Por la sequía, nuevas estimaciones alarman sobre la reducción de las exportaciones de soja

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó una caída del 18% en los ingresos por exportaciones y del 22% en recaudación impositiva. Además, cayeron las exportaciones de harina de soja durante enero, principal producto de exportación de la Argentina

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Fuerte impacto de la sequía en el complejo sojero. Una situación que genera alerta en los ingresos del Gobierno
Fuerte impacto de la sequía en el complejo sojero. Una situación que genera alerta en los ingresos del Gobierno

La producción de soja de la Argentina, principal aportante de divisas a la economía por las exportaciones, atraviesa una situación compleja ante el impacto de la sequía que provocará una importante merma en los rendimientos que se van a cosechar, especialmente en la zona núcleo, y por consiguiente derivará en menor producción y comercialización al mundo. Esta semana, dos informes privados presentaron ajustes a la baja en las perspectivas de producción total.

Por un lado, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) planteó una proyección de cosecha de soja de 34,5 millones de toneladas, un 18% menos que en el ciclo anterior, mientras que por el otro, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) informó que sus proyecciones son de 38 millones de toneladas. Esa cifra implica 3 millones de toneladas menos en relación a la anterior estimación, una caída de 10 millones de toneladas con respecto a lo que los productores esperaban en el inicio de la actual campaña, y un 38% por debajo del máximo de producción que alcanzó la oleaginosa en el ciclo 2014/2015. A partir de ahí, a pesar del esfuerzo de la cadena agroindustrial, se comenzó a reducir el área de siembra y la producción, por malas políticas oficiales y el clima adverso.

La entidad porteña explicó que los recortes en las estimaciones se atribuyen a las mermas esperadas de entre un 30 y 40% sobre los núcleos sojeros del centro del área agrícola. Además, hasta el momento “el 31,4% del área se encuentra definiendo rendimientos, siendo los cuadros sobre el ambos núcleos y el Centro-Norte de Santa Fe los más adelantados. Paralelamente, 5 de cada 10 hectáreas aún se encuentran entre diferenciación foliar y plena floración (Vn-R2) y dependen de las condiciones agroclimáticas de las próximas semanas para evitar nuevas pérdidas”. A su vez, el relevamiento determinó que el 61% de los cuadros se encuentra entre Regular y Sequía, superando en 8% a los valores publicados la semana pasada, y se mantiene en un 48% la condición entre Regular y Mala.

Los números negativos en materia de rendimientos y producción se van a trasladar a la merma en las exportaciones y al aporte que el complejo sojero realiza a la recaudación de impuestos. Al respecto, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó en USD 20.501 millones el aporte en concepto de comercialización al mercado internacional, representando una caída del 18% en relación al ciclo anterior, o señalado de otra manera son USD 5.000 millones de pérdida. Por el lado de la recaudación impositiva, la soja representará USD 8.039 millones, un 22% de merma y el Producto Bruto Sojero se proyecta en USD 16.862 millones, con una baja del 26%.

Otra alerta

En un arranque de año en materia de ingresos de dólares por las exportaciones, para el Gobierno otra alerta es lo que sucede con el principal producto de comercialización al mundo de la Argentina: harina y pellets de soja. En 2022 representaron ventas por 25 millones de toneladas e ingresos que alcanzaron los USD 12.000 millones.

Un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario señaló que la finalización del tipo de cambio cambio diferencial para el Complejo Soja, conocido como dólar soja, dejó al mes de enero con menores incentivos para la comercialización del producto. Al respecto, según datos preliminares de embarques, las exportaciones de enero se ubicaron en 1,06 millones de toneladas, un 22% de caída en comparación con enero del año pasado.

Por último, la entidad rosarina advirtió que “la sustantiva demora de siembra comienza a cerrarse, con más del 90% de la superficie objetivo ya implantada tanto para la soja como para el maíz, aunque en un marco de reducción de hectáreas desde el objetivo inicial y de no aprovechamiento de la ventana óptima de siembra en muchos lotes de ambos cultivos. Desde ya, estos factores se explican en la sustancial sequía que sigue azotando a las zonas productoras argentinas. Más allá del inicio formal de las cosechas, la predominancia de soja sembrada más tarde y maíz tardío conllevará necesariamente a que se atrase la comercialización y logística de los granos gruesos argentinos”.

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