El campo quiere dar vuelta la página y dejar de una vez por todas en el pasado a la sequía y una de las mejores maneras de lograrlo es con una buena campaña de trigo, que ayude a poner en orden las cuentas del sector.
Las lluvias de mayo fueron vitales para emprender la siembra del cereal, que podría ocupar unas 5,6 millones de hectáreas y, si el clima acompaña, obtener una cosecha de 16,2 millones de toneladas, 40% más que lo registrado durante el fatídico ciclo 2022/23.
Si se logra alcanzar esa producción, las exportaciones experimentarían un salto más que considerable. Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), los embarques durante el ciclo comercial 2023/24 podrían alcanzar las 9,5 millones de toneladas entre diciembre de este año y noviembre del que viene, lo cual representaría un incremento del 120% en relación con la campaña comercial en curso.
“Las primeras proyecciones de producción hablan de que, luego de una campaña 2022/23 en la que las exportaciones se resintieron fuertemente, y difícilmente puedan llegar a superar el rango de las 4 a 4,5 millones de toneladas hasta el final de la campaña comercial, puede esperarse una recuperación de cara a lo que será el ciclo comercial 2023/24″, marcaron desde la entidad bursátil rosarina.
Si bien desde la BCR se amparan respecto a que “el desenvolvimiento efectivo del comercio exterior dependerá de muchas cosas, tales como la competitividad del grano argentino en los mercados internacionales, las políticas de comercio exterior, las necesidades del consumo interno (estimada en 6 millones de toneladas), entre otras”, uno de los factores que ayudan a pensar que Argentina logrará exportar esa cantidad e, inclusive, mejorarla, son “las malas perspectivas para la producción de Australia en esta campaña, nuestro principal competidor del hemisferio sur, que podrían permitir a nuestro país ganar participación en países usualmente atendidos por el gigante oceánico, tales como los países del Sudeste Asiático”.
La cuenta en dólares
En cuestión de ingresos, si se tiene en cuenta los valores internacionales de hoy, estos 9,5 millones de toneladas en exportaciones podrían representar un monto de USD 2.375 millones, “una más que importante recuperación del aporte del complejo a la balanza comercial de nuestro país”. De cumplirse este guarismo, desde la entidad remarcaron que “podríamos estar hablando de casi USD 1.000 millones de dólares adicionales en exportaciones entre campañas, aunque aún USD 2.300 millones por debajo de lo que dejó la 2021/22″.
Recaudación
Si bien esos USD 1.000 millones de más que la entidad estima que ingresarán esta campaña son una gran noticia para la economía argentina, el capítulo de la recaudación podría no ser tan auspicioso. En este sentido, los especialistas de la BCR aclararon que “el impacto en liquidación de divisas y en recaudación por retenciones por estas exportaciones no será pleno”.
“Esto se debe a que las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) de la actual cosecha superan ampliamente el volumen que se espera exportar; se estima que el sector exportador podría pasar de campaña comercial (lo que se conoce como rollear) con unos 4,6 millones de toneladas de trigo ya declarada en ventas externas. Esto tiene especial impacto en las cuentas públicas, dado que sobre esas ventas los exportadores ya abonaron el 90% de los Derechos a la Exportación (DEX) correspondientes”, indicó el trabajo de la Bolsa rosarina, por lo cual, descontando ese monto ya ingresado en concepto de retenciones, el aporte en de los DEX del sector exportador de trigo podría ubicarse en el orden de los US$ 160 millones a lo largo de la campaña.
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