La falta de lluvias se volvió un problema crónico del campo argentino, que atraviesa una feroz sequía Y cada precipitación, por más pequeña que sea, se vuelve un acontecimiento importante. Es por eso que las lluvias que se produjeron ayer por la madrugada y durante el último fin de semana pasado, fueron y serán aprovechadas por los agricultores para impulsar la siembra de soja y maíz, por más que el milimetraje haya sido escaso.
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), las lluvias de las últimas horas se concentraron sobre el centro y parte del norte de la región agrícola nacional con acumulados que no superaron los 10 milímetros. Los mayores registros se dieron sobre el centro, norte y este de la provincia de Buenos Aires, con valores que rondaron entre 10 y 5 milímetros en su mayoría, el centro y norte de Córdoba y el norte de San Luis.
Al respecto, el responsable de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Cristián Russo, consideró que las últimas precipitaciones fueron “lloviznas, que trajeron muy poca agua, pero que era lo esperado. Difícilmente haya dejado más de 15 milímetros. Estamos hablando de menos de 5 milímetros incluso, que no cambia nada”. Si bien las lluvias del fin de semana, que en un principio se esperaba que se se concentren en Buenos Aires, pero que su epicentro se corrió hacia el centro-norte de Santa Fe y Córdoba, trajo “alivio”, según marcó Russo, no dejó de remarcar que “son pocos milímetros y en total es poca agua”.
“Hay un atraso muy fuerte en lo que es el avance de siembra en soja y maíz, por eso esta agua se va a aprovechar para seguir sembrando en una situación que es crítica”, marcó el especialista y destacó que los trabajos de implantación por parte de los productores van a continuar “sobre todo teniendo en cuenta que hay pronósticos de que no va a haber lluvias por los próximos 10 días. Se va a sembrar, incluso en condiciones agronómicamente no aceptables, pero se está haciendo lo que se puede y es posible que muchos lotes no se puedan sembrar, sobre todo en soja de segunda”, concluyó Russo.
“El peor principio de película”
La Bolsa de Comercio de Rosario publicó esta semana un informe sobre el avance de la cosecha de trigo y la siembra de soja y maíz a nivel nacional en la cual se dieron a conocer datos preocupantes de la marcha de la campaña agrícola. Más allá de que realizó un nuevo recorte a la proyección de producción de trigo de 300.000 toneladas hasta las 11,5 millones de toneladas, también centró su atención en la implantación de los granos gruesos.
Según el informe, hasta el momento se sembró el 49% de la soja de primera, cuando hace un año atrás se había cubierto el 65%, lo que representa un retraso en las labores del 16% por la falta de lluvias, mientras que en maíz la implantación alcanzó el 47% de las 7,9 millones de hectáreas, cuando el año pasado ya había alcanzado el 66%.
No obstante este panorama, Russo advirtió que comenzaron a verse “cosas raras” en algunos campos sembrados con soja en la zona núcleo. “Se ven lotes que están floreciendo con 30 días de siembra por el enorme estrés hídrico que afrontan, que los está induciendo a floración. es algo muy extraño”, dijo a Infobae.
“También hay lotes que se están secando en la zona o que el calor les produjo una especie de desorden hormonal, un desequilibrio químico. Es muy raro, pero todo es fruto de esta última semana en la que tuvimos temperaturas infernales. Está muy feo el tema. Todos queremos saber cuál es el final de la película, pero por lo pronto es el peor principio de película que tuvimos en los últimos 20 años. Es bravo y difícilmente se pueda completar la siembra de soja”, concluyó el especialista.