Argentina se encuentra en medio de un escenario electoral, donde las campañas de los diferentes precandidatos a la presidencia de la Nación, pero también a los diferentes puestos legislativos que se van a dirimir, ocupan el centro de la atención, con discusiones, planteos políticos y programas de las diferentes fuerzas, que a veces son poco claros por el calor de la contienda. En ese contexto, la Fundación Barbechando realizó un congreso para discutir políticas y presentó un documento para el “despegue” del país no solo en el agro, sino en todas sus facetas.
De esta manera, los integrantes de la Fundación e invitados dieron a conocer en el Primer Congreso de Políticas Públicas para la AgroBioIndustria, un evento que contó con la participación de más de 270 invitados, incluidos diputados y senadores nacionales, empresarios, productores y referentes del mundo del agro, su propuesta “IDEAS A+47″, un documento abierto a comentarios de nuevas ideas de políticos y referentes del agro, donde se esbozaron líneas de trabajo en áreas claves para el despegue económico, social y territorial de la Argentina y sus 47 millones de habitantes.
En esa presentación, el presidente de Barbechando, Germán Paats, resaltó la importancia del desarrollo federal y que la Argentina “tiene un techo altísimo para crecer”. “Las exportaciones se pueden multiplicar por 4″, remarcó, y sostuvo que la AgroBioIndustria puede aumentar en dos millones los puestos laborales, aunque para ello también “es necesario activar los cuatros motores: economía del conocimiento, minería, energía y turismo”.
Paats hizo hincapié en que hay que poner el foco para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. “El último censo dio que en Argentina viven 46 millones de argentinos, pero tenemos un millón más afuera. Si trabajamos juntos, la política y el campo, podemos generar las herramientas que nos permitan que Ezeiza sea la puerta de entrada y no de salida. Tenemos que animarnos a hacer las cosas distinto”, señaló el directivo. A ello agregó que el crecimiento depende de cada uno de los actores de la industria: “Ese factor nos da optimismo. Somos nosotros los que nos tenemos que involucrar”.
Sumado a Paats, de la exposición también participaron el consultor y especialista en negocios internacionales, Marcelo Elizondo, y el director general de Barbechando e ingeniero ambiental, Manuel Chiappe.
Respecto al congreso en sí mismo, que de ahora en más se llevará a cabo cada 2 años en etapas electorales, fue “buscar una instancia de consenso entre el campo y la política para el trabajo sobre una agenda de mediano y largo plazo que permita poner en marcha los motores productivos de la Argentina, en base una visión distinta de país. “Un país sin contras”, fue la convocatoria.
El plan
Según plantea el documento, las nuevas demandas globales indican que habrá que alimentar a unas 10.000 millones de personas, atender nuevas exigencias relativas a la concepción de salud y a priorizar la salud ambiental del planeta; así es que habría que transitar el paso de una economía que se basa en hidrocarburos y derivados hacia una que se enfoque en recursos renovables.
Argentina tiene, entonces, según el trabajo, una gran oportunidad y un potencial rol de éxito ante las necesidades globales vinculadas a la agrobioindustria, energías múltiples, minerales, turismo y economía del conocimiento, relacionada al talento humano, las cuales serían las claves del despegue del país. La inserción de la economía nacional en el nuevo orden económico/productivo podría lograrse sobre un formato distinto al actual y por ello habría que mutar la actividad local: sería con el funcionamiento de todos los motores de la economía. Para acompañar este proceso productivo, será fundamental la alianza público-privada.
Un caso de éxito a imitar es Israel, que encontró una nueva forma de producir bienes y servicios. Este país explotó al máximo su espíritu emprendedor y potenció su desarrollo a través de estímulos adecuados para alinear el conocimiento científico con el mercado; así, los emprendedores articularon su conocimiento con tecnologías. Todo se sustentó en tres pilares: Estado, fondos y empresas alineadas dentro de un mismo esquema. Para alcanzar ello, Argentina debe garantizar previsibilidad, mejorar la educación y la salud, conseguir una economía sana, optimizar la infraestructura y apuntar hacia una integración a los mercados del mundo.
Córdoba y el mundo
En el afán de demostrar casos de éxito en relación a la implementación de la agrobioindustria, Córdoba fue el ejemplo elegido. “En nuestra provincia tratamos de armar una política agropecuaria que es lo que necesita una de la provincia que produce un tercio de los granos del país. La política agropecuaria es tratar que el productor y las entidades pudieran juntarse y construir una agenda política y pública que pasara de la protesta a la propuesta y con eso venimos construyendo distintas política públicas que están respaldadas por ley”, dijo el ministro de Agricultura y Ganadería de Córdoba, Sergio Busso.
Por su parte, la secretaria de Ganadería de la provincia mediterránea, Catalina Boetto, dejó datos precisos sobre lo que sucede en la región. En los últimos 20 años, la superficie agrícola se multiplicó por 1,6 puntos; la producción en 2,3 y la productividad nada menos que en 1,4, lo que dio como resultado una productividad mayor a cualquier otra área del país y se erigió como el primer productor nacional de maíz, sorgo y maní, y segundo de soja y trigo. “Esto significa una generación muy importante de divisas para el país. Tenemos 40.000 productores que dan 70.000 empleos directos y 110.000 de forma indirecta. Contamos con 20 biodigestores”.
También se presentaron los casos de Brasil y Australia como ejemplos de éxito internacionales. Para analizarlos expusieron Nilson Leitao, presidente del Instituto Pensar Agropecuária de Brasil; Alceu Moreira, diputado; y Pedro Lupion, también diputado y presidente del Frente Parlamentario Agropecuario brasileño, quienes plantearon la importancia de que las instituciones del agro trabajen junto a los parlamentarios en metas comunes para el fortalecimiento de la actividad y ex secretaria de Agricultura del país oceánico, Joanna Hewitt.
El panel culminó con la firma del convenio de cooperación mutua entre los presidentes de la Fundación Barbechando y el Instituto Pensar Agropecuaria de Brasil que simbolizó el inicio formal del trabajo –ya en marcha– de lograr consensos entre agro y política, que establezcan una agenda de desafíos y objetivos de la AgroBioIndustria, la cual, mediante políticas públicas, promueva el crecimiento económico y desarrollo de las regiones y ciudadanos de ambos países.
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