El informe semanal de la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario reflejó que luego de 50 días de sequía y 22 días de ola de calor en la zona núcleo, las precipitaciones que se registraron en los últimas días llegan tarde para el maíz, y se estima que su cosecha total será un 32% de lo que se esperaba al comienzo del ciclo.
Los técnicos de la Bolsa de Rosario proyectaban al inicio de la campaña del cereal, un horizonte productivo en la zona núcleo, con un escenario climático normal, de 10 millones de toneladas. Pero a medida que la ausencia de precipitaciones fue cada vez más notoria, las proyecciones fueron disminuyendo: el 8 de febrero la misma bajó a 4,9 millones de toneladas, y ayer se ubicó en 3,2 millones de toneladas. “Lamentablemente, la falta de lluvias y las altas temperaturas registradas hasta el fin de semana que pasó desplomaron los rindes del tardío y aumentaron las pérdidas de superficie”, agregó el informe.
A todo esto, se detalló que las últimas precipitaciones “pondrán un freno a las pérdidas, pero para gran parte de lo sembrado es muy tarde. Las brutales condiciones ambientales de calor y falta de agua se llevaron por delante la estrategia defensiva se de sembrar tarde. La región comenzó y terminó la campaña sin condiciones agronómicas de producción”. En este contexto, la Bolsa de Comercio de Rosario estima que la cosecha de maíz “solo será el 32% de lo que se esperaba a principios del ciclo. Respecto al volumen de maíz del año pasado —año que también fue seriamente afectada por la sequía en pleno periodo crítico de los maíces tempranos— el ciclo 2022/23 producirá tan solo la cuarta parte de dicha cosecha”.
Por otro lado, en materia de rendimientos y luego de dos campañas en la zona núcleo donde el promedio superó los 100 quintales por hectárea, “el efecto ´Niña^ se fue imponiendo hasta ganarle definitivamente la pulseada a los rindes maiceros. La marca del 2022/23 es el mínimo de los últimos 12 años con 34 quintales por hectárea. La estrategia de sembrar maíz tardío para escapar de la sequía no fue suficiente para ponerse a salvo de este tercer año con Niña consecutiva”.
Rendimientos y lluvias
A partir de lo mencionado anteriormente, los rendimientos que se están cosechando “no parecen ser del cultivo que supera las 3 cifras en quintales”, dijeron los especialistas de la entidad rosarina, citando los ejemplos de Carlos Pellegrini, que con un avance de cosecha del 70%, presenta un rendimiento medio de 40 quintales por hectárea; en Pergamino los lotes muy buenos obtienen rendimientos de 20 a 40 quintales por hectárea, y en Marcos Juárez el avance de la cosecha es del 50% y el rendimiento promedio se ubica en 55 quintales por hectárea.
En relación a las últimas lluvias que se registraron en la zona núcleo, desde la Bolsa de Rosario señalaron que las mismas “son el final del velatorio, donde ya enterramos la campaña 2022/23, y le ponen final a la angustia de no saber cuánto más se podía seguir perdiendo. Antes de las lluvias, no se sabía cuánto de lo que estaba en el campo en la última semana se iba a perder. Ahora hay una idea de lo que podrá cosecharse”. Sobre si las precipitaciones continuarán en los próximos días, Alfredo Elorriaga, especialista en clima de la entidad, dijo que “los condicionantes de escala regional han cambiado y favorecerán un tránsito hacia un otoño con lluvias normales. Pero no puede garantizarse que en un corto plazo llueva lo suficiente para compensar los requerimientos de los perfiles de suelo tras tres años Niña”.
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