Ayer en momentos donde el dólar libre superaba la barrera de los 490 pesos, en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires se desarrollaba un evento organizado por el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), un espacio conformado por más de 60 entidades que tiene como objetivo generar propuestas para el mediano y largo plazo para la cadena agroindustrial.
El evento tenía como objetivo trazar un análisis de las oportunidades que ofrece el mundo para la producción de alimentos de nuestro país, pero todas las miradas estaban puestas en conocer a través de la disertación de diferentes economistas y especialistas, cómo la Argentina debe transitar la actual coyuntura y cómo se deberá gobernar a partir del próximo 10 de diciembre.
“Tenemos que trascender un período de Gobierno. Necesitamos reglas de juego claras, un marco regulatorio claro, sostenible en el tiempo. Y eso se logra en base solo a una propuesta acordada por absolutamente todo el campo de la política y el pensamiento de la economía nacional”, dijo José Martins, Coordinador del CAA y presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires., quien además aseguró que “tenemos una oportunidad. Nosotros producimos lo que la demanda mundial necesita, ya sea en materia prima o en alimento terminado. Pero no basta con decirlo. Tenemos la obligación moral de convencer a la política y a la sociedad económica que esta oportunidad es real y que para actuar y para capturar esas oportunidades, tenemos que tener un acuerdo macro que haga que no se cambien las reglas de juego permanentemente”.
Además, sostuvo que “las barreras para exportar, la alta carga impositiva, y una macroeconomía inestable, fueron una barrera infranqueable para poder capturar esa oportunidad. Lamentablemente después vino la sequía y terminó de mandarnos al descenso, y de completar el panorama oscuro”. Al respecto, durante el evento, el especialista Nelson Illescas detalló que la sequía provocaría una merma en las exportaciones de USD 21.291, USD 7.794 millones que se dejarán de recaudar en esta campaña, USD 25.717 millones de menos del Producto Bruto Agropecuario, y una caída del 3% en relación al Producto Bruto Interno.
“No hay que inventar la pólvora, simplemente un proyecto de reglas de juego, claro, sostenibles en el tiempo. Hablamos de acuerdo mínimo y necesario para torcer el rumbo. La agroindustria no es un problema, es parte de la solución. No necesitamos subsidios, solo debemos aflojar el pesado lastre en términos de carga impositiva que sostiene el sector. Por supuesto que también es necesario un tipo de cambio único. Es inviable trabajar con un esquema como el actual, donde es tan inequitativo lo que se produce y el valor que se recibe por quien produce”, concluyó Martins.
Valoración
En su disertación de ayer en el evento de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Gustavo Idígoras, coordinador técnico del Consejo Agroindustrial Argentino y presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), focalizó su presentación en el Plan que elevó para su tratamiento el Consejo Agroindustrial, con 40 propuestas para contribuir al desarrollo sostenible de la economía nacional y mediante el cual se proyecta generar USD 100.000 millones anuales en exportaciones agroindustriales, forestales y pesqueras y 878.000 empleos nuevos en los próximos 10 años.
Pero además hizo hincapié en reclamar una mayor valoración del campo y la agroindustria, como motores de la economía nacional. “Los gobiernos se acuerdan de nosotros cuando tienen una crisis y, lamentablemente, vivimos de crisis en crisis todos los años, con lo cual se acuerdan habitualmente de nosotros. Pero la verdad es que somos una fábrica de empleo, de producción, de protección ambiental y proyección de futuro, más allá de ser una fábrica de dólares”, aseguró Gustavo Idígoras.
En tiempos de enorme incertidumbre por la situación económica del país y frente a un flojo arranque del dólar soja 3, Idígoras también mencionó que a la agroindustria “se la está “poniendo en riesgo”, y que deriva en menor competitividad del sector y una pérdida de lugares destacados en el plano internacional. “Si bien somos reconocidos como un jugador central a nivel internacional, la Argentina se estancó en los últimos 15 años en la tasa de crecimiento de inserción internacional y donde antes del efecto de la sequía, ya estábamos en los últimos puestos”.
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