En el arranque de 2023 el Gobierno deberá prestar atención a las últimas proyecciones que se presentaron sobre el impacto que tendrá la sequía en la actual campaña agrícola, que derivará en una producción de granos y oleaginosas que será la más baja de los últimos 5 años, y por ende en una caída de las exportaciones y del ingreso de dólares al país.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), previendo un fuerte efecto negativo de las heladas tardías y la sequía en los cultivos de invierno y con retrasos en la siembra de los cultivos de verano, planteó que en medio de la gran incertidumbre que existe entre los productores, a la fecha se proyecta una siembra total de 39,3 millones de hectáreas, un 2% de caída en relación a la campaña anterior. Además, con rendimientos más ajustados ante la ausencia de precipitaciones provocaría una producción total de la actual campaña agrícola de 117,7 millones de toneladas, la más baja desde el ciclo 2017/2018, que también estuvo afectado por la sequía.
Al respecto, la campaña de oleaginosas (incluyendo algodón, cártamo, colza, girasol, lino, maní y soja) registrará una suba del 6% en la siembra, aunque por las limitaciones a la productividad la cosecha total aumentaría apenas un 2% y llegaría a 49,3 millones de toneladas. Y en el caso de los cereales (alpiste, arroz, avena, cebada, centeno, maíz, mijo, sorgo y trigo), para la 2022/23 se prevé una siembra un 9% menor al ciclo anterior y una merma del 20% en producción total, que llegaría a los 68,4 millones de toneladas.
A raíz de todo esto, la Bolsa de Comercio de Rosario prevé una caída del 27% en las exportaciones de granos. En ese sentido, se mencionó en el informe que los envíos al exterior de granos cereales y oleaginosas sería por un total de 45,9 millones de toneladas, el volumen más bajo desde la campaña 2017/18 cuando se exportaron 43 millones de toneladas. Además, se espera que el complejo agroindustrial en su conjunto finalice la campaña 2022/23 con un total de exportaciones entorno a las 82 millones de toneladas, presentando una importante disminución respecto al ciclo anterior, pero ubicándose en torno al promedio de los últimos 10 años.
Ingreso de dólares
Pero el menor nivel de exportaciones repercutirá en algo que el Gobierno debe prestar atención, que es el ingreso de dólares al país, en un contexto económico cada vez más complicado. Los especialistas de la BCR señalaron que “se prevén exportaciones efectivas de granos y derivados por 37.500 millones de dólares, casi 4.000 millones de dólares menos de lo estimado para el año que finalizó”. Y además aclararon que de efectivizarse ese valor exportado, el 2023 alcanzaría despachos al exterior por debajo de los últimos dos años, pero podría aún así ubicarse por encima de los años previos. Los altos precios evidentemente, desde esta mirada, seguirían por un tiempo más.
“Esto se debe a que a pesar de la considerable caída en los volúmenes proyectados a exportar, los precios de la gran mayoría de los granos y derivados se mantienen por encima de la media histórica, lo que permite compensar en parte este recorte en toneladas”, agregaron desde la entidad de Rosario. Además, diferenciaron las exportaciones efectivas de la liquidación de divisas. Mientras las primeras quedan registradas como tales cuando la mercadería es embarcada, el segundo proceso se constituye de los dólares que los exportadores ingresan en el mercado cambiario local, tal como mandan las normas del Banco Central.
A partir de esto, se proyectó que la liquidación de divisas del agro disminuya por debajo de las exportaciones efectivas. Pero también es cierto que buena parte de ese ingreso de divisas se adelantó a 2022 por efecto del dólar soja, en septiembre y diciembre. “Para el nuevo año se prevé una liquidación de 33.350 millones de dólares versus los 37.550 millones de dólares de exportaciones”, afirmaron. Es decir, que los 4.000 millones que faltan podrían transformarse en un gran dolor de cabeza para el Gobierno, que tanto necesita del aporte de dólares del campo y la agroindustria.
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