Las lluvias de Año Nuevo trajeron alivio al campo argentino, aportando milímetros de agua esenciales para continuar los trabajos de siembra de soja y maíz, aunque las alarmas volvieron a encenderse por falta de nuevas precipitaciones a corto plazo y por las altas temperaturas registradas en gran parte de la Argentina.
Si bien al comienzo de la semana se produjeron eventos que dejaron en zonas de Córdoba, San Luis y zonas del centro y sudeste de Buenos Aires acumulados de entre 30 y 50 milímetros y permitieron mejorar las condiciones hídricas de los suelos, gran parte del área agrícola recibió un volumen muy inferior, lo que lo condiciona de cara a los próximos días, con temperaturas superiores a los 35°C y sin lluvias en el radar.
Según dijo a Infobae la licenciada en Ciencias de la Atmósfera del Instituto del Clima y Agua del INTA, Natalia Gattinoni, recién el 11 de enero podrían producirse precipitaciones “más aisladas y concentradas sobre áreas de San Luis, Córdoba y La Pampa, mientras que en el resto del área pampeana serían de menor importancia, y seguirá acompañando un ambiente de templado a cálido, con temperaturas más elevadas en algunas áreas”.
Pero el mayor alivio llegaría entre el 13 y el 20 de enero, lapso en el cual se podrían dar “algunos eventos de precipitaciones un poco más seguidos en una semana con inestabilidad en el centro y norte del territorio nacional, con acumulados que pueden ser destacados y ambientes más templados en cuanto a temperaturas”, adelantó Gattinoni.
Por su parte, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) pronosticó que entre el 5 y 11 de enero podrían producirse lluvias “de muy variada intensidad, con registros moderados a abundantes sobre gran parte del área agrícola, mientras que el Nordeste y el Centro-Este recibirán registros escasos”. De hecho, el informe prevé casos de lluvias con acumulados importantes de entre 25 y 75 milímetros en el oeste cordobés y gran parte de San Luis, norte de Santiago del Estero y oeste de Chaco y Formosa, gran parte de Tucumán, Salta y Jujuy, y zonas muy puntuales de Buenos Aires, mientras que la zona núcleo y gran parte del Litoral no recibirían lluvias.
Por su parte, el responsable de la Guía Estratégica del Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Cristián Russo, descartó agua “en el corto plazo” y planteó que se pueden producir algunos eventos el 15 de enero, “pero estamos hablando de un milimetraje muy modesto para el este de Córdoba y sur de Buenos Aires. El año pasado hubo un evento muy importante en enero y veíamos si podía repetirse esta cuestión, pero todo indica que no es optimista la situación”.
Hasta cuándo “La Niña”
La esperanza del sector agropecuario está depositada en que los pronósticos se cumplan y el fenómeno climático de la La Niña emprenda su desaparición en los próximos meses. En este sentido, Gattinoni, anticipó que hacia febrero y marzo “se prevé un trimestre con lluvias que podrían estar en el rango normal sobre Mendoza, La Pampa, Buenos Aires y zona núcleo y el litoral con lluvias entre normales e inferiores, por lo que podría continuar este panorama con temperaturas más cálidas sobre el área central y más templadas sobre el extremo norte del territorio”.
En conjunción con este pronóstico, algunos indicadores del océano y la atmósfera muestran a La Niña con “signos de debilitamiento entre enero y abril y los modelos prevé con mayores chances de ir hacia una transición a una fase neutral a finales de verano y principio del otoño. No obstante, mes a mes vemos cómo va evolucionando, porque este fenómeno sigue presente”.
“Con mayores chances se prevé de ir hacia una transición a una fase neutral, a finales del verano y principio de otoño” (Gattinoni)
“Esto nos da la esperanza de que de a poco las condiciones meteorológicas se vayan normalizando. Es un proceso lento, no solo en la atmósfera sino en el contenido hídrico de los suelos, que se tienen que ir recuperando. Todos los modelos y predicciones tienden hacia la neutralidad”, concluyó Gattinoni.
Por su parte, la BCR en su último informe GEA de la Zona Núcleo, sostuvo que los efectos de La Niña continúan presentes y que el fenómeno “retrocede menos de lo esperado”. Así, el consultor de la entidad Alfredo Elorriaga indicó que “la anomalía de la temperatura superficial del Pacífico solo mejoró 0,1ºC en los últimos treinta días (pasó de --1 a -0,9), mostrando un calentamiento mucho más lento que lo esperado, ya que se estimaba que alcanzase el valor de -0,8. Con toda esta información concurrente es poco probable que transitemos el mes de enero con lluvias normales, aunque todavía es posible que el primer mes del año concluya con un balance pluvial más alentador que diciembre 2022″, concluyó el informe.
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