Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) uno de los cultivos que más se benefició por las últimas lluvias, fue el maíz tardío. Los especialistas de la entidad aseguraron que el cultivo “tiene todo por delante o más bien casi todo, porque la campaña está atravesada por un gran abanico de fechas de siembra, lo que incide de lleno en su condición y posibilidades productivas”. Sin embargo, los productores siguen en un contexto de pérdidas económicas provocadas por la sequía.
El relevamiento semanal que realiza la BCR determinó que las precipitaciones podrían generar posibilidades productivas al maíz tardío y alcanzar en la zona núcleo un rendimiento promedio de 72 quintales por hectárea, cuando el promedio del cultivo para la mencionada zona es de 93 quintales por hectárea. A todo esto, las lluvias permitieron mejorar las condiciones del maíz tardío, el cual hace 15 días el 35% estaba en un estado de regular a malo, y hoy solamente el 15% se encuentra en esa situación.
“Muchos de los tardíos tempranos, sembrados a fines de noviembre, son los cuadros que han mostrado menos recuperación. Ya están en período crítico. Lo que pase con las lluvias y las temperaturas de estos días será determinante”, comentaron los técnicos en la zona de Monte Buey. Mientras tanto, las siembras de diciembre son las que reaccionaron muy bien y las de mayor potencial. Por otro lado, están las siembras de la primera quincena de enero que recién están empezando el ciclo.
Más allá del beneficio que generaron las precipitaciones, los números de los productores siguen estando en rojo en relación a los márgenes netos. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario plantearon que “el rinde de indiferencia calculado el 5 de enero mostraba que eran necesarios 84 quintales por hectárea en campo alquilado para empezar a ganar dinero con el maíz tardío. Si las lluvias acompañan y se alcanza el promedio de 72 quintales por hectárea, las pérdidas por hectárea para la modalidad de alquiler serían de USD 190 por hectárea en promedio para la región núcleo”.
En el caso del maíz temprano, la Bolsa de Rosario señaló que las precipitaciones “llegaron tarde y donde el cultivo no se perdió, estos milímetros solo sirven para llenar los granos”. En Monte Buey ya advierten que la pérdida de rendimientos podría alcanzar el 50% en aquellos lotes de menor calidad y de siembras tempranas. En Colón, los técnicos sostienen que los maíces tempranos casi no se sembraron y el estado de lo que queda “es muy malo”. Por la zona de Carlos Pellegrini, proyectan que en el 30 % de los casos podría obtenerse algo más de 40 quintales por hectárea y en el 70% restante 20 quintales por hectárea. Mientras tanto, en los alrededores de Rosario, Bigand y Bombal, dónde casi no se sembró maíz temprano, “lo poco que había se perdió”.
Soja
Otra parte del informe semanal de la Bolsa de Comercio de Rosario analizó la situación de la soja en la zona núcleo. Al respecto, se detalló que las precipitaciones mejoraron la condición del cultivo, pero el potencial de rendimiento proyectado no lograr salir de un escenario posible de 25 quintales por hectárea. " Aún hay muchas reservas sobre el impacto en rindes, en algunas localidades se habla de una mejoría de 5 o hasta 10 quintales por hectárea, pero solo en los lotes muy buenos, que suelen representar el 20 a 30% del área sembrada”, agregaron los técnicos de la entidad.
Al realizar un recorrido por las diferentes regiones, en el sudeste de Córdoba el cultivo se encuentra “en el periodo crítico y muchos cuadros no llegan a cerrar el entresurco. Y se repite lo mismo: se ven pocas vainas. Los mejores lotes tendrán mermas de rinde del 10% y los que están peor, el grueso de las parcelas, mermas de 30 a 40%. Los mejores cuadros esperan 40 quintales por hectárea y en el resto 30 quintales por hectárea”. En el distrito de Bombal, sur de Santa Fe, “las plantas tienen poco desarrollo, no tapan el entresurco. En los mejores lotes aspiran a un 70% del rinde promedio”. En Colón, “en los mejores casos, el 20% del área, el techo del rendimiento podría estar en los 35 quintales por hectárea”. Y en la zona de Arroyo Dulce, norte de Buenos Aires, “si las lluvias continúan semana a semana, ya que no hay casi reservas, se puede aspirar a 35 quintales por hectárea”.
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