En medio de una profunda sequía y a dos semanas del inicio de la campaña comercial 2022/2023 de la soja argentina, un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señaló que el volumen comercializado hasta el momento de poroto, es el nivel más bajo de las últimas dos décadas. Además, en maíz las compras por parte de las industrias procesadoras y los exportadores, el volumen es el más bajo para esta altura del año desde la campaña 2015/16.
“Como consecuencia de la sequía extrema que azota la producción argentina y, sumado a ello, condiciones comerciales muy inciertas, prima la cautela en la comercialización de granos del mercado local”, precisaron los economistas de la BCR, Emilce Terré y Javier Treboux. En este contexto, destacaron que en el caso del poroto de soja “se llevan vendidas 4,8 millones de toneladas, algo menos de la mitad de lo comercializado en la campaña pasada a la misma fecha. En términos de porcentaje de la producción esperada, la comercialización alcanza el 18%, cuando el año pasado totalizaba un 24%, y representa la menor proporción desde la campaña 2016/17″.
Por otro lado, se especificó que “del poco volumen comprometido, el grueso de los negocios se realizó con precios a fijar. En total, 3,6 de los 4,8 millones de toneladas anotadas se realizaron en modalidades de negocios sin precio fijo, representando un inédito 76% del total, máximo en los registros. Es decir, de la nueva cosecha, que comenzará formalmente en apenas 10 días, sólo tiene precio puesto 1,2 millones de toneladas”. Al respecto, los especialistas comentaron que “además de la gran incertidumbre que rodea a la producción de soja en la campaña, con estimaciones que se resienten semana a semana y con los primeros lotes levantados revelando rindes sumamente magros, la operatoria se encuentra virtualmente paralizada por la posibilidad de nuevas intervenciones en el mercado por parte de las autoridades”.
El informe también remarcó que a “la gran incertidumbre que rodea a la producción de soja en la campaña, con estimaciones que se resienten semana a semana y con los primeros lotes levantados revelando rindes sumamente magros, la operatoria se encuentra virtualmente paralizada por la posibilidad de nuevas intervenciones en el mercado por parte de las autoridades. Así, con un productor que no sabe cuánto terminará cosechando, precios internacionales que presentan una importante volatilidad, una producción nacional que parece no encontrar piso y una política comercial cambiante, son demasiadas las fuentes de incertidumbre para ponerle precio al grano, más allá de las necesidades más urgentes del sector productor”.
A todo esto, la BCR dijo que si a los 27 millones de toneladas que se estiman producir en la campaña se suman los stocks iniciales, que son de 5,2 millones de toneladas y se resta lo que hasta el momento se ha comercializado y la mercadería que no ingresaría al circuito comercial (pérdidas, uso para semillas, consumo propio, entre otros), se puede proyectar un universo de mercadería por vender en torno a 22,8 millones de toneladas, que son 12 millones por debajo del promedio de los últimos 5 años. Además, se informó que ya se llevan anotadas en ventas al exterior 3,8 millones de toneladas de productos del complejo soja, un 30% por debajo de la campaña pasada.
Maíz
En lo que respecta a la comercialización de maíz, la Bolsa de Rosario informó que a el volumen vendido por los productores es el más bajo en siete años. El mismo alcanza los 8,5 millones de toneladas, aproximadamente la mitad de lo que se llevaba vendido en la campaña anterior, y el menor registro desde la 2015/16. “Esto se debe principalmente a la gran incertidumbre productiva, con productores que no quieren quedar sobrevendidos, y a la opinión de que, si se continúan resintiendo las estimaciones de producción, los precios en el mercado interno pueden catapultarse”, explicaron los economistas que realizaron el relevamiento.
También se aclaró que “la mayoría de lo que se lleva vendido del cereal nuevo se realizó con precios ´a fijar´. Actualmente, el 51% de los negocios se realizó sin precio fijo, muy por encima del 34% que marcaba la campaña pasada al mismo momento del año, y 24 puntos porcentuales (p.p.) por encima del promedio de los últimos cinco años. Así, solo 4,2 millones de toneladas de maíz 2022/23 tienen precio fijado”.
Por último, se destacó que con una oferta total en torno a los 41,2 millones de toneladas, que se compone por una producción proyectada de 35 millones de toneladas y stocks al inicio que se estiman en 6,2 millones de toneladas, quedaría remanente en el mercado un total estimado de 26,4 Mt, por debajo de la campaña pasada y del promedio de los últimos 5 años. Además, el universo de mercadería con precio por fijar se ubicaría en torno a 30,7 millones de toneladas.
Seguir leyendo: