Tras el anuncio que realizó el jueves el ministro de Economía, Sergio Massa, desde EEUU, de puesta en marcha del “dólar agro”, hay certezas pero también muchas dudas sobre cómo se implementará la medida. Según sostuvo Massa, todos los detalles se conocerían el lunes. Mientras, diferentes áreas del Gobierno mantienen reuniones y contactos con el sector privado para avanzar en el diseño final.
Las certezas giran en torno a los motivos que llevaron al Gobierno a implementar el nuevo tipo de cambio diferencial para el campo, que regirá desde abril y por 30 días para el complejo sojero y por 90 días para las economías regionales, los cuáles están centrados en fortalecer el nivel de reservas del Banco Central en medio de los efectos de la sequía. Mientras tanto, las dudas del campo y la agroindustria son en torno a qué mecanismo utilizarán desde el Palacio de Hacienda para llevar adelante la medida.
Ayer fuentes de la Secretaría de Agricultura señalaron a Infobae que desde la llegada de Massa a Economía, el eje de la gestión fue acompañar al sector productivo con programas de beneficios de llegada directa a los productores. Así, aunque con cierta demora, se implementaron los programas Impulso Tambero y Fortalecimiento Productivo Argentino, entre otros. Mientras, la Argentina atraviesa la sequía más grave de los últimos años.
Teniendo en cuenta que la falta de agua y humedad provocará pérdidas productivas y económicas al agro y tendrá un fuerte efecto negativo en el resto de la economía nacional, el Gobierno busca desarrollar nuevas herramientas que acompañen las etapas de cosecha y comercialización. “La sequía no puede dejar a ningún productor afuera, ese es el objetivo por el que trabajamos desde la secretaría” dijo el titular del área, Juan José Bahillo.
Así fue que Massa decidió avanzar con un tipo de cambio diferencial, para ampliar el actual nivel de reservas del Banco Central, entre otros objetivos.
Certezas
Desde Agricultura comentaron a este medio que tienen en claro que los efectos de “La Niña”, fenómeno climático de lluvias por debajo de lo normal, no terminaron con la declaración del fin de esa etapa climática. Por eso consideran que se debía avanzar con las medidas que el último jueves anunció el ministro desde EEUU. “Hay que contener a pequeños y medianos productores, que siempre arriesgan, invierten y generan fuentes de trabajo en cada una de las economías regionales”, dijeron en el entorno de Bahillo, y ratificaron que las medidas en estudio apuntan al aumento de la recaudación y a generar recursos financieros para mejorar la siembra de la campaña 23/24.
Aunque no brindaron detalles del alcance hasta el momento de las reuniones que mantienen las distintas áreas de Gobierno, fuentes oficiales comentaron que Massa asumió el compromiso de generar un fomento exportador. El “dólar agro”, se explicó, busca simplificar las cotizaciones para importar productos y servicios y que se pueda asumir y cumplir con los contratos de los exportadores, “ya que cada mercado que se pierde, después lleva mucho tiempo recuperar”, señalaron.
Una parte de los fondos que ingresen por el dólar agro se destinarán a ampliar la ayuda a los productores damnificados por la sequía e instrumentará financiamiento para la próxima campaña de granos, que demandaría una inversión superior a los USD 15.000 millones. En despachos oficiales aseguran que las condiciones climáticas “van a ser muy buenas para las próximas campañas y que hay que generar herramientas de financiación para que los productores puedan invertir y además aumentar la superficie de siembra”.
Dudas
Las dudas del ámbito agropecuario y agroindustrial apuntan al mecanismo que se utilizará para implementar el tipo de cambio diferencial, mientras aumenta el reclamo de los productores y dirigentes del campo de eliminar las retenciones y unificar el tipo de cambio. “En el caso de la soja, las retenciones y el tipo de cambio hacen que los productores reciban la mitad del valor internacional. Eso no es bueno ni para los productores, ni para el sector ni para el país”, dijo en las últimas horas el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino.
En principio, el nuevo tipo de cambio diferencial alcanzará al complejo sojero durante abril y luego, a partir de mayo, por 90 días a las economías regionales. En relación al dólar soja 3, una de las dudas es sobre el nivel del tipo de cambio que fijará el gobierno para incentivar las ventas y recuperar parte de las divisas vendidas por el Banco Central en el primer trimestre del año, en un contexto en el que por la sequía se redujo casi a la mitad la producción del poroto. El dólar soja 1 tuvo un valor de $200 por dólar, y el dólar soja 2 de $230 por dólar, un 33% por encima del dólar oficial al momento de entrar en vigencia las respectivas normas.
Según un informe del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano, “si se mantuviera dicho criterio, el valor del dólar-soja 3 debería estar en torno de los $300, dependiendo el valor exacto de la fecha en que se ponga en vigencia. Si bien la sequía va a reducir las disponibilidades de la oleaginosa, se estima que aún existe un significativo remanente de la cosecha 2021/22 que los productores deben liquidar para hacerse de efectivo y afrontar el nuevo ciclo agrícola. Otra cuestión es saber qué parte de ello van a estar dispuestos a liquidar, dice el informe.
Diego de la Puente, de la consultora Novitas, planteó como interrogante si el Gobierno incluirá a otros granos además de la soja y a qué tipo de cambio regirá para los insumos, pues también se habló de un dólar insumo. “Hoy hay muchas empresas proveedoras de insumos y fertilizantes que se retiraron del mercado hasta conocer el detalle de las medidas”, dijo a Infobae.
Para Javier Preciado Patiño, ex subsecretario de Mercados Agropecuarios, “hay dos cuestiones a atender: un tipo de cambio más alto puede ser un alivio para los agricultores que vienen muy golpeados por la sequía, y serviría para mejorar su situación financiera, y también hay muy mala liquidación de divisas en el primer trimestre del 2023, fruto de la debacle climática”.
Según Preciado Patiño, “ya el mercado se había adelantado en la cotización de la soja con una brecha muy grande entre las posiciones de mayo y julio en el mercado de futuros. Había caído mucho el precio de la soja para mayo, previendo que iba a haber un mejor tipo de cambio. Se vio además que mientras que las operaciones de soja, a precio hecho, habían caído durante marzo alrededor de un 80%, los negocios hechos a fijar a marzo del 2022 solo se redujeron en un 15%. Esto da la pauta que el productor está esperando alguna medida que le mejore la ecuación”.
Las economías regionales, que desde hace tiempo atravesando momentos críticos por el clima y factores económicos, aguardan las definiciones de Economía sobre las distintas producciones. Algunos especialistas señalaron que un tipo de cambio diferencial podría ser aprovechado solamente por empresas más concentradas y con stock disponible para exportar durante el período de vigencia de la medida. Son producciones que se comercializan al mundo en diferentes momentos del año. Por caso, la temporada de peras y manzanas en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén se inicia en la primera quincena de enero y la vendimia de uvas arranca recién en febrero. Y así con otras economías extrapampeanas que debería abarcar el “dólar agro”.
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