Una nueva ola de recortes volvió a sacudir los números del campo. Esto es así porque la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) ajustó de manera negativa tanto la estimación de producción de maíz y sorgo, generando aún más pérdidas para la fatídica campaña 2022/23, que fue impactada de lleno por la histórica sequía, como así también la proyección de siembra de trigo, en donde el sector granario está depositando gran parte de sus esperanzas para poder avanzar hacia la recuperación del agro.
En cuanto al maíz, la entidad bursátil porteña recortó la previsión de cosecha en dos millones de toneladas respecto a las estimaciones de la semana pasada. De esta manera, la trilla 2022/23 del cereal pasó de 36 a 34 millones de toneladas, lo cual implica una caída respecto a lo obtenido el ciclo pasado del 35%, equivalente a unas 18 millones de toneladas.
Se sabía que a medida que avanzaran las cosechadoras sobre los planteos de segunda del cereal, los números estaban sujetos a nuevos ajustes negativos. A la fecha, se logró recolectar el 43,6% de la superficie estimada con “rendimientos promedio que continúan estando muy por debajo de los promedios zonales”, indicó la BCBA. Particularmente, en el centro-norte y sur de Córdoba, “los resultados se alejaron significativamente de las proyecciones anteriores”.
De esta manera, el rendimiento promedio a nivel nacional del grano amarillo de ubicó, hasta el momento, en 43,6 quintales por hectárea (qq/ha), una productividad históricamente baja. Pero, según deslizó el informe de la Bolsa porteña, el panorama puede seguir empeorando, ya que “los primeros resultados sobre la región norte del país también se encuentran por debajo de los rendimientos históricos zonales, por lo que no se descarta que en las próximas semanas vuelva a ajustarse la proyección de producción”.
También tocó el turno para los recortes del sorgo, un cultivo pariente del maíz. Así, el avance de las cosechadoras, que hasta el momento recolectaron el 57,9% del área implantada, arrojó un rinde promedio de 30,3 qq/ha, una productividad que obligó a la BCBA a ajustar en 200.000 toneladas la estimación de producción a 2,5 millones de toneladas, un millón menos a lo obtenido durante la campaña pasada.
Finalizando con los denominados granos gruesos, la soja se encuentra a solo días de finalizar la cosecha, con solo unas 88.400 hectáreas por recolectar correspondientes a planteos de soja de segunda ocupación.
Solo restan trillarse algunos lotes en el sudeste de la provincia de Buenos Aires y en el centro-norte de Santa Fe. Hasta el momento, la producción acumulada es de 20,9 millones de toneladas, de las 21 millones que se esperan en total. Así, la oleaginosa se encamina a su peor performance productiva en más de dos décadas.
Trigo
Por su parte, la estimación de siembra también sufrió recortes por parte de la BCBA. Según su último Panorama Agrícola Semanal (PAS), la superficie dedicada al cereal de invierno se redujo en 200.000 hectáreas hasta las 6,1 millones de hectáreas. De concretarse esta intención de implantación, el área cubierta en esta campaña será igual a la anterior, dejando de lado el crecimiento del 3,3% que se esperaba al principio del ciclo.
“La falta de humedad en el centro-oeste de la región agrícola durante la ventana de siembra, agravada por la ausencia de pronósticos de precipitaciones para la próxima semana, impide llevar a cabo los planes de siembra y causa la disminución en la proyección de superficie”, planteó la entidad bursátil . Asimismo, sobre el NEA, la entidad griega que las precipitaciones “han sido desparejas y no han permitido cumplir el plan de siembra inicial”, lo cual también sumó al ajuste negativo en el área.
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