecha de siembra se puede apuntar a obtener rendimientos totalmente competitivos con las siembras tempranas”.
“En los estudios realizados por simulación, nos ofrecen ventajas por arriba de los 1.000 a 1.500 kilos de diferencia a favor de las siembras tardías de maíz”, aseguró el especialista.
“La gran deuda pendiente en materia agrícola con respecto al manejo del maíz, no solo en Entre Ríos sino también en el país, es el manejo de la nutrición. Si tomamos en cuenta la cantidad de nutrientes que se llevan los cultivos dentro del grano en relación a los que reponemos vía fertilización de los suelos, el balance es negativo. Lo que hace que los suelos se vayan empobreciendo”, indicó Caviglia.
Por ello, consignó, el productor local siempre está atento a cuestiones como la semilla elegida para la siembra o la maquinaria con la que se procederá a la siembra y cosecha, pero se presta bastante poca atención a lo que es la nutrición del cultivo, particularmente fósforo en Entre Ríos, y nitrógeno y azufre en otros lugares. “Estos son nutrientes muy importante y que estamos en niveles deficitarios. Allí es necesario corregir esas brechas de nutrientes que tenemos para apuntar a mejorar los rendimientos”, concluyó el experto.