El negocio lácteo muestra señales de deterioro. Los precios por la leche que recibe el productor por parte de la industria láctea suben muy por debajo de la inflación. Y por tal motivo, la facturación de los tambos cayó un 6,1%% interanual en pesos durante el 2022, mientras que en dólares la misma presentó una suba de casi el 17%, por efecto del tipo de cambio.
Una tendencia que se acentúa desde hace más de un año y medio, y que durante el 2022 tuvo su impacto en los balances de los establecimientos tamberos que cerraron el año con un precio promedio de 66 pesos por litro vendido a las fábricas lácteas, cuando al menos necesitaban valores de 100 pesos para que cerraran sus costos de producción. Así lo consignó a este medio Jorge Giraudo, director del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), quien además recordó que los productores enfrentaron un aumento de los costos en los últimos meses como consecuencia del dólar soja, y además de la sequía que derivó en una menor disponibilidad de reservas.
“En el acumulado durante el 2022 hubo una facturación menor del 6,1% interanual medida en pesos y en dólares de verificó una suba del 16,9%. La baja que registró la facturación en pesos es fundamentalmente porque el precio se vino ajustando, sobre todo en los últimos meses, en forma importante pero siempre por debajo de la inflación. Es decir que los ingresos cayeron a moneda constante, mientras que la producción se mantuvo estable durante el año aunque cayendo en los últimos meses del 2022″, dijo el especialista.
En relación al aumento registrado en la facturación en dólares, el director del OCLA explicó que “obviamente la mayor facturación registrada en dólares durante el 2022 es producto de medirlo con el tipo de cambio mayorista del Banco Central, que como sabemos tiene un fuerte retraso y no refleja el avance de la inflación sino que va muy por detrás, y por eso es que se perciben en cierta medida un precio por litro de leche más alto en dólares, cuando en realidad eso no está ocurriendo”.
Sequía
Actualmente la problemática se acrecienta como consecuencia de la sequía, que impactó en las pasturas y obligó a suplementar más y también comprar granos para el consumo de los rodeos lecheros. En abril del 2022, una tonelada de maíz se pagaba a razón de 18 mil pesos y hoy supera los 47 mil. El impacto mayor está dado por el encarecimiento que debieron sortear de insumos dolarizados.
Desde toda la cadena láctea se viene reclamando la eliminación de los derechos de exportación de los lácteos, para concederle a la industria exportadora un mayor poder de compra en el mercado interno. Sin embargo, la atención gubernamental está puesta en sostener el actual esquema de derechos de exportación, que es del 9% en leche en polvo y 4,5% en quesos. Para atender la problemática sectorial, el ministro Sergio Massa anunció el programa “Impulso Tambero”, que promueve compensaciones para casi el 65% de los tambos.
Por último, también el mercado interno reporta señales negativas. Los precios de los lácteos en las góndolas del Gran Buenos Aires aumentaron un 110% en el 2022 mientras que en los últimos cinco años, se dejaron de consumir más de 15 mil toneladas mensuales. Sin embargo, los valores de la leche cruda en tranquera apenas superaron el 90% de ajuste en el último año.
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