El informe mensual de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) reflejó que en enero pasado el “Índice de actividad del mercado inmobiliario rural” registró una caída del 15,75% mensual, como consecuencia de la estacionalidad durante los meses de verano, pero también por la sequía y la situación política y económica del país, que le impone incertidumbre a la toma de decisiones de compra y venta de campos.
En el relevamiento de actividad en el arranque del año 2023, la CAIR indicó que el índice cayó a 18,99 puntos. Hay que recordar que el “Índice de actividad del mercado inmobiliario rural” es un índice mensual que refleja la “actividad” del mercado. Se toma como base de referencia máxima 100 puntos, correspondientes al pico de máxima actividad histórica. No refleja precios/valores, solo actividad de mercado. Se comenzó a medir a partir del mes de noviembre del 2013.
José María Bauzá, presidente de la entidad, aseguró a Infobae que “la actividad del sector inmobiliario rural cerró en baja tanto en diciembre de 2022 como en enero de 2023. La merma tiene un carácter estacional, ya que es cuando el personal del sector se toma vacaciones. A la hora de cerrar la compraventa de una propiedad agrícola o ganadera, puede influir en el ánimo del comprador pero no en la inversión, ya que aquel que opta por invertir en la compra de un campo tiene una visión a veinte años para el tiempo de tenencia de la tierra que adquiere. Por ello, entendemos que estas cosas superan la situación climatológica”.
En lo que respecta a la concreción de una inversión, el titular de la Cámara aseguró que como consecuencia de la situación económica y política en la Argentina, “sin duda tenemos varias trabas. Pero, si tomamos en cuenta el valor de la tierra, se reactivó. Y entre las trabas vemos el acceso a las divisas necesarias para concretar la operación en un año electoral. Allí encontramos demanda de aquellos que quieren adelantarse a un cambio, y también están los que no. Están divididas las opiniones”.
Precios
En materia de valores, Bauzá comentó que “en el segmento agrícola hay demanda y se logró recuperar los valores en los últimos veinte meses, aunque no a precios alcanzados en el 2011, pero las pérdidas se lograron recuperar bastante. En el caso de los campos ganaderos, también se recuperó pero más lentamente”.
Entre los que venden hoy, tal como explicó el titular de CAIR, “para los campos agrícolas de 100 a 300 hectáreas, está el tema de la seca como un dolor de cabeza y hay interés de vecinos, contratistas y acopiadores. Es gente del sector los que compran. Para aquellos que compran entre 500 a 1000 hectáreas, está la gente que quiere tener en resguardo su capital. Hay volatilidad y la tierra es un resguardo interesante de valor”.
Contratos agrícolas
Consultado sobre la tónica que se empleará sobre la negociación de los próximos contratos agrícolas tras la fuerte sequía que redujo el financiamiento de buena parte de la producción, Bauzá comentó: “Los números no están cerrados. Pero con el panorama que tenemos, la situación no se muestra como halagüeña. Es de esperar que la sequía va a afectar un poco pero no podemos hablar ni de porcentajes ni de zonas aunque que va a tener una merma, la va a tener”.
“Normalmente el contratista o el arrendador tiene un colchón de trabajo. Pero este año se ha achicado mucho. Quizás esto lleve a algunas negociaciones. Pero todavía no comenzó la realización de los contratos, y arrancaría esto a finales de marzo, en abril o mayo. El colono o contratista, van siempre para adelante, piensan a futuro, y me inclino a pensar que no van a subir pero tampoco creo que bajen”, concluyó.
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