El 14 de febrero marcó un antes y un después para el sector avícola argentino, fue el día en que se detectó por primera vez un ave silvestre infectada con influenza aviar, una enfermedad altamente contagiosa y mortal para las aves. Desde entonces, el virus se expandió por el territorio nacional afectando a aves de traspatio y filtrándose en las explotaciones comerciales, lo que dio lugar a la matanza de animales para contener la propagación.
Según datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), hasta el momento se confirmaron 78 detecciones de la enfermedad: los casos confirmados son 62 en aves de traspatio, 11 en el sector comercial y 5 corresponden a aves silvestres. En cuanto a la distribución territorial, los positivos se ubicaron mayormente en Córdoba, con 19 casos; Buenos Aires, 18; Neuquén, 10; Santa Fe, 9; Río Negro, 6; Chubut, 4; Corrientes, San Luis y Chaco, 2 cada una; y La Pampa, Jujuy, Santiago del Estero, Salta y Formosa, uno cada uno. El mapa adjunto muestra la distribución al 13 de abril, cuando se registraban 77 casos.
Según comentaron fuentes del Senasa, el objetivo del organismo “es sanitario, controlar la enfermedad. De 5.500 granjas comerciales, 11 se vieron afectadas por focos, 78 en total, sumando traspatio y silvestres. En todos los casos se siguen los ´Planes de Contingencia´, al igual que en traspatio y en silvestre. Entendemos que pueden afectarse intereses particulares, y para eso se trabaja en las asistencias, pero el objetivo en cada caso es que la Influenza Aviar (IA) no se disperse. Por otra parte, los brotes se van cerrando a medida que se van cumpliendo los protocolos correspondientes”.
El Senasa informó que a la fecha se cerraron 24 brotes, ocurridos en Buenos Aires: Bahía Blanca (aves silvestres), Azul, Puán, San Cayetano, Tres Lomas, (aves de traspatio); Córdoba: Las Mojarras (aves silvestres), Alejandro Roca, Alejo Ledesma, Baldisera, Carnerillo, Del Campillo, Gral. Lavalle, Idiazabal Unión, Los Álvarez, San José, La Dormida y Villa del Rosario (aves de traspatio); Jujuy: Laguna de los Pozuelos (aves silvestres); Neuquén: Laguna Blanca (aves silvestres); Río Negro: Choele Choel (traspatio); San Luis: Alto Pencoso (aves de traspatio); Santa Fe: Centeno y Villa Cañás (traspatio) y Salta: Cerrillos (aves de traspatio)
Pollos
Como marcó la agencia sanitaria, sólo en 11 de las 5.500 granjas comerciales activas se reportaron casos positivos, por lo cual, si bien el momento que atraviesa el sector es crítico, la enfermedad, a priori, no afectó a un gran número de establecimientos. El presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), Roberto Domenech, dijo al respecto: “En los últimos diez días son muchos más los casos negativos que positivos. Eso da la sensación de que, si bien se sigue estando muy alerta, la diseminación de la enfermedad estaría un poco más quieta”.
Según detalló Domenech, el caso más importante en lo que refiere a la producción de pollos parrilleros se dio en una empresa de Río Negro, en donde se detectaron dos brotes y se procedió al sacrificio de 600.000 ejemplares. Otros casos importantes se registraron en granjas reproductoras, donde las gallinas ponen huevos fértiles para que nazcan los pollitos. Al respecto, hubo un caso en la localidad bonaerense de General Alvear, que progresivamente fue tomando tres planteles dentro del mismo predio, en el que se sacrificaron 40.000 animales. Otras detecciones llevaron a sacrificar 25.000 reproductoras en una planta de Mar del Plata y 14.000 en una explotación de Esperanza, Santa Fe.
Si bien Domenech indicó que en el universo de la producción de pollos en el país, los animales sacrificados, “son un número minúsculo, ya que se faenan 65 millones de pollos por mes, haber perdido el 1% de ese total es menos que la mortandad semanal natural que tiene la industria, pero para la empresa esa cantidad sacrificada es el 30% de su producción, por lo que fue un golpe fuertísimo”.
El titular de CEPA llama a “estar permanentemente siguiendo la evolución, porque estamos en los comienzos de la enfermedad y tenemos para mucho. Puede llegar a desaparecer el virus, pero nos preocupa mucho el traspatio, porque allí no sabemos cómo es esa infección, cómo se recicla. Chile tuvo la enfermedad en dos oportunidades, y pudo sacarla. Tenemos que ver cómo se comporta el resto del mundo”.
En cuanto a la exportación, de la cual Argentina decidió autoexcluirse al detectar la enfermedad en su territorio, Domenech marcó que el proceso de recuperación de mercados es “muy lento, pero esperable. Es un trabajo de ida y vuelta permanente. Se han recuperado algunos mercados, mientras los más importantes para nosotros han entrado en consulta”. No obstante, el volumen despachado en marzo de carne aviar fue marcadamente menor a lo registrado el mismo mes del año pasado, al pasar de 22.000 toneladas a menos de un tercio, 7.200 toneladas.
Huevos
Por su parte, el presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA), Javier Prida, también resaltó que el descenso de los casos positivos es considerado como un “avance”, pero también “esperable” por el comienzo de la migración de las aves hacia el norte, lo cual hace que “se pueda estar un poco más tranquilo hasta que empiecen a bajar de nuevo, que eso se da a mediados de noviembre”.
Según marcó Prida, al sector productor de huevos “nos pegó fuerte y mal, sobre todo en la zona patagónica. Allí, la segunda granja más importante en la Argentina en producción de huevos marrones desapareció y otra granja muy importante en la zona de Allen, en Río Negro, con más de 250.000 animales, también desapareció”. Esta situación, dijo Prida, generó un serio faltante de huevos en la Patagonia, sobre todo si se considera que allí solamente se consumen huevos marrones. “Hoy está valiendo casi el doble el maple en la región de lo que vale en el conurbano, algo exorbitante. En estos días nos estamos reuniendo con un grupo de 15 o 20 productores líderes con la gente de una empresa de Chubut para ver la manera en que los ayudamos a proveer de huevos y discontinuar este faltante desde Río Negro a Tierra del Fuego”, explicó el empresario.
Para la zona los números fueron considerables, ya que se perdieron más de 700.000 animales, lo que implicó el sacrificio del 85% del total de ponedoras de la región, aunque a nivel nacional “no tiene un impacto importante”, ya que el fuerte de la producción se concentra en Buenos Aires y Entre Ríos. Cabe recordar que Argentina produce unos 15.300 millones de huevos al año, permitiendo un consumo per cápita al año de 322 unidades, la tercera marca más importante a nivel mundial.
Conflicto
Como la gripe aviar es, hasta el momento, una enfermedad sin cura y todavía no cuenta con una vacuna para combatirla, la manera que se utiliza para detener la propagación del virus a partir de los animales infectados es la matanza de los mismos. Esa fue la decisión que tomó el Senasa con la empresa Avícola Santa Ana, que ante los resultados positivos en 20 gallinas testeadas, ordenó el sacrificio de 200.000 ejemplares.
No obstante la decisión oficial, desde la empresa resistieron la medida al aducir que hubo errores de procedimiento y que las muestras “nunca fueron tomadas”. Al respecto, el director general de Avícola Santa Ana aseguró que “no solamente no hubo síntomas ni mortandad entre nuestra aves, sino que la primera notificación recibida el jueves 6 aseguraba que todas las muestras habían dado negativo, para luego asegurarnos que 20 habían sido positivas y que debíamos sacrificar 40 años de trabajo”, cuestión por la cual la empresa correntina, recurrió a la Justicia, que ordenó nuevos análisis.
Al respecto, el Senasa comunicó este fin de semana que “la segunda muestra tomada a aves de la granja Avícola Santa Ana de Corrientes, dispuesta por orden de la Justicia Federal, dio resultado negativo a la presencia de Influenza Aviar según diagnosticó el Laboratorio Nacional del Senasa”, el único autorizado para analizar las muestras.
Sin embargo, desde el organismo público plantearon que “considerando que Argentina está atravesando una emergencia de influenza aviar altamente patógena (IAAP) desde su ingreso al país, la alta y rápida difusibilidad del virus, sumado a que la granja en cuestión está ubicada dentro del área de riesgo por la cercanía a un brote confirmado y ante la concurrencia de resultados divergentes sobre la presencia del virus de IAAP dentro de la misma, el Senasa considera pertinente mantener la interdicción por sospecha del establecimiento al menos hasta cumplidos 14 días desde la primera toma de muestras (4 de abril de 2023) y realizar una tercera toma de muestras para el desarrollo de técnicas tanto moleculares (RT- PCR) como serológicas, lo que fue comunicado a la autoridad judicial”.
“Hoy el productor tiene miedo” (Prida)
Al respecto, Prida remarcó como necesario la posibilidad de que “para estos casos que son muy pocos y puntuales, si hay dudas, se busque un camino alternativo que lleve tranquilidad. Hoy el productor tiene miedo, se tiene que pagar el rifle sanitario, poner la mano de obra para sacrificar los animales, los gases, hacer la fosa y enterrar los animales. Está todo a cargo del productor y no tiene chances de poder saber con otro análisis, cuando no hay signos clínicos externos, si hay o no un positivo. Uno no quiere debilitar el sistema ni ir en contra del Senasa. Es al revés: quiere generar certezas, porque nuestro peor enemigo es la no denuncia, que significa la permanencia y movilidad del virus”, concluyó.
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