Por la sequía dejarán de ingresar al país casi USD 8.000 millones en exportaciones durante 2023

Son estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario en relación a los tres principales cultivos: soja, maíz y trigo. Las pérdidas del sector productivo ya representan más de 2 puntos del PBI

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La sequía se profundiza y genera pérdidas al campo y al resto de la economía
La sequía se profundiza y genera pérdidas al campo y al resto de la economía

Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), ante la menor producción de soja, maíz y trigo por el efecto de la sequía en la actual campaña agrícola este año dejarán de ingresar al país por exportaciones casi USD 8.000 millones. Además, la pérdida de ingresos netos del sector productor ya asciende a USD 10.425 millones, que representa más de 2 puntos del PBI.

Las pérdidas se pueden profundizar en el caso que no se registren importantes precipitaciones en los próximos días, para revertir un escenario muy complejo para el desarrollo de la actual campaña de soja y maíz, donde solamente en la región núcleo ya se perdió casi el 50% de la futura producción de la oleaginosa.

Exportaciones

Por otro lado, las exportaciones estimadas de los principales productos de los complejos de trigo, soja y maíz se redujeron aproximadamente en 24 millones de toneladas, lo que representaría una pérdida neta de ingreso de dólares al país por USD 7.978 millones, que equivale al 18% del ingreso total de divisas del agro en el anterior ciclo agrícola. A todo esto, la BCR aclaró que si bien “esta cifra resulta atenuada por la mejora en los precios internacionales a raíz de la caída en el volumen de oferta por la sequía, el ‘efecto precio’ resulta insuficiente para compensar la caída en la cantidad a exportar”.

También se aclaró que el número de ingreso de dólares a la economía por las exportaciones de los tres principales cultivos, “continúa sujeto a variaciones ya que las condiciones climáticas de las semanas venideras serán determinantes para ver si se cortan las pérdidas de quintales o, por el contrario, la situación resulta aún más dramática de lo evaluado hasta aquí. Por otro lado, las fluctuaciones de los precios internacionales de commodities y derivados podrá también afectar los resultados”.

Más efectos

Además, el relevamiento estimó que la recaudación de impuestos imputables a la producción de soja caerá en USD 1.360 millones, más otros USD 352 millones por la menor producción de maíz. A ambos se sumarán otros USD 795 millones por la caída en la siembra y rendimientos en trigo.

En concepto de los impuestos al comercio exterior, en el complejo soja dejarán de recaudarse USD 1.048 millones de dólares en concepto de derechos de exportación, de los cuales el 68% corresponden a la baja en el valor de las exportaciones, el 18% corresponde a pérdidas de exportaciones de maíz, y el 13% restante, de trigo.

Se resaltó también que tomando los dos conceptos anteriores, hasta el momento la masa tributaria perdió USD 3.554 millones como consecuencia del impacto de la sequía sobre los cultivos de trigo, soja y maíz.

Pérdidas por el 2,2% del PBI

Ante el avance de la sequía y a lo que suman por estas horas las elevadas temperaturas, la Bolsa de Comercio de Rosario recortó la proyección de cosecha de soja, trigo y maíz en 28,5 millones de toneladas, un 23% de la producción que se esperaba en el inicio de la campaña. Todo esto derivaría en que la pérdida de ingresos netos del sector productor ya asciende a USD 10.425 millones, que sería el equivalente a 2,2 puntos porcentuales del PBI que el Fondo Monetario Internacional estima para nuestro país en 2023.

“La pérdida de ingresos netos del sector productor es la diferencia entre el margen neto del productor que éste estimaba al momento de la siembra, con un rinde promedio en condiciones climáticas normales, y el que se prevé a la fecha, como consecuencia de la sequía”, señalaron los economistas de la entidad, recordando que las estimaciones son para trigo, soja y maíz, dejando fuera el resto de los cultivos, como así también las actividades ganaderas y las economías regionales, también muy afectadas por la ausencia de precipitaciones.

Al respecto, se señaló que en el caso del propietario de la tierra, “ha perdido en términos netos USD 282 por cada hectárea que sembró con soja de primera, y USD 110 por cada hectárea que sembró con soja de segunda. En el caso del maíz la pérdida asciende a USD 323 por hectárea que implantó con maíz temprano, y USD 33 dólares por hectárea sembrada con maíz tardío; y en el caso del trigo, USD 489 por cada hectárea cosechada”.

En relación al productor que alquila la tierra, “se estiman pérdidas de USD 452 por hectárea de soja temprana y USD 191 en el caso de la soja que sigue a un trigo u otro cultivo de invierno. En maíz, la caída del margen neto asciende a USD 457 por cada hectárea destinada al grano de la variedad temprana y USD 156 por cada hectárea que sembró con maíz tardío. Y en trigo, la pérdida asciende a USD 566 por cada hectárea que alquiló para producir”.

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